Maruja y Joaquina presiden el nuevo mural de Ariznabarra
Ya se vislumbra el mural número dieciocho del Itinerario Muralístico de Vitoria-Gasteiz
La Ciudad Pintada sigue sumando murales a su Itinerario Muralístico. El barrio gasteiztarra de Ariznabarra, de cerca de 8.000 habitantes, luce ya en una de sus fachadas el mural número dieciocho de este proyecto que se fundó en 2007 de la mano de Verónica Werckmeister.
El muralista canario Matías Mata (Sabotaje al Montaje), de larga trayectoria y prestigio internacional, es quien ha dirigido este nuevo mural que empezó a gestarse hace poco de un mes, con unas reuniones previas en las que se realiza ese boceto que más tarde se plasma en la pared.
- Fotos del proceso
En esas sesiones de diseño se buscó conocer la simbología e iconos del barrio. Todos los participantes, que en esas sesiones realizan ejercicios y dinámicas de investigación y participación en la calle, describieron a Ariznabarra como un pueblo pequeño y Matias Mata buscó una imagen cotidiana del barrio: Dos personas mayores sentadas en un banco. En el mural se pueden observar diferentes detalles como la arquitectura de las primeras casas del barrio, la piscina que existió en la misma plaza que acoge el mural, los huertos que en su día existían en el barrio y otros iconos como el equipo de fútbol.
A las vecinas Maruja y Joaquina, las grandes protagonistas del mural, se les ha sumado la perrita de Lourdes Paredes, presidenta de la comunidad de vecinos que acoge la pintura. Matias ha querido incluir en el mural a la perra como agradecimiento a esos vecinos que tan bien se están portando portando con todos los voluntarios y colaboradores.
En su día, el nacimiento de Ariznabarra no quedó reflejado en el plano de la ciudad debido a que una constructora inició, por su cuenta y sin planificación municipal previa, la construcción de una serie de edificios de 4 y 5 alturas, es por ello que el barrio se ganó el apelativo de "barrio pirata", y eso es algo que también queda reflejado en este lienzo de grandes dimensiones.
15 colaboradores y voluntarios fijos han trabajado con intensidad. Buena parte de ellos son vecinos del barrio, los hay incluso que lo son del propio edificio en el que se está pintando el mural. Ellos han trabajado en todo el proceso, no solo en la fase de pintar, también en esas sesiones participativas en la que se decide que se va a pintar y que al final es la más importante.
Este es el primer mural que se pinta en Ariznabarra y la gente del barrio ha recibido el proyecto con agrado. "Todo no tiene que pasar en el centro y después de la buena experiencia vivida en Zaramaga hemos querido dar un poco de cariño y reconocer a un barrio histórico de la ciudad como es el de Ariznabarra", "La herramienta del arte público sirve para crear lazos, recordar la historia y dignificar a los lugares y personas que habitan en el" indica Verónica Werckmeister.
No hay que olvidar que Vitoria-Gasteiz es pionera en este tipo de proyectos participativos a gran escala. "Tenemos algo que no sabemos explotar y no vendemos bien" apunta Marta C. Dehesa, quién también añade que la ciudad respeta el movimiento muralista, incluso a pequeña escala en garajes etc. y esa conciencia es la que ha dado pie a todo esto.
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