Navidad de 1965 en Vitoria: ¿qué ha cambiado y qué no?
Las tradiciones de la Navidad han cambiado mucho en Vitoria-Gasteiz desde 1965, cuando Vitoria solo tenía 100.000 habitantes
Tras dos navidades condicionadas por la pandemia, esta de 2022 será la de la vuelta a la normalidad. Comidas de empresa, cenas con la familia, cotillones, gorritos con forma de árbol de navidad o cuernos de reno... Y una vez más, quizás para aquello de recordarnos las tradiciones, Raphael volverá al especial de Navidad de RTVE. Hoy echaremos la vista atrás a la Navidad de 1965 en Vitoria-Gasteiz: en aquel año el artista jienense sacó su primer disco de villancicos que, 57 años después, sigue amortizando.
La revista local “Fin de año”, publicada en la década de los sesenta, hacía un repaso de lo acontecido en ese 1965. La figura del belén de la Florida del Rey Baltasar y su paje destacaban en la portada de la edición de aquel año. Por aquel entonces, Vitoria-Gasteiz superaba por primera vez los 100.000 habitantes y se encontraba inmersa en pleno proceso de transformación e industrialización.
Las Cajas de Ahorros Municipal y Provincial mediante sus obras sociales formaban parte activa de los cambios de aquel año. Destacaba la construcción de nuevas viviendas en el recién proyectado barrio de Arana. Pero también otros proyectos como la restauración del Portalón y la puesta en marcha del nuevo Museo de Arqueología, así como las nuevas instalaciones de la Escuela de Trabajo Social en la calle Florida.
En el ámbito más doméstico, el SEAT 600 empezaba a ser desplazado como utilitario hegemónico por nuevos modelos como el Renault 8. Estaban a la venta en la exposición del recién inaugurado concesionario en el Alto de Armentia. Los televisores de las marcas Zenith, Philips o Telefunken iban entrando en las casas de los vitorianos, aunque por aquellas fechas aún no eran la mayoría. Frente a tanto cambio, algunas cosas perduraban como el tradicional sorteo de la lotería del día 22 que, como suele ser habitual, pasó por alto Álava.
Para los pequeños se organizó la XXIII Fiesta Infantil, con reparto de regalos a más de 800 niños y niñas. La Exposición de Libro Infantil y el Festival de Navidad en el Teatro Principal completaban la oferta para los más jóvenes de casa. A falta de otros planes, siempre quedaba la opción de acudir a los cines como el Gasteiz, Amaya, Samaniego o Guridi entre otros para ver alguna de las películas de la programación especial navideña.
Mary Poppins, Tarzán en peligro o la comedia española La familia y uno más copaban la cartelera por aquellos días. El 23 de diciembre tuvo lugar la octava edición del concurso agrícola con productores locales en la Plaza Nueva, donde se instaló un gran abeto decorado para la ocasión.
Aún sin grandes almacenes ni nada parecido, los comercios locales intentaban atraer a los compradores que poco a poco iban introduciéndose en los nuevos hábitos de consumo. También en aquella época destacaba el Concurso de Escaparates.
Entre las compras encajaban unos zapatos de Dicor, Ducal o el Cid, algún objeto de regalo en El Arenal o Erbina, paraguas en la recientemente cerrada Albareda... O la siempre recurrida opción de comprar ropa. Las opciones de aquella época eran Ibarra, Pelegrín o Dany Boutique, 'la boutique internacional y joven de la ciudad' según su publicidad.
Quienes tenían televisión cruzaron el nuevo año de la mano de Tony Leblanc en TVE, previo discurso de Franco bajo la atenta mirada tras las cámaras del entonces ministro de Información y Turismo Manuel Fraga.
El Círculo Vitoriano, Canciller Ayala, La Peña Vitoriana y Genera Alava organizaron fiestas de fin de año
Aunque los cotillones no habían proliferado como lo harían pocos años después, el Circulo Vitoriano (reformado este mismo año), el Casino Artista Vitoriano, La Peña Vitoriana o los hoteles Canciller Ayala y General Álava organizaron fiestas de fin de año para la ocasión. Para los más devotos tuvieron lugar misas de media noche en algunas parroquias como la de San Vicente, los Ángeles o en las Desamparadas.
Como todas las navidades, la cabalgata de los Reyes Magos puso fin al periodo festivo. Tras la visita de sus majestades a centros benéficos y la tradicional recepción en el Ayuntamiento, a las ocho y media de la tarde arrancaba la cabalgata. Partía de la calle Olaguibel y rodeaba la ciudad pasando por las calles Paz, Francia, Coronación, Ramiro de Maeztu, Sancho el Sabio entre otras para adentrarse nuevamente en el centro hasta finalizar a las nueve y media en el parque de la Florida.
A diferencia de la actual cabalgata, los organizadores de la misma eran la Diputación Foral y la Delegación Provincial de Juventudes.