La 'quedada' de Curro, Yaiza y Naia que causa sensación

"¡Es adorable! ¿Puedo cogerlo?". Son muchos los brazos que quieren achuchar a Curro y sacarle fotos. Un pequeño corrillo de personas reunidas en la Virgen Blanca rodea a este bebé de ojos enormes. También a una dormida Yaiza y a la pequeña Naia. Están de lo más solicitado. Los tres han salido de paseo, lucen sus mejores galas y sus caras de muñeco causan expectación...

Porque lo son. Bebés hiperrealistas que cambian la piel, huesos y venas por vinilo, silicona, pintura y, según el caso, pelo natural. Son los muñecos 'reborn' y, a simple vista, parecen txikis auténticos. "¡Madre mía, son achuchables, yo quiero uno!", exclaman algunas mujeres.

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Sonia y Ainara los ceden con soltura. Son las organizadoras de la primera 'quedada' de muñecos 'reborn' en Vitoria-Gasteiz. También son sus creadoras. Cada muñeco les lleva, por lo menos, un mes de trabajo.

Un proceso en el que no falta detalle. Dedos, uñas, arrugas, gestos, la suavidad de la piel y hasta alguna marca de nacimiento. El pelo puede ser pintado o natural (de cabra, eso sí). Y pueden recrear desde bebés hasta niños de 10 años "en un tamaño no muy grande, eso sí".

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"Yaiza es una réplica de cuando mi hija era pequeña", cuenta Ainara, que se confiesa "una fanática de las muñecas". Curro, ahí donde lo vemos, tiene ya 6 años con Sonia. "Recrea al hijo de una persona que me enseñó estas técnicas", explica.

Hace diez años que se introdujo en el mundo de los muñecos 'reborn' y ahora es experta en el injerto del pelo. También imparte cursos y quiere organizar una exposición en Vitoria-Gasteiz. "Tienen mucho tirón, son muñecos que dan mucha ternura", recalca.

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Creaciones que muchas personas gustan de coleccionar, pero que también se utilizan en algunas terapias con personas con alzheimer o depresión.