¿Has escuchado este pitido nocturno? No es una alarma ni un semáforo

22 junio, 2025

El autillo europeo, instalado en varias zonas de Vitoria, canta las noches de primavera y verano cada pocos segundos

Un 'tiuuu' 'tiuuu' aflautado y agudo resuena en las noches primaverales y veraniegas de Vitoria-Gasteiz. En ocasiones, el sonido nocturno dificulta el descanso y alerta al vecindario, que incluso llama a la Policía Local pensando que es el pitido de una alarma, una máquina o incluso un semáforo.

Nada más lejos de la realidad. Su origen es de lo más natural. Y hay que buscarlo en un ave pequeña, que prácticamente cabe en la mano. Es el autillo europeo, la menor de las rapaces nocturnas. Esbelto, su plumaje gris o pardo rojizo ayuda a este búho a pasar inadvertido.

Su mimetismo aumenta con los penachos cefálicos, dos falsas 'orejas' que descomponen la redondez de su cabeza y solo alza cuando está intranquilo.

Cada pocos segundos y varias horas

Autillo

Foto: SEO BirdLife

Sin embargo, su canto le delata. Es muy característico. Consta de una única nota silbada. Dura entre 0,2 y 0,4 segundos, y lo repite cada 2-4 segundos. Y no nos confundamos. Pese a su tamaño, puede alcanzar una frecuencia entre los 1.400 y 1.700 hercios. "Es una barbaridad", constata Gorka Belamendia, técnico del Centro de Estudios Ambientales (CEA) y coordinador de Ataria.

"Lo hemos oído mil veces", señala el experto ornitólogo, que lo compara "con un sónar, como el submarino que sale en las películas cuando le rastrea un barco". También se puede confundir con el canto del "sapo partero, porque es muy similar". Aunque esto último es ya más cuestión de expertos.

El son del autillo empieza al caer la tarde y puede durar varias horas. Ahí es nada. Es la llamada de apareamiento del macho para atraer a la hembra. Cuando se unen, "les gusta cantar a dúo, tienen distinta vocalización, aunque para los oídos inexpertos suena igual", puntualiza Belamendia.

Tras la puesta de los huevos, su ulular decae. Pero no siempre. Porque ese 'tiuuu tiuuu' sirve también como advertencia. "Para avisar a sus congéneres de que el territorio ya está ocupado, o indicar un peligro", detalla el ornitólogo.

Instalados en 20 zonas de Vitoria

Su morfología, con ojos amarillo brillante y una distintiva discofacial banda triangular oscura, le otorga "cierto aspecto feroz, parece que tiene el ceño fruncido". Pero todo lo contrario: "Es un ave muy sociable, le gusta vivir en ciudad". Antes residía en robledales y pinares poco densos.

Autillo

Foto: SEO BirdLife

Ahora lo hace en parques y jardines, donde "la luz de las farolas atrae a los insectos de los que se alimenta". En Vitoria-Gasteiz, están instalados en unas 20 zonas. Una de ellas, por ejemplo, es Arriaga. Aunque pueden moverse dentro de un mismo entorno. Tanto en los agujeros de los árboles donde crían o en las cajas-nido que coloca el CEA en los parques.

Es el ave rapaz "más común en el municipio. Hay más que mochuelos, lechuzas, cárabos o búhos chicos", confirma Belamendia. Y nos acompañará hasta finales de agosto o principios de septiembre. Al fin y al cabo, es un búho migratorio.

Autillo

Foto: SEO BirdLife

Cuando se acerca el otoño, vuela desde la península ibérica a "la barriga de África: Liberia, Sierra Leona...". Allí se pasa 4 meses hibernando "y en marzo regresa a Euskadi y Vitoria para criar". Un peregrinaje marcado por su dieta insectívora, ya que los invertebrados y polillas abundan más donde hace calor.

Sin embargo, eso, como tantas otras cosas, está cambiando. "Con los inviernos más cálidos que estamos teniendo, cada vez más autillos permanecen en Vitoria durante esa estación. Están perdiendo el carácter migratorio que tuvieron", confirma.

Colaboración ciudadana

Muchos de estos datos los conocen gracias al programa de conservación de aves rapaces nocturnas que el CEA puso en marcha en 2020. Es voluntario y, para apuntarse, basta con enviar un correo a cienciaciudadana@vitoria-gasteiz.org.

Así, a través de científicos ciudadanos, muestrean y censan las aves que pueblan el municipio. Lo hacen del 1 de febrero al 30 de junio. A lo largo de mayo, colocan "durante 5 minutos el reclamo especial en distintos parques, entornos periurbanos y bosques isla para detectar las especies", detalla el experto del CEA. Los datos recabados les permiten ver la evolución de los distintos ejemplares.

En el caso de los búhos, "es positiva". Y aunque tienen más información de la ciudad que de los Montes de Vitoria o Badaia, saben que "se distribuye por todo el municipio. Hay un aumento considerable de población desde finales del siglo pasado", remarca Belamendia.

Confía en que "con concienciación y sensibilización" recaben más información "poco a poco". Y anima a quien quiera "a ser 'rapazólogo' nocturno" y participar en ese programa de conservación por "amor a esas aves".