Mercedes vota este lunes su futuro
La plantilla decidirá en referéndum si aprueba el preacuerdo alcanzado entre la dirección y la mayoría sindical
Este fin de semana promete ser muy caldeado en Vitoria. Y no solo por las elevadas temperaturas. Sino porque los 5.000 trabajadores de Mercedes apuran las horas, argumentos, debates y reflexiones antes del momento decisivo. El lunes la planta vitoriana vota su futuro. Y lo hace con todas las miradas puestas en un referéndum donde la plantilla dirá si respalda el preacuerdo del convenio colectivo que el pasado martes alcanzaron la dirección y la mayoría sindical.
Una mayoría formada por UGT, CC OO, Ekintza y PIM que suma 17 de los 31 delegados sindicales. Pero, según lo visto en los últimos días, no parece contar con el respaldo de los operarios de Mercedes. La plantilla sí ha secundado de forma mayoritaria los tres días de huelga convocados esta semana por ELA, LAB y ESK, lo que ha supuesto paralizar, una vez más, la producción.
El desencuentro entre ambos bandos sindicales no es nuevo. Ya se ha escenificado en anteriores negociaciones del convenio. Y se ha repetido durante los 19 meses que las diferentes reuniones se han prolongado en esta ocasión. Pero la crispación ha alcanzado sus cotas más altas en estos últimos días.
Desde ELA, LAB y ESK critican que el preacuerdo suscrito a seis años no recoge las subidas salariales conforme al IPC, lo que supone "no garantizar el poder adquisitivo de la plantilla". Esta era una de sus principales reivindicaciones, junto con la de eliminar la sexta noche. Esta segunda exigencia sí consta en el preacuerdo que se votará el próximo lunes, y que incluye estos aspectos:
- Eliminación de la sexta noche
- Contrato relevo para más de 250 trabajadores
- Conversión de 150 contratos temporales a indefinidos
- Limitación de la plantilla temporal al 15%
- Puestos protegidos para 150 trabajadores
- Premios de antigüedad a los 25 años
- Paga única no consolidable de 500 euros al firmar el convenio
- Año 2021, paga no consolidable de 4.000 euros. No se actualiza el IPC.
- Año 2022, incremento de un 6% en todos los conceptos.
- Año 2023, 2024, 2025 y 2026 incremento del 2,25%
- Nueva paga de transformación: 1.000 euros/año
- Paga de 500 euros/año si se superan los 200.000 vehículos
Consulta "vergonzante"
Para ELA, LAB y ESK, todo el proceso resulta "bochornoso" y culminará con una consulta "vergonzante". Las tres centrales sindicales han puesto en duda la "democracia" y transparencia de la votación ya que, según ellas, "es la empresa la que la organiza". Denuncian también que la plantilla no tiene acceso a los censos para comprobar que son correctos, y que tampoco ellos los han recibido.
Además, cuestionan el uso de una aplicación telemática para realizar la votación. "La empresa es la que la gestiona, todo muy transparente. Buscan más un 'sí' que saber lo que opina la plantilla", recalcan. Por eso, hacen un llamamiento a que, "todas las personas que puedan", lo hagan presencialmente y voten 'no' al preacuerdo. Tampoco descartan convocar nuevas movilizaciones esta próxima semana.
"Responsabilidad" de la plantilla
También desde UGT, CCOO, Ekintza y PIM han hecho un llamamiento a la votación. En su caso, claro, en sentido positivo. Sin embargo, tanto UGT como Comisiones Obreras han asegurado que aceptarán el resultado (que se conocerá el martes) y que, si el preacuerdo no sale refrendado este lunes, no firmarán ningún pacto de eficacia limitada.
"Apelamos a la responsabilidad de la plantilla para que el lunes acudan a votar masivamente a favor del 'sí al acuerdo' y garantizar la viabilidad de la planta de cara al proyecto VAN/EA, nueva plataforma eléctrica", señalan desde UGT, que lidera la mayoría sindical con 7 delegados, al igual que ELA.
Políticos y empresarios
En medio de este clima de tensión, han sido muchas las voces, sobre todo desde el ámbito político y empresarial, que han querido expresar su opinión sobre un conflicto que afecta a la principal factoría de Euskadi. Una fábrica cuya actividad repercute en otros 30.000 empleos indirectos. Y donde Mercedes ha planteado una inversión de 1.200 millones de euros.
SEA y Cámara de Comercio recuerdan que está en juego "la mayor inversión jamás recibida"
Desde entonces, las presiones por alcanzar un acuerdo que haga realidad esa inyección económica han aumentado. Por eso, tras el anuncio del preacuerdo, el primero en valorarlo fue el propio director de Mercedes Vitoria. Emilio Titos fue muy tajante al advertir a la plantilla sobre las posibles consecuencias de rechazarlo.
"En caso de que el resultado de la votación del preacuerdo de convenio colectivo fuera negativo sería claramente una apuesta hacia el precipicio", advirtió. También destacó que la compañía ha realizado "un esfuerzo". Y asegura que el preacuerdo conlleva "un aumento considerable del salario de la plantilla".
Por su parte, SEA y la Cámara de Comercio de Álava también han mostrado su preocupación por el conflicto. En un comunicado conjunto, han pedido a la plantilla "reflexión sobre las consecuencias" para la fábrica y la economía alavesa y vasca de un resultado negativo. Les han recordado que está en juego "la mayor inversión jamás recibida" y han insistido en que aprobar este preacuerdo "traerá la paz social y habilitará una inversión imprescindible para que la planta vitoriana y todos sus proveedores mantengan el nivel de bienestar que disfrutamos en la actualidad".
Desde el Gobierno Vasco también han mostrado en más de una ocasión su deseo de un pronto acuerdo que no haga peligrar dicha inversión. El propio lehendakari, Íñigo Urkullu, viajó a Alemania para tratar de garantizarla. Y Arantxa Tapia también ha destacado la necesidad de alcanzar un acuerdo. La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente señalaba el martes pasado que esta era una semana "decisiva para el futuro de Mercedes" y apreciaba la voluntad "por ambas partes de llegar a un acuerdo, es el momento de acordar y trabajar por el futuro". Un pacto que, priorizaba, "atienda las necesidades que va a tener la futura nueva planta y la nueva producción".
En clave alavesa, Ramiro González no ha ocultado nunca su deseo de armonía entre la empresa y parte social. El diputado general opina que el rechazo al preacuerdo supondría un escenario "tremendamente incierto, no solo para Mercedes, sino también para el conjunto del sector económico de Álava". Además, considera que los 1.200 millones de euros posicionarían a Mercedes "y a toda la industria automovilística vasca en una situciación inmejorable de competitividad de cara al futuro".
También Gorka Urtaran ha apelado a la "altura de miras y responsabilidad" por ambas partes para alcanzar un acuerdo. El alcalde de Vitoria-Gasteiz confía en que la respuesta de la plantilla "sea satisfactoria por el bien de todos". "Ojalá haya un acuerdo porque significa consolidar un proyecto estratégico para el futuro de Vitoria, de toda la ciudad", ha recalcado.
El conflicto ha llegado, incluso, al Congreso. Allí, en pleno Debate sobre el Estado de la Nación, el diputado de EH Bildu Oskar Matute expuso la situación de Mercedes. En su disertación, Matute reclamó que los diputados pongan "a la clase trabajadora en el centro de todas las medidas, la misma clase trabajadora que hoy en Gasteiz, a través de los trabajores de Mercedes, está llevando a cabo una huelga porque no quieren que sus salarios estén por debajo del incremento del IPC en la vida de la gente".
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