La Plaza Nueva y Los Arquillos: el punto de partida del ensanche neoclásico

28 agosto, 2022

Vitoria-Gasteiz amplió la ciudad con un nuevo espacio en el Sur de Vitoria-Gasteiz, que fue el inicio del Ensanche Neoclásico

La ciudad de Vitoria-Gasteiz permaneció prácticamente inalterable durante casi seis siglos, recluida dentro de sus murallas y acotada por los distintos ríos que la cruzaban a sus pies, como el río Zapardiel. Las gruesas murallas frenaban la expansión urbana a pesar de que la población iba creciendo en su interior.

Imagen de Vitoria-Gasteiz, constreñida dentro de las murallas, en el Siglo XVIII. La gran explanada es la plaza del mercado, arriba a la derecha el desaparecido convento de San francisco y abajo, unido a la puerta de Santa Clara, el convento de San Antonio.

La falta de redes de alcantarillado y de agua corriente, unido al aumento de población, empezaba a convertir la ciudad en un lugar insalubre, foco de enfermedades.  Por ello pronto calaron en la ciudad y en el resto del país las ideas del nuevo movimiento surgido en Francia y que rápidamente se extendió por toda Europa: el neoclasicismo, que era sinónimo de luz, espacios más amplios y construcciones tales como plazas, hospitales, teatros, parques, fuentes…

Había que crecer más allá de las murallas. Y en 1780, igual que en otras ciudades españolas, se propuso la construcción de la Plaza Nueva en la gran explanada extramuros (que tuvo que ser nivelada)  donde se ubicaba el mercado. Fue un encargo para Justo Antonio de Olaguibel, educado en estilo neoclásico. Esto supuso el arranque del nuevo ensanche vitoriano.

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Sección de la Plaza Nueva realizada por Justo Antonio de Olaguibel. Al frente, el nuevo Ayuntamiento

La plaza estaba concebida inicialmente como una de las mayores de España, aunque finalmente se redujeron sus dimensiones. Supuso todo un hito  y una joya arquitectónica para la ciudad, y fue un ejemplo para otras como las de Bilbao y San Sebastián.

Se caracteriza por sus líneas sobrias y regulares, por sus pilastras y semicolumnas en las entradas. Y, especialmente, por ser la más regular de las plazas mayores españolas: un cuadrado perfecto.

  • Los nombres de la Plaza 

Plaza Nueva fue su nombre original, y actualmente es Plaza de España desde 1936

La Plaza de España tuvo diversos nombres en función de la situación política que se viviera: Plaza Nueva, en contraposición con la Plaza Vieja (actual Virgen Blanca), Plaza de la Constitución (en honor a “la Pepa”), Plaza de Alfonso XIII, Plaza de la República (al proclamarse la Segunda República), y finalmente Plaza España (desde el Golpe de Estado de 1936 hasta nuestros días). También se le conoció popularmente como Plaza de los Arcos (de ahí que a la zona superior se le llame 'Los Arquillos'.

mapa Ciudad Vitoria Olaguibel

En la imagen se aprecia el lugar ( en rojo) que pasó a ocupar la Plaza Nueva dentro de la explanada de la Plaza del Mercado, dividiendo a ésta en dos. En amarillo se aprecia la antigua Alhóndiga, con dos niveles de arcos..

  • La vieja alhóndiga y los primeros Arquillos

Los Arquillos se construyeron en el lugar en el que estaba la antigua Alhóndiga

Cuando ya habían comenzado las obras de la nueva plaza neoclásica, la ciudad vio el problema del desnivel existente entre la ciudad vieja y la nueva. Se planteó el traslado de la antigua Alhóndiga, ubicada delante de la iglesia de San Miguel y que salvaba, mediante dos niveles de arcos, la pendiente entre la plaza de la iglesia y la actual Virgen Blanca. En el piso superior se celebraban las reuniones municipales mientras que en los arcos inferiores se ubicaban los mercaderes. En esta zona estaba también el Mercado del Ala.

En plan era desmontar las arcadas y trasladarlas a la costanilla del Juicio, entre la entrada a la calle Cuchillería y la esquina este de la plaza Mayor. El traslado no se llegó a realizar, pero sirvió de base e idea a un particular para la construcción de “casas de vecindad” (los primeros arquillos junto a la Cuesta de San Francisco), con frentes de arcos elevados que albergan un soportal por el que se desarrolla un paseo público. Se establecieron condicionantes de diseño y materiales, de modo que se autorizó su construcción en estilo neoclásico acorde al momento que la ciudad vivía.

Plaza de España y Arquillos Olaguibel Vitoria

Plano de Olaguibel de la zona de la Plaza Nueva y los Arquillos. A la derecha, ya construidos, los arquillos que Olaguibel denominó "Sitio de las casas de ... Segurola", en alusión al nombre del promotor privado de la obra. A la izquierda, propuesta del propio Olaguibel, con un patio trasero. A la derecha de la Plaza Nueva, el desaparecido convento de San Francisco.

Los Arquillos de la actual Mateo de Moraza iban a car acceso a un patio interior que finalmente no se hizo

Es entonces cuando se propone, con dinero público, la construcción de un segundo núcleo de casas con arcos para continuar con el paseo cubierto. La cubierta de la antigua Alhóndiga se desplomó, lo que aceleró los trámites encargando a Olaguibel su construcción. En los planos había viviendas de dos plantas y fachada de sillería en la parte inferior, que contaba con tres grandes arcos que daban paso a un gran patio interior (hacia el Casco Viejo en la zona de la actual Plaza del Machete). En la segunda planta se ubicaba, hacia la calle, el paseo cubierto.

Ya iniciadas las obras, el coste era elevado para el ayuntamiento,  por lo que el proyecto pasó a manos de Eustaquio Díaz de Güemes, que rehízo los planos de las viviendas, mientras que Olaguibel ejecutó las plazuelas resultantes. Se eliminaron los arcos inferiores y el patio interior y se abuhardillaron las cubiertas. Todo el conjunto se encontraba en pendiente, con el consiguiente empuje lateral del terreno, por lo que se construyeron grutas y bodegas abovedadas para aligerar el peso.

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Fachada y plantas de Olaguibel de los segundos Arquillos. En la fachada, se aprecian los tres grandes arcos que dan paso al patio interior, ubicado en la trasera de la planta baja, y que finalmente se eliminaron del proyecto.

Construidos Los Arquillos y la Plaza Nueva, la ciudad podía presumir, orgullosa, de contar con un nexo de unión inmejorable entre la antigua ciudad medieval y la nueva ampliación neoclásica que todavía estaba por llegar. Después de seis siglos de inmovilismo urbano, Vitoria-Gasteiz estaba preparada para los grandes cambios que se avecinaban.