¿Cómo evitar que te roben el patinete eléctrico?

El uso del patinete eléctrico crece como la espuma en Vitoria-Gasteiz. Cada vez son más las personas que los utilizan en sus desplazamientos diarios. Y, como consecuencia, también aumentan los robos de estos vehículos. ¿Cómo evitarlo?

Desde la Asociación Vitoriana de Patinetes Eléctricos lo tienen claro. El secreto está en el candado. La diferencia la marca uno más económico u otro de entre "80 y 100 euros". La mayoría de los hurtos se producen en aquellos patinetes que tienen un candado "malo, de los de espiral. Los abren con un cortafríos que cabe en la mano. Un corte y listo".

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Candados de U y registro municipal

En cambio, con un candado en forma de U "de una marca buena", o una cadena "de eslabón plano, de acero reforzado y de más de 6 milímetros de grosor", el robo se complica. "Puede pasar, claro, y al final todo se puede abrir, pero sería rarísimo. No es lo más habitual", constatan.

Y es que en Vitoria-Gasteiz, se dedican "al robo casual de patinetes". Nada que ver con las organizaciones de otras ciudades europeas, sobre todo de Países Bajos, "donde, a plena luz del día, con cortafríos de gran tamaño, e incluso con radiales, para serrar los candados".

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Por eso el colectivo insiste en la importancia de invertir en un buen cierre. También recomiendan inscribir estos vehículos en el sistema de registro municipal. Destinado en su mayoría para bicicletas, admiten los datos de los patinete eléctrico.

Los venden en otras provincias

A cambio, conseguirás una pegatina identificativa que confirmará "si por un milagro lo localizas", que el vehículo es tuyo. Y es que desde esta asociación reconocen que, una vez robado, resulta muy difícil recuperarlo.

Primero, "por la falta de variedad" en los modelos, que hace que, sin la existencia de un registro, sea complicado reconocer el propio y demostrar que ha sido robado. Y, segundo, porque "quienes los cogen, rápidamente los llevan a otras provincias para venderlos, o por los diferentes canales de venta de segunda mano". "Lo idóneo es que ese registro de patinetes fuera universal", apuntan.

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Pero, mientras llega, sugieren que no estaría mal realizar controles "aleatorios en las tiendas donde se pueden comprar y vender ese tipo de artículos". Aunque son conscientes de que "el número de agentes es el que es".

Cámaras y patinetes trampa

Así que otra propuesta para ahuyentar a los amigos de lo ajeno pone el punto de mira en los aparcamientos de bici. Primero, en los seguros, que existen en diversos barrios de la ciudad. "Podrían ampliarse" para dar cabida en ellos a los patinetes. "Especialmente en la zona más antigua de Vitoria-Gasteiz, donde la ordenanza no obliga a tener cuartos de bicis y no pueden dejarse ni estas ni los patinetes", sostienen.

En otros lugares, otra solución "más barata" para el usuario sería extender los aparcabicis exteriores, que acojan tanto a bici como patinetes. E instalar en ellos "un mástil en medio, con una cámara de alta resolución, en red con las demás del Ayuntamiento, enfocada hacia abajo".

Creen que tendría un efecto disuasorio sobre los cacos. Al igual que otra técnica que ya aplican en algunos países: los patinetes trampa. "La Policía coloca uno con un candado malo, un agente de paisano lo vigila y se corre la voz pitando entre quienes roban patinetes. Así se lo piensan dos veces antes de hacerlo, por miedo a que sea una trampa y les pillen", desvelan en la Asociación Vitoriana de Patinetes Eléctricos.

Propuestas para evitar que, en este 2024, las denuncias por robo de estos vehículos superen las 359 registradas en 2023. Hasta mayo, por de pronto, ya íbamos por las 98.