¿Me van a subir los impuestos?
La falta de acuerdo entre las tres diputaciones forales vascas así como la firme postura que mantuvieron cada uno de ellos en la última reunión de la OCT (Organo de Coordinación Tributaria) celebrada el pasado 18 de octubre hace pensar en que el camino hacia escenarios tributarios diferentes está cerca. A estas desavenencias se une […]
La falta de acuerdo entre las tres diputaciones forales vascas así como la firme postura que mantuvieron cada uno de ellos en la última reunión de la OCT (Organo de Coordinación Tributaria) celebrada el pasado 18 de octubre hace pensar en que el camino hacia escenarios tributarios diferentes está cerca. A estas desavenencias se une la sintonía entre Bildu y PSE, que aseguraría la aprobación del nuevo marco fiscal en las Juntas de Gipuzkoa. En este posible escenario, y mientras se mantienen las disputas para un posible acuerdo que oriente de nuevo hacia la armonización, el diputado general de Araba, Javier de Andrés, recordó que Gipuzkoa ya mantuvo en solitario el Impuesto de Patrimonio y "no pasó nada". No obstante, esta desarmonización tiene consecuencias, entre otras, la de recortar la competencia, diferencias de aportación entre los ciudadanos de unas y otras provincia o incluso podría derivar en una competencia entre las propias provincias ya que alguna ofrecería ventajas fiscales frente a su vecina.
El debate sobre la fiscalidad se topa en esta ocasión con distinto color en las tres diputaciones con unas posiciones tan férreas que hacen pensar que la desarmonización será una realidad. Araba (gobernada por el PP) y Bizkaia (gobernada por el PNV) siguen firmes en mantener sus tesis de fiscalidad mientras la diputación de Gipuzkoa (gobernada por Bildu), con la ayuda de PSE y Aralar, han acordado recuperar el Impuesto de Patrimonio y revisar el IRPF. El acuerdo parece difícil ya que las dos posiciones parecen no querer ceder aún a sabiendas que esto provocará una ruptura en la armonización fiscal de los tres ejecutivos forales.
Por tanto, por una parte, Araba mantienen inamovible su postura que también defiende Bizkaia. Ambos territorios creen necesario "esperar" hasta ver cómo aplican el Impuesto de Patrimonio en las comunidades limítrofes.
Por otra parte, Bildu (en Gipuzkoa) junto a PSE y Aralar defiende la recuperación del Impuesto de Patrimonio además de un incremento del IRPF a las rentas más altas. En este sentido, el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, defiende la "necesidad" de una reforma fiscal aun sin armonización entre los tres territorios históricos porque "no hay otra vía" y el modelo actual es "absolutamente caduco". De este modo, Gipuzkoa podría aprobar en juntas estas medidas gracias al apoyo del PSE y Aralar, que también defienden estas reformas en materia tributaria. En este sentido los socialistas guipuzcoanos consideran que la Diputación y el Gobierno Vasco realizaron el máximo esfuerzo por armonizar los cambios en la reunión que mantuvieron el martes, 18 de octubre en el OCT.
Ambas posturas recuerdan que la desarmonización no es nueva, ya que existió cuando Gipuzkoa mantuvo en el 2008 el Impuesto de Patrimonio tras ser derogado en Bizkaia y Araba y coinciden en afirmar que "no pasa nada". Pero sí que pasa.
Volviendo al ejemplo del 2008 en el que se dio esa desarmonización, las arcas forales guipuzcoanas ingresaron en el 2009 45,9 millones por ese concepto que afectó a 15.000 guipuzcoanos. Sin embargo, en Gipuzkoa se quedarón sólo 27 millones tras los repartos que establece la Ley de Aportaciones.
Por tanto, una de las consecuencias de esta falta de armonia es el agravio compartivo con respecto al resto. La mitad de los recursos extra que consiga (en este caso Gipuzkoa) con las figuras impositivas desarmonizadas van a ir a parar a los otros territorios como consecuencia de la Ley de Aportaciones.
Asimismo, esta desarmonización también afecta a la competitividad ya que la recorta y por tanto, y como consecuencia de ello, podría darse un fenómeno de deslocalización hacia territorios fiscalmente más baratos y si las empresas se van, no pagan impuestos, y por tanto, las haciendas recauda menos.
En este sentido, habría que recordar lo que ocurrió con las sicav en el País Vasco.
Asimismo, esta desarmonización podría derivar en generar competencia entre las propias administraciones forales que competirían por atraer ingresos a sus arcas ofreciendo ventajas fiscales a unos y otros. Así, podrían entrar en lucha por atraer empresas ofertando unas medidas fiscales más ventajosas que el vecino y así lograr llenar las arcas.
Pero no sólo competirían por atraer empresas, también ciudadanos que ante la diversidad normativa, podrían elegir dónde vivir. En este momento, y en el caso de que Gipuzkoa aprobase la reforma, algo más que probable, los guipuzcoanos soportarán mayor presión fiscal que alaveses y vizcainos. Esta desarmonización podría provocar dar cambios de domicilo personal o social, inversiones de capital o inmobiliario en uno y otro territorio, competencia entre servicios públicos de distintas administraciones....
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