Date un chapuzón en las piscinas naturales de Álava
Estos escenarios naturales se han convertido en una alternativa a las playas
Álava no tiene playas de arena. Sin embargo, no hace falta salir del territorio para refrescarse en verano. Más allá de las piscinas municipales o los pantanos, Álava tiene espacios naturales de ensueño en los que pasar una jornada veraniega. Su tranquilidad respecto a las aglomeraciones en playas y piscinas ha ganado adeptos, especialmente durante los confinamientos perimetrales.
Las piscinas naturales y las pozas son una alternativa de lujo para darse un chapuzón, y más ante el calor de estos días de agosto. Una oportunidad para descubrir estos rincones de Álava. Parajes alejados del ruido de la ciudad que están situados en bellos escenarios naturales.
Piscinas fluviales de Fresnedo
Las piscinas fluviales de Fresnedo están en Santa Cruz de Campezo. Este paraje natural se encuentra nada más entrar al municipio alavés por la A-132 desde Vitoria-Gasteiz. Las aguas llegan del río Ega en uno de los Parques Naturales de Álava.
Además de las piscinas, este área tiene dos zonas de recreo conectadas por un puente de madera. Un puente desde el que muchas personas se tiran al agua a modo de trampolín. Estas zonas también tienen mesas, asadores, fuentes, una pista de baloncesto y juegos infantiles. Durante los meses de verano, las piscinas tienen un bar dónde se sirven comidas.
Pozas del Río Herrerías
Este espacio de baño natural está en Retes de Llanteno, un municipio entre Artziniega y Amurrio. Pero para llegar a las pozas, es necesario andar unos 20 minutos desde el municipio alavés. Tras pasar Retes de Llanteno, los bañistas tienen que seguir por la carretera hasta el kilómetro 54.
En este punto, sale una pista desde el lado derecho de la carretera que recorre la ribera del río. Tras 170 metros de camino existe un vado que hay que pasar para seguir hasta las pozas. A 500 metros de este cruce se atraviesa una campa para llegar a la poza principal del río Herrerías.
Piscinas naturales de Espejo
Las piscinas fluviales de Espejo están en Valdegovía. Este espacio acoge un tramo del río Omecillo y se llena de visitantes durante los meses de verano. Además de la zona de baño, las piscinas naturales tienen un área recreativa con mesas, barbacoas y juegos infantiles.
Por otro lado, a lo largo del río hay varios tramos específicos en los que se puede practicar piragüismo. Para aquellos que vayan en turismos, las piscinas tienen aparcamientos a ambos lados del río.
Pozas de Zaldibartxo
Conocidas también como las Pozas de Sarria, esta zona está en el Parque Natural del Gorbea. Sus aguas llegan del Río Baias. Eso sí, no son aptas para los más frioleros. Por ello, es uno de los sitios ideales para los días más calurosos en Álava.
Un poco más adelante de las pozas hay unas campas para pasar el día y también un espacio para bañarse. Para acceder a las pozas, hay que dejar el coche en el parking y andar por una pista hasta llegar al paraje natural.
Piscina natural de Berantevilla
Esta piscina fluvial está creada con el cauce del río Ayuda. Situada en el Parque Fluvial de Linares, la zona de baño también tiene merenderos y barbacoas para disfrutar de un día entero en la naturaleza. Sin duda es una de las mejores piscinas naturales de Álava.
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