Peio López de Munain: "Vitoria es conservadora: a la gente le cuesta entender los cambios"

25 marzo, 2018

El portavoz del PSE y teniente de alcalde reconoce que está más cómodo en los acuerdos con la izquierda que con el PP

entrevista Peio Lopez de Munain PSE VitoriaPeio López de Munain está de salida en la política: en junio de 2019 dejará de ser concejal, tras 18 años en el Ayuntamiento y otros 20 anteriores de atención en la Comisión Antisida: "Es momento de que entre gente joven en el PSE".

Su vena social sigue aún presente, pero la responsabilidad que asumió en 2015 al ser candidato le obliga a ser, aún más si cabe, un hombre de partido. Reconoce sus diferencias con el PSE, se confiesa más cómodo con los acuerdos con la izquierda, y define Vitoria-Gasteiz como "una ciudad conservadora, aunque no sé si esto es ser de izquierdas o de derechas".

- Las ideas de Peio y PSE no son siempre las mismas...

Para estar en una organización, sea cual sea, hay que ver con qué cosas estás de acuerdo y con cuáles no. Yo vengo de más a la izquierda del PSOE, de los maoistas. Cuando se disuelve unos vamos al PSOE, otros a la izquierda abertzale... Yo había bastantes cosas que no compartía del PSOE, pero era el partido con el que más estaba de acuerdo. Lo que es tuyo lo sigues manteniéndolo, pero una vez que has entrado en un sitio asumes su ideal.

- En ocasiones sí ha mostrado su desacuerdo...

Hay cuestiones que te chirrían especialmente y el partido va con una directriz clara, pero es lo que tiene. Yo no veo distorsión porque han sido cosas muy puntuales.

- ¿Había más discrepancias dentro del gobierno del PSE de Patxi Lazcoz o hay más ahora en el gobierno de coalición PSE-PNV de Urtaran?

Ahora no hay muchas discrepancias: tenemos nuestras áreas y tenemos autonomía PSE con el PNV. Yo comento al alcalde muchas cosas, pero aún no he tenido ninguna imposición suya en Servicios Sociales. Hay unos acuerdos de gobierno que tenemos que cumplir, pero en el día a día no hay interferencia. Con Patxi Lazcoz yo fui un privilegiado porque me dejó hacer en Servicios Sociales.

Si no gobiernas pasas desapercibido, pero una mala coalición también te puede arrastrar

- ¿Pacta el PSE con el PNV en casi todas las instituciones para mantener la relevancia política que, de otra forma, no tendrían como partido?

Eso es importante: si no gobiernas y estás en la oposición puedes pasar desapercibido, salvo que estés todo el día proponiendo e impulsando iniciativas. En el Gobierno, ya solo por estar gobernando, tienes mucha más presencia en los medios, tienes capacidad de hacer iniciativas y venderlas... eso tiene un plus que puede ser también perjudicial: si hay una mala coalición eso te arrastra y puedes acabar desapareciendo al final de la legislatura. Hay que hacerlo bien, pero siempre da un plus gobernar.

- Las diferencias entre PSE y PNV son visibles, como en la Huelga Feminista del 8 de marzo a la que el PNV no se adhirió, o incluso la manifestación del 3 de marzo, donde si estuvisteis pero no hubo ningún concejal del PNV. ¿Esas diferencias ideológicas se notan en el día a día? ¿Os sentís más cercanos a postulados de otros partidos?

Depende, porque el acuerdo que tenemos es sólo de las cuestiones municipales. En los temas no municipales cada uno podemos tener nuestra postura. El feminismo no es estrictamente municipal, o la subvención a Udalbiltza: no son cuestiones municipales y podemos marcar nuestra posición política. En lo municipal tenemos una reunión de coordinación semanal y hay muchas veces que la otra parte no las ve, pero nosotros argumentamos y se aceptan.

Personalmente estaba más cómodo con los pactos con la izquierda que con el PP

- ¿Estaba más cómodo con los pactos con EH Bildu-Irabazi-Podemos o con el pacto Fiscal con el PP?

Probablemente más con la izquierda, yo personalmente. También es cierto que esos pactos en otras circunstancias no se habrían dado. Hay que apoyar a la empresa para que cree puestos de trabajo y muchas veces la losa de lo fiscal es un argumento para no cerrar acuerdos.

- La bajada del IAE no es una medida progresista...

No, pero también hay momentos en los que tienes que tomar medidas para incentivar puestos de trabajo. Igual hay otras fórmulas, pero en ese momento fue la que se planteó.

- ¿Si finalmente Javier Maroto hubiese sido investido en 2015 habría supuesto tener que dimitir?

Habría sido investido, pero no con mis votos.

- Pero sí gracias a su abstención...

No lo sé si hubiera dimitido, no me lo he llegado a plantear. Yo tenía un compromiso y soy una persona que cuando adquiere un compromiso me cuesta no cumplirlo.

Cuando asumo ser cabeza de lista tras la renuncia de Maite Berrocal lo hago porque en una reunión interna del PSE se dio el perfil de lo que necesitábamos como candidato: experiencia en el Ayuntamiento, perfil social... y yo me sentía identificado. Les dije: "Yo me quiero jubilar, pero si el partido me necesita esta legislatura allí estaré". Y eso lo voy a cumplir. Yo ahora mismo por interés personal me podría jubilar, pero estoy intentando ver la forma de cumplir mi compromiso y no perder a lo personal. Esto para mí es importante.

Soy disciplinado porque el objetivo final de un partido es llegar al poder

- Se siente un hombre de partido...

Sí, soy bastante disciplinado porque el objetivo final de un partido es llegar al poder. Si un partido no está cohesionado nunca lo vas a conseguir. Si esto es el ejército de Pancho Villa y cada uno tira para un lado...

El candidato del PSE tiene que tener 30-40 años, capacidad de estar con la gente y que le guste lo municipal

- ¿Qué debe tener el próximo candidato del PSE?

Debe ser una persona joven (desde los 65 que tengo yo), que le guste lo municipal y que tenga capacidad de estar con la gente. En el Ayuntamiento hay que estar con la gente y hay que explicar a la gente. Hay que reunirse con cualquiera para cualquier tema. Lo otro se adquiere. Yo soy maestro industrial electrónico y me tuve que formar. Ahora estoy estudiando una nueva ley de contratos con las administraciones.

Servicios sociales

- Antes de ser concejal estuvo 20 años gestionando la Comisión Antisida: ¿Es más fácil pelear como asociación por la subvención o tener que gestionar el dinero desde el Ayuntamiento?

Para pelear estás legitimado, pero cuando la gestionas es muy duro: tienes que atender a todos. Me resulta más fácil estar en el otro lado, y más viniendo de ese mundo. En el Ayuntamiento he toreado con la gente que antes eran mis compañeros.

- ¿Ha tenido que escuchar la palabra traidor de sus antiguos compañeros?

No, no he tenido mayores problemas. Cuando hubo que recortar en la época de Lazcoz lo entendieron. Siempre he intentado que ellos no sufriesen las carencias que yo tenía. Pero si hay que recortar hay que recortar. Yo he intentado explicar, razonar y escuchar. El recorte no podía ser generalizado, había que pensar uno por uno.

Los convenios dan cobertura a gente de aquí frente a empresas a las que les da igual gestionar cojos o tuertos

- ¿Es partidario de los convenios a dedo o de una convocatoria pública de subvenciones?

Los convenios en lo social dan cobertura a gente y asociaciones de aquí, y más en el sector de los sociales. Para las convocatorias públicas ahora hay muchas empresas que crean fundaciones multiservicios: desde limpiezas a gestión de casas de acogida o tratamiento. Pero los de aquí gestionan servicios específicos. Y eso quizás no es más calidad técnica, pero sí son más humanas. Y a las empresas, acostumbradas a presentarse a concursos, si ganan les da igual gestionar un servicio de cojos que de tuertos.

En las asociaciones también hay implicaciones de las familias. Y la gestión con empresas siempre plantea problemas: van a ir a la baja, lo que repercute en el personal y esto genera conflictos permanentes. Ocurrió con el Aterpe, que se adjudicó en su día a una empresa de Zaragoza y en ese tiempo los problemas fueron constantes: huelgas, plantones y continuos problemas. Cuando acabó el contrato se me pidió que negociase con la Comisión Antisida para volver a cogerlo.

- ¿Hacen falta más recursos para atención a las personas más necesitadas?

No, el sistema en servicios sociales es de escalera. Empiezas con lo básico (Aterpe) y, si la trabajadora social ve que evolucionas, te lleva a otro servicio. Es un trabajo constante: tenemos que trabajar el problema que ha llevado a alguien a esta situación, porque si no tendré que dar de comer y alojamiento toda la vida. Del Aterpe pasas a Casa Abierta, con mejores condiciones, pero tú tienes que responder. Si das marcha atrás, yo te bajo de escalón. Y luego pasas a un piso tutelado o un piso compartido.

- ¿Y esos recursos son suficientes?

Ahora hay un mapa de servicios que nos dice qué plazas tenemos que tener para cada perfil. Tenemos en el Ayuntamiento más que suficientes servicios.

- Las quejas por saturación en el Aterpe y en el Cmas son recurrentes.

Es una situación puntual por un momento de cambio. Nosotros tendríamos que atenderles solamente tres meses. Si tienen que estar más compete ya a Diputación. Pero la Diputación aún no ha creado estas plazas.

Estamos asumiendo lo nuestro, pero también lo de otros. Estamos en un periodo de reorganización de competencias en materia social y eso no se hace de la noche a la mañana.

- ¿Y cuándo estará listo?

La adaptación se realizará hasta finales de 2020. Nosotros también estamos haciendo obras en centros de día y en el Aterpe para adecuarnos a la necesidad que nos marcan. Hasta ahora atendíamos a las personas válidas pero ahora también a las válidas y a las de grado 1.

Vitoria y los cambios

Vitoria es conservadora: a la gente le cuesta entender los cambios o mejoras

- ¿Vitoria es de izquierdas o de derechas?

Vitoria es conservadora, y no sé si eso es más de izquierdas o de derechas. Es conservadora en general: somos un poco pueblerinos, eso es así. Somos una ciudad pequeña, nos conocemos muchos y no nos gusta que nos muevan mucho. Esto tiene su parte positiva y negativa: no pierdes tu identidad y tu personalidad.

Pero a la gente le cuesta entender los cambios o las mejoras. Si no estás de acuerdo con el paso del tranvía o con pintar los semáforos de rosa surgen las plataformas, las manifestaciones, la oposición... en otras ciudades no pasa.

- ¿Por qué ocurre esto?

La gente no es capaz de separar lo personal y pensar en global: No se piensa tanto en el conjunto y en lo que puede suponer para ti.

- ¿Somos entonces egoístas los vitorianos?

Tenemos poco campo de visión. No vemos la modernización que supone, por ejemplo, todo el transporte para Vitoria, es avanzar en lo verde. Se piensa mucho en lo micro, y hay cosas que hay plantear en lo macro.

Esto además coincide con un descrédito de la política y de los políticos. Con razón en parte, porque ha habido muchos chorizos. Todo lo que se plantea tiene el NO de entrada. A mí lo que más me gusta del Ayuntamiento es casar, porque todos vienen encantados. Si tomo la decisión de cambiar 3 metros un banco, seguro hay alguien al que no le gusta. La única actividad que no genera rechazo en el Ayuntamiento son las bodas.

Hemos dejado pasar muchos trenes. Cuando Miranda de Ebro se constituyó como nudo ferroviario estaba previsto ponerlo en Vitoria. Pero los vitorianos de entonces lo descartaron pensando en el "que no nos muevan nada". Ese que no nos muevan hubiese supuesto un mayor desarrollo que no lo hemos tenido. Podríamos haber sido lo que fue Miranda como nudo ferroviario, pero no lo fue por el vitorianismo de que no me lo muevan.

Y ahora estamos avanzando en la transparencia:  cuando yo tomo una decisión la tomo convencido de que es lo mejor y si a la gente le doy toda la información del mundo también se va a convencer de que es lo mejor. Si no cuento todo hay desconfianza. Si no nos cuentan, por algo será. Yo siempre he estado en primera línea para informar, y podemos estar en situaciones diferentes. Igual es muy buenista por mi parte...

La charla continua con Peio López de Munain sobre el conflicto en Asteguieta y Los Pichis.