Alberto Cabello, @pixelillo: Fotos de La Blanca para el recuerdo

La Blanca es un momento de cuadrilla, de amistad, de compartir y de disfrutar. Pero en 2015 algo cambió para Alberto Cabello Mayero, @pixelillo. Toda su cuadrilla se fue de vacaciones. Unos a Japón, otros con sus parejas. Pero él no pudo irse, y se quedó solo. Desde ese momento, nunca volvió a vivir las fiestas como hasta entonces.

Y es que Alberto tenía dos opciones: quedarse en casa, o salir con su cámara de fotos a la calle. Eligió lo segundo, y desde entonces, cámaras, objetivos y fotografías han sido su propia cuadrilla en La Blanca.

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"La primera vez en 2015 me lo pasé muy bien, y he repetido desde entonces. Sobre todo desde 2017, que hago reportajes completos de todos los días. En 2019 incluso me organicé mis vacaciones para estar en fiestas haciendo fotos y el día 10 irme de vacaciones", cuenta Alberto.

Cuatro blusas posan en la calle Postas. Foto: Alberto Cabello Mayero, @pixelillo.

"Las fiestas nunca me han gustado para salir, pero sí el ambiente festivo. Nunca me ha llamado ser blusa, porque soy abstemio y tímido, y para ser blusa así, complicado", cuenta. "Pero desde txiki me hacen mucha ilusión las fiestas. Durante años el trabajo también me ha condicionado cómo disfrutarlas, pero ahora me puedo permitir hacer lo que quiero".

Y es que La Blanca no es un momento más del año. "Las calles cambian", asegura. "Se generan situaciones curiosas, como llegar pronto a la Virgen Blanca y encontrarme en medio de la plaza a unos blusas con una piscina llena de agua. Es una de las cosas más aleatorias que te puedes encontrar".

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Unos blusas se bañan en una piscina en plena Virgen Blanca. Foto: Alberto Cabello Mayero, @pixelillo.

Como no, a esos blusas les hizo una foto, que se ha quedado como una de las que más recuerda de todas las que ha realizado.

Fotografías destacadas

Pero no todo son curiosidades. @pixelillo también fotografía cosas más habituales, como la limpieza. "Hay fotos que son papeleras llenas de basura", reconoce. "Alguna vez me he preguntado: ¿Por qué lo hago? Pues porque hay que recordar. Quizá las fiestas dentro de 50 años sean más sostenibles y ya no generen tanta basura. O directamente no haya fiestas. Y por eso quiero relatar cómo es La Blanca desde mi cámara".

Personal de limpieza deja impoluta la Virgen Blanca tras el chupinazo. Foto: Alberto Cabello Mayero, @pixelillo.

El chupinazo es, sin duda, uno de los momentos más destacados para él. "Me hace mucha gracia cuando tras en el chupinazo te enfilas delante de la gente que sale de la plaza. Van manchadísimos, borrachísimos en algunos casos, y te piden una foto", relata. "No te conocen, no saben si te van a volver a ver, pero te la piden. Y muchos después te acaban encontrando para que se la mandes".

Un japonés participó en la bajada de goitiberas 2019. Foto: Alberto Cabello Mayero, @pixelillo.

Pero cualquier momento puede ser el bueno para encontrar una fotografía que permita documentar lo que pasa. Y es que, precisamente, ese es su objetivo: que en un futuro cualquier persona pueda ver todo lo que sucede en fiestas. "¿Qué hacía un japonés en una bajada de goitiberas?", pone de ejemplo. "Eso tiene que estar documentado".

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Blusas cantan en La Blanca. Foto: Alberto Cabello Mayero, @pixelillo.

Aún así, la pandemia también ha cambiado la manera de ver las cosas a Alberto, que se ha fijado, sobre todo, en las fotos de la gente mayor. "Me han dado escalofríos viendo algunas fotos", reconoce. "Es gente que quizá ya no esté entre nosotros".

La Blanca 2022

Este 25 de julio, Día del Blusa y la Neska, Alberto ya empezó con su trabajo en el 2022. Unas fotos que ya ha compartido en su Instagram de @gasteiz.jaiak:

 

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Una publicación compartida de Gasteizko jaiak (@gasteiz.jaiak)

Este año, además, promete ir un paso más allá, tras acoplar a su cámara una GoPro con la que grabar todo lo que fotografía, como se puede ver en este video:

...ves fotos en movimiento 😎 pic.twitter.com/VcZE92ctVU

— Alberto Cabello Mayero (@pixelillo) July 25, 2022

@pixelillo: una vida de afición por la fotografía

Unos 2.000 disparos en cada año le han permitido a @pixelillo sacar reportajes de entre 150 y 180 fotos de cada una de las Fiestas de La Blanca. Fotografías que, pese a ser un grandísimo aficionado a la fotografía analógica (con una enorme colección de cámaras en su casa) las hace en digital.

"Las fiestas requieren rapidez. Hacerlas en digital me permite disparar mucho más rápido", reconoce. "Por otro lado, la fotografía analógica me permitiría hacerlo relativamente barato en blanco y negro. Pero las fiestas son color, e imprimir en color hoy en día no es ni barato, ni rápido, porque las fotografías hay que mandarlas fuera".

Hace 20 años se compró su primera cámara digital. Ahora sale con dos a fotografiar las fiestas

Todas estas fotografías las realiza por pura afición, sin intención de sacar rédito económico de ellas. "Toda la vida he tenido pasión por la fotografía. Un primo de mi madre, Fermín, era fotógrafo aficionado. Y él me lo pegó. Hace 20 años que me compré mi primera cámara digital y empecé a hacer documentalismo", relata.

Autorretrato. Foto: Alberto Cabello Mayero, @pixelillo.

De hecho, desde hace unos meses todos los domingos abre su propio canal de Twitch para hablar tanto él solo como con diferentes protagonistas sobre esta afición. Ya lleva casi 50 programas de 'Diversión con Cámaras'.

¿Qué hara @pixelillo con sus fotos?

"Mi idea siempre ha sido que más pronto que tarde este archivo fotográfico esté en el Archivo Municipal o Provincial (Photo Araba), Fundación Sancho el Sabio... Lo hago por afición, y me gusta que la gente se reconozca en las fotos. Cualquier persona me puede pedir las que quiera", asegura.

Pero no quiere que este trabajo se quede ahí. "En 2020 cuando no iba a haber fiestas quise hacer una exposición virtual pero me pilló el toro", reconoce. "Y este año que ya volvían las fiestas de verdad, me abrí un Instagram para tomármelo más en serio. Por ahí me puede contactar quien quiera para pedirme las fotos".

"El objetivo final es que, aparte de donarlo, pueda hacer alguna exposición, publicar algún libro... Pero todo con el fín de documentarlo, no de ganar dinero. Vitoria-Gasteiz es cuna de grandes fotógrafos que respeto muchísimo, y nunca voy a pedir dinero por una foto", sentencia.