Vitoria podría expropiar a Tánger el Palacio Álava Esquível
Tánger rompe relaciones con su representante legal y ya debe 113.000 euros al Ayuntamiento
Tánger sigue siendo la propietaria del Palacio Álava Esquivel, pero pasa de él. La ciudad marroquí debe a Vitoria-Gasteiz 113.292,89 euros por dos multas, la elaboración del proyecto de rehabilitación y varias tasas. Ahora, el Ayuntamiento se plantea expropiarlo.
Además, el Consistorio no puede ponerse en contacto con Tánger. Y es que la asesoría local que ejercía como representante legal, ha rescindido su contrato con la ciudad africana tras varios incumplimientos. Además, esto supone que los inquilinos que viven en el edificio (no está vacío como otros palacios del Casco) tampoco están pagando su alquiler.
Expropiación
Por todo ello, el Ayuntamiento trata ahora de ponerse de nuevo en contacto con Tánger a través del Consulado de Marruecos en Bilbao. En todo caso, el Gobierno ya ha dejado caer la posibilidad de una expropiación, para hacerse con la propiedad de este edificio.
El Ararteko en 2015, y la oposición en 2017 ya plantearon esta posibilidad
En 2015, el Ararteko tomó parte en este conflicto. Esta institución recomendó en un informe que se impusieran multas coercitivas a Tánger por no rehabilitar el palacio. Incluso insinuó, por primera vez, la posibilidad de una expropiación forzosa “por la inobservancia de los deberes de conservación y mantenimiento de los inmuebles”.
La oposición también planteó esta posibilidad en 2017 después de que se cayera el techo de una habitación. Meses antes el alcalde Gorka Urtaran y el Cónsul de Marruecos acordaron que Tánger arreglaría el Palacio. Pero nada más se ha sabido de ellos.
¿Por qué es de Tánger?
El Palacio Álava Esquível ha tenido numerosos dueños. El último fue el Duque de Tovar Ignacio de Figueroa y Melgar quien, al morir en 1953 sin hijos, legó su herencia al Instituto Norteamericano del Cáncer y, en caso de que renunciara, a la ciudad de Tánger.
Los norteamericanos renunciaron y el Duque de Tovar cedió en 1953 todas sus posesiones al protectorado español. En 1956 se creó el Reino de Marruecos y en 1960 Tánger se integró en él.
Es por eso que Tánger ostenta numerosas propiedades por todo el Estado, por las cuales apenas se preocupa. La mayoría de los edificios que el Duque de Tovar entregó a Tánger son de carácter histórico y con un alto valor patrimonial, lo que se traduce en un importante coste de mantenimiento. Hace unos años Madrid compró a Tánger un edificio en ruinas.
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