Borja, ex ocupa de Olarizu: "Si necesitas una vivienda, la cuidas y no la destrozas"
Borja fue uno de los primeros ocupas de Olarizu: "Cuando llegamos las casas estaban perfectas, pero las han destrozado y están para tirar"
Borja y su pareja ocuparon en 2016 un piso de Avenida de Olarizu. Entraron por necesidad en unos pisos recién abandonados por sus propietarios: "No tenía para vivir, mi pareja estaba embarazada y mi familia estaba lejos", cuenta a Gasteiz Hoy.
Cuando entró aún vivían en la manzana algunos propietarios y tan solo seis ocupas. Se fueron año y medio después, tras la llegada de personas muy conflictivas, que tomaron el control de la manzana: "Lo que he visto en ese barrio no lo he visto nunca".
"Cuando entré las viviendas estaban perfectas, pero las han saqueado y están para tirar"
En 2016 las 123 casas de obreros en Avenida de Olarizu estaban "perfectas", tal y como sus dueños las habían dejado: "Los antiguos propietarios habían reformado muchos de los pisos, buscando su revalorización." Los edificios tenían agua y tan solo pincharon la luz. En esos primeros meses los ocupas crearon una comunidad: eran personas sin recursos que habían encontrado un techo en el que cobijarse. Celebraron incluso su Nochebuena en comunidad y mantenían una buena relación.
El problema llegó meses después, con la entrada de una mujer que trajo consigo a más familia y a otras personas muy conflictivas. Fue el inicio de la pesadilla para Borja y otros vecinos. Ahí comenzaron los robos, la droga, las peleas casi diarias, la visita casi constante de la Policía y las noches sin dormir.
"O comes, o te comen"
En cuestión de meses la manzana de Olarizu se convirtió casi en la Ley de la Selva. Era una lucha casi diaria por marcar terreno: "De vivir ahí te haces como ellos. O comes, o te comen". Borja pasó página hace casi tres años: hoy vive en Zamora, trabaja y comparte vivienda con su familia. Pero ¿cómo fueron esos meses conviviendo en un entorno hostil?
"Puedes necesitar un techo y entrar a vivir, pero no entiendo que destroces la vivienda en la que vives"
La delincuencia se apoderó poco a poco de los edificios, según relata este antiguo vecino. Y el perfil de los ocupas cambió, algo que indigna a Borja: "Si tú quieres una vivienda digna, no destrozas la vivienda en la que estás", insiste: "Si te hace falta una vivienda, la cuidas".
Pero los nuevos ocupas saquearon los edificios uno a uno: "Destrozaban los pisos en busca de chatarra, revendían los muebles que habían dejado los propietarios y se llevaban los cables de luz, las tuberías y los canalones". Hoy en día estos edificios "están para tirar", reconoce Borja.
Butrones entre portales, tejados levantados y paredes derribadas para arrancar el último trozo de cobre: "Un día, viendo la TV, me cortaron el cable para venderlo como cobre". En poco tiempo los pisos de Olarizu se convirtieron en ruina. Borja vivía en los pisos más altos, y de madrugada escuchaba pasos por el tejado, a los que accedían trepando por las tuberías: "Rompían incluso los tejados, provocando la filtración de agua". Algunas de estas viviendas se convirtieron también en huertos de marihuana.
Borja lamenta que estas personas manchan el perfil de otras personas que ocupan por necesidad: "Tengo amigos ocupas que cuidan su casa, no dan problemas al vecindario e incluso piden pagar la luz".
Algunas de estas personas accedieron hacer meses a viviendas de Alokabide en Salburua. "La gente que vive allí no sé que necesidades tiene", lamenta.
Venta de pisos por 300€
Los robos a otras personas ocupas de Olarizu fueron en aumento: "Me han robado bastantes veces", asegura Borja. Incluso, cuando se ausentó unos días para visitar a su madre, intentaron vender su casa ocupada. Porque la venta de pisos es una táctica frecuente en esta manzana. Un grupo de personas se ha hecho con la 'gestión inmobiliaria' de esta manzana. Un negocio más con el dinero ajeno, en el que un clan juega con la necesidad de vivienda de numerosas personas.
Entrar en una vivienda de Olarizu costaba 300€. Este es el precio que, según Borja, cobraban algunos ocupas a otras personas por destapiar un piso.
Hace casi tres años Borja dejó Olarizu y volvió a Zamora con su pareja y su hijo. Servicios Sociales les había alertado que tenían que dejar la zona ante el riesgo de que les quitasen la custodia, aunque tampoco les ofrecieron una alternativa habitacional en ese momento.
En Zamora encontró trabajo y, con ayuda de su madre, han podido salir de la calle. Borja vivió varios años en Vitoria. Le preguntamos si quiere volver: "No". El trauma de los últimos meses en Olarizu gana, de momento, a los buenos momentos que vivió en Vitoria-Gasteiz.
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