Las protestas vuelven a Pepsico tras el despido de un trabajador
El comité de la antigua Kas convoca una movilización este jueves y no descarta futuros paros y huelgas
Aguas movidas en Pepsico, antigua Kas. Las protestas vuelven a la planta embotelladora de Etxabarri-Ibiña, donde trabajan unas 180 personas. Aunque, desde la semana pasada, una menos.
Y ha sido precisamente el despido de esta persona el que ha precipitado la decisión unánime del comité de empresa. Sus 9 representantes, 3 de LAB y el resto repartidos entre CCOO, UGT, USO, Independientes y ELA, han convocado una concentración este jueves a la entrada de la fábrica. Será de 13:30 a 14:30, para abarcar las entradas y salidas de los dos turnos.
"Falta de rumbo"
Y no descartan que, en función de lo que se determine en la asamblea de la próxima semana, se convoquen paros y huelgas. Y es que el despido "tan duro" de ese trabajador de Pepsico, tras recibir una "sanción grave, pese a no tener ninguna más previa", ha colmado el vaso de un problema de fondo que, desde el comité, apuntan que viene de lejos.
Por ello, denuncian la "política de empleo" de la empresa y las decisiones tomadas con el objetivo de mejorar resultados tras una eficiencia "que ha ido cayendo". "Vivimos en un caos organizativo, hay una falta de rumbo que está pagando la plantilla. Las sanciones han aumentado muchísimo entre 2023 y 2024", constata Iker, de LAB y presidente del comité de empresa.
Temen que el despido del viernes pasado pueda repetirse: "Es una forma de meter miedo, que nadie se queje ni proteste. Si no, a la calle".
"Hay cargos intermedios y otros encargados nuevos que desconocen los procesos de trabajo, y dicen que hay que correr y volar. Pero eso se traduce en fallos, porque somos humanos, no máquinas", añade. "Cuando las órdenes no son válidas y meten la pata, la culpa es para los trabajadores y trabajadoras, no para esas personas", apunta.
Desencanto de la plantilla
En ese sentido, lamentan la falta de escucha por parte de la dirección. "No se hace caso de las recomendaciones ni las mejoras en los procesos que sugerimos. Nos contestan que la organización es solo cosa de ellos y su idea la mejor", desgrana Iker.
Una tensión subyacente que no ha mejorado ni tras el acuerdo alcanzado el pasado abril para renovar su convenio hasta 2025. "No cuentan con la gente que lleva muchos años aquí y sabe cómo funciona esto. Y al final te desencantas", concluye el presidente del comité de empresa.
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