Menús preparados: la nueva moda para cocinar menos en Navidad
Los canapés y la cocina tradicional triunfan entre las peticiones de comida navideña preparada
Con la cuenta atrás para Navidad, son muchas las familias gazteiztarrak que apuran las compras, hacen cuentas y planifican los menús navideños. Un disfrute para los comensales pero, a menudo, un quebradero de cabeza para quienes los cocinan.
No solo por los gustos variados de los que se sientan a la mesa, sino también por el deseo de elaborar platos diferentes, sabrosos y equilibrados. Que no disparen (demasiado) los presupuestos. Y, si es posible, que no impliquen encerrarse horas en la cocina.
Razones que cada vez más invitan a buscar otras alternativas. Hay quienes optan por cenar o comer fuera de casa en estos días festivos. Y eligen entre la cada vez mayor oferta de restaurantes que abren sus puertas esas fechas. Pero también abundan las familias que prefieren mantener la tradición y reunirse en casa. Eso sí, degustando platos ya preparados fuera del hogar y elegidos al gusto del consumidor.
Los entremeses y primeros y segundos de cocina tradicional son los que más triunfan. Lo más habitual es pedir unos u otros, para complementar lo que sí se prepara en casa. Una forma de pasar más tiempo de ocio y menos en los fogones. Porque estos productos elaborados fuera del hogar están pensados para que, con una mínima puesta a punto de último momento, se sirvan en la mesa. Y quedar como profesionales.
Cocina a baja temperatura
"Si sabes calentar una pizza en el horno, sabes preparar nuestros platos". Con este sencillo símil explica Ángel Álava lo fácil y rápido que es tener listas las recetas que cocinan en Elvira. Un negocio fundado en 1958 como carnicería y que en el 94 se reinventó también con productos precocinados donde reina la cocina tradicional y de temporada.
La cocina a baja temperatura está pasteurizada y tiene una caducidad de tres meses
Su obrador central trabaja a destajo para cocinar las creaciones que les encargan en cualquiera de las 8 tiendas repartidas por Vitoria. Y otra en Bilbao abierta hace poco. Además del escaparate virtual que visibiliza su labor.
"Hay quien nos encarga con un par de meses de antelación. Pero lo más normal es que la gente no empiece a pedirnos hasta 15 días antes de Navidad. También porque saben que tenemos", reconoce Ángel. Para no quedarse escasos, recurren a los registros de años anteriores. Y no fallan. Ya cuentan con 500 kilos de cordero listos para su clientela. También con cabrito y cochinillo, "aunque en Álava su consumo es menor".

Cochinillo a baja temperatura que elaboran en Elvira. Foto: Elvira
Chipirones, carrilleras, crepes de zamburiñas o de foie con pasas y las croquetas son lo más solicitado para los menús navideños. Todo ello cocinado a baja temperatura. "Es la cocina al olvido, el equivalente a lo que hacían las amamas, el 'chup chup', el hacerlo a fuego lento, solo que con técnicas modernas", equipara Ángel.
De esa forma, logran elaboraciones "pasteurizadas y con una caducidad de tres meses". Una ventaja que repercute también en los precios. "Por ejemplo, el cordero ahora ha subido mucho, pero nosotros lo adquirimos y preparamos antes y no encarece tanto los costes finales", asegura.
Menú tradicional y casero
Donde tampoco dan abasto es en Altair-Abadía Catering. Las cenas y fiestas de Navidad, las celebraciones de empresa y demás eventos se acumulan y comprimen en apenas tres semanas. A ello se añaden los pedidos navideños para los menús particulares y también para las personas que, por razones laborales, tienen que estar de guardia en Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo.
Y, pese a que la costumbre de los menús navideños preparados ha proliferado, en su caso mantienen las mismas cifras que antes de la pandemia. "Antes las empresas de cáterin éramos las que lo hacíamos únicamente. Era porque teníamos el registro sanitario correspondiente. Ahora, prácticamente todo el mundo puede elaborar para llevar o sacarlo fuera del establecimiento elaborador", asume Juanma Lavín, responsable también del Villa Lucía Espacio Gastronómico de Laguardia.
Los pedidos se entregan refrigerados y envasados al vacío
Aun así, no paran. Y calcula que estas Navidades repartirán casi 300 menús. De media, cada hogar les pide tres platos por persona para encuentros de unos 8 comensales. "Aunque no son completos, nos piden algunas cosas. Luego la gente complementa el menú con lo que ellos preparan en su casa o, en los puestos de guardia, con otros producos", matiza Juanma.
Entre las exquisiteces que más gustan están los aperitivos variados de bocado, las cremas, las pencas rellenas de pescados con txangurro o la vieira entera gratinada con setas al estilo Abadía. No faltan tampoco las pavitas rellenas, los callos con patas y morros al estilo de la abuela Luchy o la torrija con crema Altair. Productos y platos "muy elaborados, de cocina tradicional, casera y con producto local", añade Juanma.
La gente pide o entrantes o platos principales preparados, para complementar lo que sí cocinan en casa
Los pedidos se entregan refrigerados y envasados al vacío aunque, previa petición expresa, también pueden estar congelados. Las reservas se hacen por teléfono o email y, una vez listos, los clientes pasan a recogerlo bien en Vitoria o bien en Laguardia. Y los precios oscilan en función del plato. Desde los 8,95 euros de una crema de calabaza con aceite de trufa de la Montaña a los 55 euros de una bandeja con 40 bocaditos surtidos.
Platos ya elaborados que llegan a las mesas vitorianas sobre todo de cara a Nochebuena y Navidad. "Servimos hasta el 24 y el 31 a mediodía", indica Juanma. Es un poco antes del puente de diciembre cuando empiezan a entrar los encargos. Porque los más previsores no quieren quedarse sin algunas de las referencias de la carta del cáterin.
Los canapés triunfan

Suprema de bacalao en salsa verde de Jardines de Uleta. Foto: Jardines de Uleta
Los canapés también triunfan en el cáterin Arimendi, del hotel Jardines de Uleta Suites. Además de los menús de Navidad para consumir en el propio establecimiento, han preparado otro versión 'take away' con siete propuestas de cubierto. Amén de un surtido de bocaditos y otro de pastelitos caseros.
"Las nuevas generaciones no quieren perder tanto tiempo en la cocina"
"Nos piden mucho la cajita de canapés. Y las croquetas también es habitual, porque así la gente no tiene que andar preparando los entrantes", explica Nahikari, responsable de marketing.
La otra opción es que les reserven platos principales como el meloso de ternera o la suprema de bacalao "y ellos pongan el aperitivo", reconoce Nahikari. Ambas propuestas resultan muy atractivas "para las nuevas generaciones, que no quieren perder tanto tiempo en la cocina y tiran de comer fuera o de cáterin".
Allí serán esta semana y las dos siguientes cuando más trajín tengan. "Cuando más nos demandan es para Nochebuena y Nochevieja y, como abrimos hasta las 8 de la tarde, tienen margen para venir a recogerlo", reconoce.

Platos envasados y embalados para facilitar su posterior consumo. Foto: Escuela de Hostelería de Gamarra
En la Escuela de Hostelería de Gamarra han optado por fijar una fecha límite de recogida de pedidos. Será el viernes 23 de diciembre, antes de las vacaciones. Claro que han dado margen desde el 5 de octubre para realizar las peticiones, que deben hacerse con cuatro días de antelación.
Una oferta gastronómica para llevar que sirve a sus alumnos para realizar prácticas de otro tipo y que a los clientes les apaña una comida o cena. Para ello, pueden elegir entre un amplio surtido (con platos que no superan los 20 euros) de entremeses fríos y calientes, ensaladas, verduras, pudines, pastas, arroces, pescados y carnes en salsa, tartas, pasteles y postres variados. Todo un banquete navideño.
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