"La gran mayoría de pinchazos no obedecen a sumisión química"

3 agosto, 2022

La asociación Ailaket explica todos los motivos por los que los pinchazos registrados no encajan en ese patrón

Los numerosos casos de pinchazos registrados en las últimas semanas en recintos festivos y espacios de ocio nocturno de Vitoria, Euskadi y otras comunidades autónomas han hecho saltar todas las alarmas. Sobre todo con las fiestas de La Blanca a la vuelta de la esquina. Por eso, desde Ailaket quieren paliar el pánico generalizado y poner los hechos en perspectiva. Su principal conclusión es que "la gran mayoría de pinchazos no obedecen a sumisión química".

Aunque lo primero que quieren dejar bien claro es que "no ponemos en duda a las víctimas y lo que están sintiendo". "Al contrario, les damos todo el apoyo y estamos totalmente en contra de las agresiones o violencias machistas, pero hay que ver qué hay detrás de estas situaciones", explica Yaiza, voluntaria de Ailaket. Una asociación que cumple dos décadas en Vitoria. Formada por personas consumidoras o ex consumidoras de drogas, se dedican a dar información para reducir riesgos en el consumo.

Lo que sí tiene claro Yaiza es que estos hechos "dan poder a los agresores machistas, porque provocan que las mujeres recorten sus derechos y limiten sus libertades por miedo a no poder disfrutar libres de riesgos y ataques". "No lo debemos permitir, si recortamos nuestra libertad, ellos ganan. Las calles y fiestas también son nuestras", reclama.

Sin rastro de sustancias

Con la experiencia y conocimientos a sus espaldas, varios son los aspectos que en Ailaket han tenido en cuenta y valorado al asegurar que la sumisión química no está detrás de los pinchazos. El primero sería la ausencia generalizada de sustancias psicoactivas en las víctimas. "Tan solo a una chica en Gijón le inyectaron éxtasis líquido, el único caso entre los 200 registrados en España en el que ha aparecido algo", desvela Yaiza.

Porque, según indica, todas las sustancias dejan un rastro en el organismo. También la escopolamina (más conocida como Burundanga). "Es de las que más aguanta en sangre, y se detecta a partir de 5 nanogramos por mililitro, que es una concentración bajísima con la que no provocaría ningún efecto, sería necesario mucho más para marear", señala la voluntaria de Ailaket. "Todo deja huella, aunque hayan inventado una nueva sustancia y el laboratorio no tenga aún un patrón para cotejarlo, pero verían que se ha inyectado algo", añade.

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Duración del pinchazo y los efectos

La duración del pinchazo es otro de los factores a tener en cuenta. "Ninguna droga, en un pinchazo tan corto, puede causar los efectos descritos. Se necesitan unos 7 segundos para poder inyectar un líquido en el organismo y la víctima se daría cuenta. Cuanto más fino sea el calibre de la jeringuilla, menos se notará el pinchazo y la reacción dolorosa, pero mayor tiempo requerirá para inyectarla", detalla Yaiza.

"Tras las inyecciones, tampoco ha habido ataques posteriores, ni nunca nadie ve a los agresores"

Para notar los efectos de una inyección subdérmica o intramuscular deben pasar entre 15 y 30 minutos. Para que el efecto fuera inmediato, la inyección debería ser intravenosa. El hecho de que nunca se hayan roto las agujas de las jeringuillas y queden restos en el cuerpo de las víctimas también hay que tenerlo en cuenta. Al igual que la ausencia de grandes moratones. "Si una jeringuilla no se inyecta con cuidado, enseguida salen. Y en algunos casos comentaban que habían visto el pinchazo con el zoom del móvil. Que sea tan pequeña la marca y no se rompa nunca la jeringuilla... Estadísticamente es muy difícil", apuntan desde Ailaket.

"Una sustancia que no aparezca, que no se encuentre líquido en la zona inyectada, pinchazos tan cortos, efectos casi inmediatos, que no ha habido un ataque posterior a la víctima, y que nadie lo haya visto... Todo lleva a pensar que es remotamente improbable hablar de sumisión química", insiste Yaiza.

¿Qué es sumisión química?

Para comparar, hace referencia a lo que la literatura científica considera sumisión química. "Que existe, pero en la mayoría de los casos es oportunista", apunta. Es decir, que la propia víctima consume las drogas voluntariamente, ya sea alcohol u otras sustancias. Cuando está en situación de vulnerabilidad, "una persona, que suele ser conocida de la víctima, aprovecha para agredirla". Algo que, lamentan, "es muy probable que ocurra en estas fiestas".

Tampoco resulta tan habitual la sumisión química premeditada. Porque tanto el GHB (éxtasis líquido) o las benzodiazepinas (medicamentos para la ansiedad) tienen un sabor muy amargo y se notaría en la mayoría de las bebidas.

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Entonces, ¿qué hay detrás de los pinchazos? La ausencia de delitos de agresión sexual o robos desconcierta también a los investigadores. La Ertzintza aseguraba hace unos días que "no se conoce la motivación, intencionalidad o finalidad de estos pinchazos" y no descartaba ninguna hipótesis o línea de investigación.

"No descarto que, creada toda la alarma, haya gente que esté pinchando por diversión"

"¿Hablamos de cientos de agresores repartidos y coordinados en muchos países con una nueva sustancia que no ha llegado a nadie excepto a ellos? Sería una organización muy compleja", cuestiona Yaiza. Aunque reconoce que "no sabemos qué está pasando, tenemos muchas dudas". Por eso, "nos agarramos a las certezas y lo que sabemos que, científicamente, puede ser así".

Considera que algunas de las reacciones pueden deberse al "pánico social. El efecto placebo y la sugestión sí pueden explicar los efectos que detallan las víctimas". Y señala que una chincheta, un imperdible u otros elementos podrían utilizarse para causar estos pinchazos. "No descarto que, una vez creada toda esta alarma, haya gente que, por diversión, esté pinchando", concluye.

¿Qué hacer ante un pinchazo?

Si eres víctima de una situación como la descrita, la Ertzaintza recomienda:

  • Si sientes un pinchazo o escozor en alguna zona de tu cuerpo y te sientes indispuesta comunícaselo de inmediato a tu entorno más próximo y solicita ayuda.
  • Contacta al mismo tiempo con el Servicio de Atención de Emergencias SOS Deiak 112 y comunica lo ocurrido, de este modo el suceso será notificado a la Ertzaintza y Policías Locales y los recursos policiales de la zona podrán contactar contigo con el fin de recabar datos objetivos que ayuden a esclarecer lo ocurrido e identificar a los posibles autores.
  • Acude lo antes posible a un centro hospitalario donde te será realizada la correspondiente analítica, con el fin de detectar posibles sustancias en tu organismo que llevarían a confirmar indicios de delito.