"No podemos competir contra Primark, la gente ya no viene a comprar"

12 noviembre, 2019

Inaugurado hace 11 años con 90 vendedores ambulantes, el mercado de Lakua-Arriaga actualmente no llega a los 40 puestos

"Cuando cierra un puesto, no abre otro". Así describe José González la situación que vive el mercadillo de Lakua-Arriaga. Inaugurado hace 11 años con 90 vendedores, actualmente apenas son 40 los puestos que cada miércoles se instalan en el parking del barrio. "No hay poca gente porque haga malo, en verano también está así", se lamenta este vendedor ambulante de calzado.

Tome es compañero de José, y hace 8 años que regenta un puesto de ropa. Llueva, nieve o haga 40 grados a la sombra, cada semana acude puntual a su cita. Entre su género se encuentra la última moda en abrigos, jerseys, camisetas y pantalones, pero afirma que no puede "competir contra Primark. Las grandes superficies nos están haciendo mucho daño".

Las ventas en los pueblos se le dan mejor que en la capital, "supongo que es porque hay menos tiendas que en Vitoria".

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José y Tome coinciden en que cada vez hay menos puestos. "Hace años los vendedores venían de otras localidades próximas a vender aquí. Ahora son todos de Vitoria", cuentan. "Además, los nuevos vendedores solo aguantan unos meses. Prueban y no vuelven. Es que la gente ya no viene a comprar", declaran.

  • Duro y sacrificado

Borja Jiménez ha mamado desde niño el oficio. Sus padres también se dedicaban a ello, pero "eran otros tiempos. Antes se vendía muchísimo" cuenta. Describe la vida del vendedor ambulante como "muy dura y sacrificada. Hay que levantarse muy pronto y se pasa mucha fatiga". Y, al igual que para sus compañeros, la meteorología nunca es excusa: "Aquí estamos aunque venga una ciclogénesis".

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Los tres afirman que la clientela es generalmente gente mayor y muy fiel. Los jóvenes rara vez se dejan ver por el mercado. "Cuando fallece alguno de nuestros clientes enseguida nos enteramos porque dejan de venir" afirma Tome.

  • La amabilidad, el trato y los precios, a destacar

Unas de esas clientas fieles son Mari Nieves Herrera y Julia Espinosa, que acuden "casi todos" los miércoles a Lakua-Arriaga. "Venimos dando un paseo desde Coronación, compramos fruta y nos damos una vuelta por los puestos de ropa" declara Julia. Mari Nieves ha acudido este miércoles con una idea clara: “Vengo a comprarme unos pantalones. El otro día se los vi a Julia y quiero unos iguales. ¡Solo cuestan 10 euros!".

La pareja de amigas destaca la amabilidad de los vendedores y la calidad de las prendas, además del precio. "Ya nos conocemos a todos y el trato es muy personalizado, saben lo que nos gusta; y si traen género nuevo enseguida nos lo enseñan", declaran.

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Patricia López de Guereñu es de las clientas más jóvenes que encontramos en el mercado. Ha acudido buscando algo muy concreto. "Mi madre se compró una bata y me la acabé quedando yo porque era súper calentita. Busco una igual o parecida" cuenta.

La joven afirma que en Vitoria no tiene costumbre de ir al mercadillo. "Es la primera vez que vengo, pero no va a ser la última. He echado el ojo a unas botas que hacía tiempo que quería y están por solo 20 euros. En Benidorm vamos al mercadillo todos los años, nunca fallamos. No entiendo por qué aquí no hay costumbre. El miércoles que viene vuelvo” afirma mientas coge una bata: “¡Es esta, es esta!”.

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Borja, Tome, José y las decenas de vendedores ambulantes volverán el miércoles a colocar el puesto en el parking de Lakua-Arriaga con la esperanza de que las ventas remonten y se recupere la tradición de ir a comprar al mercado. "¡Pantalones, parcas, abrigos. Todo muy barato. Y con la compra de cualquier producto, regalamos la bolsa!". El humor sigue intacto.