El museo Bibat regresa al Paleolítico alavés y rescata el Thoracatos de Iruña-Veleia

El Museo BIBAT celebra su décimo aniversario con una exposición que nos lleva al Paleolítico alavés. “Con sus restos y los restos de los animales de la época, nos daremos cuenta de cómo ha cambiado nuestros entorno y el clima, pero no tanto nosotros, los seres humanos”, ha señalado la diputada de Euskera, Cultura y Deporte, Igone Martínez de Luna: "En la exposición contamos con piezas de fuera de nuestra colección habitual y las hemos situado de forma didáctica. Para este propósito las imágenes nos dan una gran ayuda”.

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Del Paleolítico inferior quedan en Álava útiles de piedra encontrados de forma aislada y fuera del lugar en el que se usaron por última vez. Muchos de estos hallazgos se han descubierto en el territorio hoy ocupado por los embalses de Ullibarri-Gamboa y Urrunaga.

Del Paleolítico Medio la cueva de Arrillor (Murua) es el yacimiento más destacado. Estuvo habitada a lo
largo de este período de manera discontinua por múltiples grupos de neandertales. En ella se halló el resto humano más antiguo de Álava, un diente de leche de un niño o niña neandertal. Además de éste, se encontraron multitud de herramientas de piedra y huesos de los animales cazados por los habitantes de la cueva.

Del Paleolítico Superior hay restos en la cueva de Arrillor y en Mairulegorreta. También existieron yacimientos relacionados con la explotación de canteras de sílex, como los de Pelbarte (Egino) y El Prado (Burgueta,Treviño). Los restos arqueológicos de este período son muy escasos. Su fragilidad, la intensa actividad agraria y la construcción de los embalses, pueden explicar, junto a otros condicionantes de la investigación, este vacío aparente.

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En la exposición Álex Fernández se ha ocupado de los dibujos, el diseño es de Anuska Graphic y la muestra está comisariada por Álvaro Arrizabalaga y Mari Jose Irarte, profesores de la UPV, además de contar con piezas y vídeos del Archivo de Gipuzkoa y del Museo Altamira.

• Thoracatos de Iruña Veleia

Además de esta muestra, el Museo BIBAT pone también a disposición de los visitantes el Thoracatos de Iruña-Veleia. Los thoracatos son representaciones de personajes provistos de coraza militar que en época romana
abarcan una amplia gama. En piedra se encuentran presentes en estelas funerarias y aras votivas, frisos y relieves, sarcófagos, trofeos, bustos y como esculturas exentas. Su ubicación solía ser lugares públicos como foros, edificios de espectáculos, termas, puntos destacados de campamentos militares o en lararios familiares. Normalmente colocados en nichos u hornacinas, lucen una parte posterior trabajada con menos esmero.

Desconocida la fecha y contexto del hallazgo original, la referencia primigenia de su existencia es proporcionada en 1873 por Miguel Rodríguez Ferrer como pieza de su propiedad en la granja de Larrabea (Legutio, Álava), originaria de Iruña.

Apesar de lo enigmático de su hallazgo, esta escultura —junto con la dama de Iruña— es una de las más conocidas de esta ciudad romana, además de ser el emblema de la revista Veleia.

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Es un fragmento escultórico de 26 cm que conserva un torso sin cabeza ni extremidades, con orificios de inserción para pernos en brazo izquierdo y cuello. Se ha interpretado como un objeto doméstico destinado al culto en un altar familiar que posiblemente represente al dios Marte.

La figura presenta una suave curvatura, y pese a su estatismo se encuentra un poco girada, apoyada en su pierna derecha, con la izquierda adelantada y flexionada, y el brazo derecho levantado.

Por sus características generales y particularidades, puede fecharse en el segundo tercio del siglo II, dentro del grupo de thoracatos helenísticos del período inicial de Antonino, emperador entre el 138 y el 161 d.C.