"El Olivo de Ariznabarra sigue vivo a día de hoy"

27 mayo, 2020

El Ayuntamiento busca la fórmula para regenerar el olivo tras secarse todas sus hojas

Olivo Ariznabarra "El olivo de Ariznabarra sigue vivo a día de hoy, y tiene una capacidad de recuperación media", ha asegurado este miércoles la concejala de Espacio Público, Amaia Barredo. El olivo perdió todas sus hojas tras el trasplante y el Ayuntamiento ha realizado una poda integral de sus ramas para intentar que vuelva a la vida.

"El ejemplar ha secado sus hojas curvándose hacia el interior, pero el vástago sigue verde", ha asegurado Amaia Barredo en respuesta a una pregunta del Partido Popular.

Tras comprobar que las hojas se habían secado el Ayuntamiento podó el olivo, dejando solo la parte basal de las ramas. "Son especies con bastante resistencia y este olivo tiene una capacidad de recuperación media".

La concejala de Espacio Público ha asegurado que el problema es que "le falta al ejemplar una especie de triturado con aporte de microormanismos, que se le están dando de una manera continuada al mismo tanto en superficie como en vertical apoyado por riegos".

Además el Ayuntamiento trabaja también para mantener la humedad del ejemplar y se está aportando además un tratamiento enraizante. "No está muerto y se han tomado una serie de medidas para intentar regenerarlo. Se ha hecho una zanja en el cepellón para mantener los niveles de humedad adecuados. Se intentará trabajar para intentar recuperarlo".

Traslado del olivo

El olivo de Ariznabarra fue trasplantado el 24 de enero, por las obras del BEI. El BEI obligará a recortar la rotonda y el olivo no tenía futuro en esta ubicación. Las obras del BEI también han obligado a la tala de numerosos árboles por todo el recorrido, especialmente entre Mendizorrotza y Olarizu.

Es un árbol que se había convertido en icónico en el barrio, al estar ubicado en una zona de paso de miles de vehículos cada día, en pleno centro de la rotonda. El traslado se realizó de noche con una grúa gigante. Desde entonces el árbol permanecía en un parterre entre Alto del Prado y Rosalía de Castro, pero ahora su aspecto nada tiene que ver con la gran copa que presidía la rotonda. Habrá que esperar para ver si el árbol ha muerto o si, por el contrario, hay opciones de recuperarlo.