La nueva mercería creativa que rompe tabúes en Vitoria
Tres Agujas, en el barrio de San Martín, ofrece talleres y materiales para la costura, el patchwork, el croché, el punto o el macramé
En un rincón del barrio de San Martín, entre el ir y venir cotidiano, se esconde un pequeño refugio creativo. Al entrar, el aroma a telas nuevas y el colorido de los hilos te envuelven. 'Tres Agujas' no es solo una mercería; es un espacio donde se tejen historias, donde lo hecho a mano recupera su valor y donde cada persona encuentra un rincón para explorar su creatividad.
Amaia Urbieta es la dueña y alma de 'Tres Agujas', un local situado en el paseo Salvador de Azpiazu, 11. "Elegí este sector porque me gusta. Me parece bonito el trato con la gente, el pensar qué materiales van a necesitar para su proyecto. Me encanta que luego vengan y me enseñen lo que han hecho”, cuenta con una sonrisa, esa que solo tienen las personas que aman lo que hacen. Amaia ha encontrado su lugar. Y lo ha hecho en un momento en el que muchos dirían que abrir una mercería es un acto de valentía.
Pero 'Tres Agujas' no es una tienda cualquiera. Es un espacio que respira creatividad y comunidad. “La denominamos mercería creativa porque va más allá de los botones y corchetes. Aquí tienes todo lo que necesitas para hacer patchwork, croché, punto… Todos los accesorios que hacen falta para crear algo desde cero”, explica.
Talleres de costura
'Tres agujas' va más allá de la lencería que históricamente ha dominado este tipo de comercios. “Nosotras abarcamos las labores y la costura: patchwork, croché, punto, ganchillo, macramé… Tenemos variedad de accesorios para estos proyectos. Aquí encuentras todo lo que necesitas para crear", comenta. Desde hilos de distintos tipos, agujas, hasta telas para patchwork, cremalleras, kits de punto de cruz y mucho más.
'Tres Agujas' ofrece talleres de patchwork, costura, crochet, punto e iniciación a la costura para niños
Además de vender materiales, uno de los pilares de 'Tres Agujas' son los talleres: “La gente ha estado muy interesada en los cursos desde el principio. Ofrecemos talleres de patchwork, costura, crochet, punto… También tenemos iniciación a la costura para niños, donde tunean tote bags, hacen muñecos o carteras”. Estos talleres enseñan técnicas y crean un espacio para disfrutar de la compañía de otros que comparten la misma pasión.
El renacer de las labores manuales
En un mundo donde lo digital parece dominarlo todo, Amaia reivindica el valor de lo tangible, de lo que se crea con paciencia y dedicación: “A la gente le gusta ver, tocar, mirar las telas, cómo combinan… eso no te lo da internet. Yo les aconsejo lo que es mejor para la realización de sus proyectos”.
La mercería está lejos de ser un lugar para una generación pasada. Amaia ha sabido captar el resurgir de las labores manuales entre los más jóvenes. “Desde el confinamiento, con los vídeos de YouTube y la promoción del ‘hecho a mano’, todo está subiendo. Los jóvenes lo ven en redes sociales como algo creativo. Y los niños están locos por los hilos de pulsera, eso siempre se lleva”, comenta.
Amaia reflexiona sobre cómo, en su generación, coser era "casi una obligación" para las mujeres, una habilidad impuesta más que una elección: “En el pasado era algo que se esperaba de nosotras por ser mujeres, y eso ha generado cierta negación hacia la costura en las nuevas generaciones”. Sin embargo, el panorama está cambiando. “Ahora me piden cursos para aprender a poner una cremallera, y veo que la generación mayor, que ha hecho de todo, también está redescubriendo estas habilidades”, señala.
Rompiendo estereotipos
'Tres Agujas' es un lugar para todos, y Amaia espera que eso incluya también a más hombres en el futuro. "Me gustaría que los chicos se animaran a entrar. Esto también lo pueden hacer los hombres", afirma Amaia. En su tienda, quiere romper con los estereotipos y animar tanto a hombres como a mujeres a disfrutar del mundo de la costura sin miedo.
Y es que para Amaia, su mercería es más que un negocio. Se trata de una pasión que comenzó de joven con las revistas de Burda. "Siempre me han gustado las revistas de todo esto. Aunque era autodidacta y me daba apuro llevar puestas las cosas que cosía por si se notaba que estaban mal hechas", recuerda con nostalgia.
El deseo de Amaia es que 'Tres Agujas' sea un lugar donde las personas disfruten creando. “Hay una frase que pusimos en la pizarra cuando abrimos que dice ‘entra y encuentra tu inspiración’. Creo que define muy bien lo que quiero que sea la tienda. Un lugar donde puedes hacer el proyecto que quieras, tanto si acabas de empezar como si eres un experto", señala.
En este sentido, Amaia defiende que coser es un entretenimiento tan válido como cualquier otro. “Hay una frase que me gusta: ‘Yo coso, ¿tú qué superpoder tienes?’”, indica. A pesar de que a menudo se percibe el crochet y otras labores como actividades “femeninas”, ella espera cambiar esa percepción: “Me gustaría que ‘Tres Agujas’ fuera un referente para todos, mostrando que la costura y el crochet son un pasatiempo tan válido como cualquier otro”.
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