De jamones a chuches: Pink crece en el centro de Vitoria
La cadena de dulces abre su quinta tienda en la calle San Prudencio, donde hasta hace poco había una jamonería
El centro de Vitoria-Gasteiz es cada vez más dulce. Proliferan los regalices, patatas, gominolas y chocolatinas. Y el nivel de azúcar sube de la mano de la cadena de chuches Pink, que crece y abre su quinto local.
Lo hace en la calle San Prudencio, junto al Down Street, en un local que no era propiedad de Urteim y que, hasta el pasado mayo, ocupaba La Jamonería del cortador profesional José Ángel Palacios. Palacios abrió precisamente la semana pasada un nuevo local en Avenida Gasteiz, que unifica los dos locales que tenía hasta ahora.
El local de San Prudencio ha permanecido vacío poco más de un mes. Señal de que resulta muy goloso. Nunca mejor dicho.
Golosinas de éxito
Su nuevo producto hará las delicias de las numerosas personas que ya frecuentan los otros locales que Pink tiene repartidos por la ciudad. En zonas estratégicas, peatonales en su mayoría, y de gran afluencia.
Esta cadena de golosinas abrió su primer negocio, hace ya bastantes años, en la calle Francia, frente a Jesús Obrero. Su buena acogida le llevó a inaugurar otro local, el de Sancho el Sabio, y atrajo a numerosos jóvenes a la zona. No solo los fines de semana, también al salir de clase.
Estampa que se repite en las que han sido sus últimas aperturas: en la plaza de Los Fueros y, el más reciente (aunque ya ha cumplido 9 años allí), en la Virgen Blanca.
El testigo de Gretel
Con esta expansión, Pink refuerza su marca y peso entre las tiendas de dulces de Vitoria-Gasteiz. Y, de esa forma, toma el testigo de lo que fue Gretel. Nacido a principios de los años 80 de la mano de Josean Querejeta, el primer local estuvo en la calle Portal del Rey, frente al también desaparecido restaurante Albéniz.
Una revolución para la época que convirtió a Gretel en un icono en la ciudad. Llegó a contar con una veintena de tiendas, repartidas incluso por Bilbao, Donostia, Pamplona, Logroño o Barcelona. Pero, igual que subió, fue decayendo y en 2020 cerró casi todos los locales que aún sobrevivían.
Ahora, la única tienda de Gretel que sigue operativa es la del centro comercial Dendaraba. Resquicio de un dulce pasado, que se une a otros negocios similares y con un único local que operan en la ciudad. Es el caso de Caracola, N'Stop chuches, Guinealandia, Piruleta, Dulces Sueños o Glup! Golosinas.
La llegada de Pink mantiene viva una zona que, poco a poco, trabaja para recuperar su antiguo esplendor, tras el fallido y controvertido proyecto de Urteim.
¿Qué ha sido de La Jamonería?
¿Y qué ha sido de La Jamonería? Su cierre llega tras poco más de dos años de vida en San Prudencio. Su propietario ha unificado este y otro negocio que tenía en Pintor Díaz de Olano. En su lugar, ha abierto uno nuevo en la Avenida de Gasteiz. Allí, al igual que ocurriera en la calle San Prudencio, los productos ibéricos son su seña de identidad.
José Ángel Palacios Palacios lleva casi 30 años en Vitoria-Gasteiz, aunque es de origen extremeño, cuna de jamones. En su nuevo y amplio local contará con jamón a cuchillo, embutidos, aceites, quesos y catas.
noticia anterior

Un anillo verde y rojo para envolver y transformar Zaramaga
Estas son las 8 intervenciones que el Ayuntamiento quiere realizar en este barrio de oro vitoriano
noticia siguiente

Nuevo bulo vía WhatsApp sobre falsos pinchazos de burundanga en Vitoria
Un audio de WhatsApp alerta de 9 casos, algo que desmienten Policía y Ertzaintza