Tres investigados por captar a menores alavesas para realizar pornografía online

29 noviembre, 2020

Por el momento hay cuatro víctimas de entre 12 y 15 años

La Ertzaintza ha identificado a tres varones que captaban a menores de edad para realizar sesiones de pornografía, en ocasiones ante miles de espectadores. A estas tres personas, residentes en Madrid, Málaga y A Coruña, se les han abierto diligencias como investigadas judicialmente por delitos contra la libertad sexual.

La investigación comenzó hace 10 meses en Hernani. La Ertzaintza identificó a varias personas que estaban captando, a través de Internet, a menores de edad a las que ofrecían dinero, ropa de marca y la promoción de seguidores en sus redes sociales a cambio de realizar en directo conexiones pornográficas online ante usuarios desconocidos. Con esas sesiones generaban material audiovisual para adultos, que vendían como paquetes de vídeo e imágenes.

Hasta el momento se han localizado cuatro víctimas, todas ellas menores de edad de entre 12 y 15 años, de Gipuzkoa y Araba. La investigación continúa abierta ya que se sospecha que hay más afectadas.

Las diligencias se han tramitado ante el Juzgado de Instrucción número 5 de Donostia-San Sebastián y a la Fiscalía de Menores de Donostia-San Sebastián, ya que dos de los presuntos autores son menores de edad.

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Modus operandi

Aunque los investigados no se conocían personalmente, parece que habían coincidido en diferentes foros de Internet para intercambiar archivos de contenido sexual. Todos los investigados empleaban la misma forma; contactaban con chicas jóvenes en redes sociales. Les enviaban mensajes privados en los que prometían dinero, ropa de marca, móviles y seguidores para sus redes sociales a cambio de que realizaran conexiones en directo de contenido sexual ante un elevado número de usuarios. Los delincuentes buscaban especialmente menores de edad para aumentar su lucro.

Si las chicas aceptaban, los investigados pasaban a controlar su actividad mediática. Ordenaban a las víctimas a crear un perfil en una red social. A su vez, ellos publicitaban el evento a través de diferentes grupos y foros de redes sociales y aplicaciones de mensajería. A uno de los grupos se unieron en un mes 4.891 usuarios de un total de 43 países diferentes.

Una vez finalizada la sesión era común que los espectadores contactaran con los investigados para solicitar que las menores se conectaran con ellos mediante una videollamada privada en la que les solicitaban de nuevo actos de índole sexual. El usuario pagaba por el servicio directamente a los investigados, que en ocasiones compartían parte de las ganancias con las víctimas.

Toda esta actividad sexual era capturada en vídeos y fotografías que posteriormente eran publicitados para su venta a través de los mismos foros y grupos de redes sociales en los que se convocaban las sesiones online. Las investigaciones continúan abiertas y no se descarta que se identifique a más personas que pudieran haber participado en diferentes grados en la comisión de estos hechos delictivos.