Oier Ponti, el vuelo de un talento vitoriano hacia el mundo

25 octubre, 2025

El gasteiztarra afronta la recta final de su preparación antes de representar a España en el Mundial por Edades en la disciplina de tumbling

Un cartel en la pared, una propuesta de campus, una decisión casi improvisada... Así comenzó todo. Hoy, siete años después, Oier Ponti Sáenz se prepara para representar a España en el Campeonato del Mundo por Edades, en la modalidad de tumbling. Lo hará en noviembre, en Pamplona, tras haber sido seleccionado oficialmente con solo 16 años.

Antes de aquel campus en 2018, Oier nunca había practicado deporte. "Cuando me apunté al campus, no me esperaba para nada llegar hasta donde estoy ahora. Fue una auténtica casualidad. Mi amiga vio un cartel donde se ofertaba un campus y nos apuntamos para probar. Y desde ese día hasta hoy, todo lo que me ha pasado es increíble", recuerda.

Lo que empezó como una simple actividad de verano, se convirtió en una pasión. Hoy, con años de entrenamientos, campeonatos y medallas a sus espaldas, tiene claro que fue un punto de inflexión en su vida. "Apuntarme fue, sin duda, una de las mejores decisiones que he tomado. Gracias a ello, he conocido a muchísima gente y he tenido la oportunidad de asistir a diferentes campeonatos, haciendo amistades más allá de Vitoria", analiza el joven vitoriano.

Oier Ponti

¿Qué es el tumbling?

Para quienes no están familiarizados, el tumbling es una disciplina de la gimnasia. Se practica en una pista larga y flexible donde los gimnastas encadenan saltos, mortales, giros y volteretas sin detenerse.

Es una combinación explosiva de fuerza, velocidad y control absoluto del cuerpo. En competición, el nivel base exige cuatro elementos por serie. En élite, como en la categoría actual de Oier, se realizan ocho acrobacias encadenadas a máxima velocidad.

Un club, una pasión

Oier entrena en el Club Mayuelu de Vitoria-Gasteiz, fundado en 2013. Desde que se apuntó en enero de 2018, apenas ha parado. Entrena dos días a la semana (martes y viernes de 18:30 a 21:30 en el polideportivo de Ibaiondo) y a veces también los sábados, si hay disponibilidad, en Ariznabarra.

"Entrenar me libera. Me ayuda cuando estoy mal o estresado. Me encanta este deporte. Cuando salto, siento que vuelo", cuenta con una sornisa. "Este año fue especial. Sabía que la federación me estaba siguiendo, y eso me generó algo más de nervios. Pero también me dio motivación", analiza. Desde su primera competición en 2018 (organizada por su propio club) Oier ha recorrido un camino lleno de éxitos:

  • Campeón de Euskadi todos los años desde 2019.
  • Tercer puesto en el Campeonato de España en 2022 y 2023 (tumbling, categoría base).
  • Tercer puesto también en doble mini-tramp (2023).
  • Segundo puesto en tumbling y sexto en mini-tramp (2024, ya en categoría élite).

Entre estudios y saltos

Compaginar entrenamientos de alto rendimiento con el bachillerato científico-tecnológico que cursa no es fácil. Sin embargo, Oier lo lleva con naturalidad. "Bueno, me influye, pero no tanto. Normalmente no me ha afectado mucho el hecho de competir teniendo exámenes en bachillerato. En algunos campeonatos sí que me he podido llevar cosas para estudiar, y en los hoteles he aprovechado para hacerlo", reconoce.

"Lo vivo con nervios, pienso en ello y me emociona mucho, tanto por conocer gente como por ir a mi primer Mundial"

La disciplina y la constancia han sido claves en este crecimiento. Y también la gestión emocional. "Antes estaba mucho más nervioso antes de competir. Ahora lo afronto con más seguridad”, afirma. Aunque reconoce que en junio, en su último campeonato en Ourense, se quedó con una pequeña espina: "Tenía otros elementos preparados que no me vi capaz de hacer en el momento. Aun así, quedé segundo. Pero creo que podría haber ganado", reconoce.

Un sueño cumplido

En noviembre de 2024, Oier cumplirá uno de sus grandes sueños: competir con la selección española en el Mundial por Edades en Pamplona. "Lo vivo con nervios, pienso en ello y me emociona mucho, tanto por conocer gente como por ir a mi primer Mundial", valora con una sonrisa.

Antes, había pasado por un control en una Copa del Mundo en Portugal, donde no se sintió en su mejor momento. Aun así, logró pasar a la final y convencer al equipo técnico. "Me lo dijeron en un entrenamiento y no me lo creía. Me puse muy contento. Fue muy emocionante", recuerda sobre el momento en que supo que estaba seleccionado.

Oier Ponti

La familia, un pilar fundamental

Uno de los pilares fundamentales en la trayectoria de Oier es su familia. Una familia que ha visto el crecimiento de este joven gimnasta en los últimos años. "No esperábamos que tuviera tanto éxito el día que empezó. Estamos encantados, sinceramente. Toda la familia está muy contenta con lo que está logrando", destaca Montxo, su aita.

Montxo también destaca otro de los pilares claves en el camino de Oier: el Club Mayuelu. "Desde que comenzó en este deporte, ha estado encantado, la verdad. Más allá de lo deportivo, en el club hay un ambiente fantástico. Son como una familia. El mérito de Oier es de todos, y una gran parte la tienen sus entrenadores, sus compañeros y, por supuesto, el propio club", reconoce agradecido.

En la retina de Montxo permanece el recuerdo de su primer Campeonato de España de su hijo. "Fue un momento de mucha tensión, porque había expectativas reales de que Oier consiguiera medalla por primera vez. Estábamos muy nerviosos, tanto la familia como los entrenadores. Al final la consiguió, y fue una auténtica liberación", recuerda con emoción.

"Ver que ha conseguido llegar a un mundial es un orgullo y una alegría enorme"

Mónica, la madre de Oier, también comparte con emoción cómo ha sido acompañar a su hijo en su trayectoria deportiva: "Desde el principio, ha demostrado tener un gran talento y ha evolucionado a medida que ha ido creciendo. La verdad es que da gusto verlo crecer y esforzarse así".

Sin embargo, la ama de Oier lo pasa peor en las grandes citas. "En los campeonatos, yo soy de las que se pone nerviosa. Pienso que, para él, enfrentarse a esos retos es algo muy positivo, porque le ayuda a aprender a gestionar los nervios y a controlarse a sí mismo. Recuerdo con mucha emoción la primera medalla que ganó en el Campeonato de España. No nos lo esperábamos y acabé llorando de alegría".

Mónica también recuerda con emoción cómo el sueño de Oier, que parecía lejano, acabó convirtiéndose en realidad. "Ver que ha conseguido llegar a un mundial es un orgullo y una alegría enorme. Recuerdo cuando, hace unos años, él me decía que quería ir a uno y yo le respondía que, si entrenaba y se esforzaba, quizá lo conseguiría. Participar en un mundial es una experiencia única que pocos tienen la oportunidad de vivir", añade con emoción.

Esfuerzo sin apoyo

Pese a estar convocado con la selección española, Oier no dispone de los recursos suficientes para prepararse en las mejores condiciones. Un ejemplo muy claro es que va a participar en el Mundial en la modalidad de tumbling, y sin embargo en Vitoria entrena en una pista que no tiene ni la mitad de la longitud reglamentaria para realizar los ocho movimientos exigidos.

Por ello, lo de Oier tiene doble mérito: el deportivo, y el de lograrlo a pesar de la precariedad de los medios. "En diciembre de 2024, los entrenadores nos informaron de que la selección española estaba siguiendo a Oier y que estaba preseleccionado. Finalmente, eso se ha confirmado y se ha hecho realidad", relata Montxo.

Oier Ponti

Oier junto a Omar, uno de sus entrenadores

A raíz de esa noticia, Montxo se encargó de dirigirse al Ayuntamiento para reivindicar una situación que desde hace años ya venía denunciando el club Mayuelu. "Una vez se confirmó que Oier estaba seleccionado, solicitamos una reunión con la concejala de Deportes. Finalmente nos la concedieron el pasado 24 de septiembre. Allí planteamos una serie de reivindicaciones que vienen de tiempo atrás por parte del club", añade el aita de Oier.

La primera reivindicación es la posibilidad de ampliar el horario de entrenamiento de los componentes del club. "Nuestra intención es presentar a Oier en la próxima convocatoria del Basque Team, que ofrece becas para deportistas de alto nivel del País Vasco. Y precisamente, una de las condiciones que se exigen para poder optar a ellas es cumplir un mínimo de horas de entrenamiento, algo que ahora mismo Oier no puede alcanzar", destaca.

El segundo punto que plantearon fue la posibilidad de conseguir un espacio físico permanente en instalaciones municipales. "Los aparatos que se utilizan son muy pesados y voluminosos, y tener que ponerlos y quitarlos cada día es muy incómodo. Además, gran parte de los elementos que utilizamos en los entrenamientos han sido comprados por el propio club. Y para colmo, al dejarlos en las instalaciones municipales, después del verano nos los encontramos rotos o en mal estado", explica.

Oier Ponti

Oier tampoco cuenta con patrocinadores. Si se cumplen ciertas condiciones, podría llevar publicidad, pero de momento no ha surgido ninguna ayuda en ese sentido. "Hasta ahora, el Ayuntamiento no ha respondido a nuestras propuestas ni a nuestras necesidades. El esfuerzo económico que esto nos supone a las familias es muy grande. Solo el Mundial ya nos ha supuesto cerca de 2.000 euros entre hoteles, uniformes, dietas… y lo que queda", informa el aita de Oier.

Oier Ponti debutará el próximo viernes 14 de noviembre en el Campeonato del Mundo por Edades, que se celebrará del 13 al 16 en el Navarra Arena de Pamplona. Será una cita muy especial, no solo por la oportunidad de representar a la selección española, sino también por todo el esfuerzo y la pasión que hay detrás de cada salto. Su trayectoria demuestra que los sueños pueden impulsarse incluso desde la pista más pequeña.