Recomendaciones para los propietarios de lonjas juveniles
La Ertzaintza recomienda tomar precauciones para mejorar la seguridad y evitar robos
La mayor parte de las conocidas como "lonjas juveniles", planteadas como lugar de encuentro de grupos de amigos, en muchos casos menores de edad, presentan unas condiciones similares: se trata de locales, normalmente en desuso, propiedad de la familia de algún miembro de la cuadrilla o arrendadas "a escote" y, con escaso o ningún acondicionamiento para su habitabilidad, más allá de algunas tomas de electricidad y agua. Los locales son acondicionados como si fueran salones, con mobiliario que consiguen acumular los miembros del grupo, prestando especial atención a la dotación tecnológica de su preferencia: consolas de videojuegos, televisiones de gran formato, ordenadores, vídeos o equipos de música.
Desde el punto de vista de los jóvenes, el lugar resulta muy atractivo: es un punto de reunión exclusivo que les protege de la intemperie, les ofrece privacidad y contiene todo aquello que les permite disfrutar de su ocio a su manera, sin apenas gastar dinero.
Los riesgos que conlleva una 'lonja juvenil'
Sin embargo, la fórmula también presenta problemas, que pueden llegar a ser muy serios. En primer lugar, la falta del necesario acondicionamiento de la lonja puede generar riesgos nada despreciables, por ejemplo en relación con el consumo eléctrico. Una instalación deficiente, acompañada de soluciones "caseras" para disponer del flujo eléctrico necesario para satisfacer el consumo de consolas, ordenadores o televisores, entre otros muchos posibles aparatos, puede llegar a provocar incendios por sobrecarga o por cortocircuitos.
En segundo lugar, y la experiencia está demostrando que este riesgo es notable, está el problema de la seguridad de personas y bienes, es decir, el riesgo de sufrir robos o agresiones mientras se está en el interior de estas lonjas. A ello contribuye la habitual inexistencia de una puerta que ofrezca una seguridad suficiente, con lo que ello supone de pérdida de capacidad disuasoria contra posibles ladrones o agresores. Esto, sumado a la atracción que genera la alta probabilidad de encontrar dentro de las lonjas aparatos electrónicos o eléctricos de todo tipo, genera un verdadero "efecto llamada" para determinados delincuentes. Entre 2012 y lo que llevamos de 2013, la Ertzaintza ha detenido a 18 individuos por cometer robos en este tipo de locales.
Lonjas y redes sociales
Por otro lado, es necesario destacar la incidencia que en la seguridad de este tipo de locales tienen las propias costumbres sociales de sus ocupantes. Así, es necesario reseñar el uso que los jóvenes hacen hoy de las redes sociales o el carácter abierto, expansivo de los propios grupos de amigos, y la relación que todo esto puede tener con el hecho de que la mayor parte de los robos que se están registrando en este tipo de locales son robos con violencia e intimidación, más que robos con fuerza.
Así, una situación que se puede dar con frecuencia es aquella en la que un par de jóvenes, que se encuentran en una de estas lonjas de madrugada, jugando con una videoconsola o viendo una película, comentan en las redes sociales esta situación, dando cuenta de la ubicación de la lonja, facilitando una completa información sobre lo que tienen o no tienen en ella -aparatos, muebles, etc- e invitando a sus interlocutores a visitarles, sin darse cuenta de que sus mensajes están siendo recibidos por un numeroso grupo de "amigos", a muchos de los cuales es posible que ni siquiera conozcan personalmente. Sin saberlo, con este comportamiento están aventando una información que puede llegar con facilidad, y de forma inmediata, a uno o varios indeseables que pueden pensar que sería muy fácil presentarse en ese lugar con una navaja y vaciarlo. Esto está ocurriendo.
El pasado 19 de noviembre, dos individuos irrumpían, sobre las once de la noche, en un local de este tipo en Erandio donde se encontraban dos menores, aprovechando que la puerta no tenía echado el pestillo. Los asaltantes amenazaban a los menores con sendos cuchillos y se llevaban una videoconsola, una TDT y dos teléfonos móviles, entre otras cosas. Un robo similar se producía también el pasado día 24 de febrero en otra lonja del mismo municipio, cuando de nuevo dos individuos se colaban y, tras amenazar al único ocupante con un cuchillo, se llevaban una caja de caudales, una riñonera con un teléfono, tarjetas bancarias y documentación en su interior y otros enseres. En estos casos, la investigación de la Ertzaintza permitía identificar a los presuntos autores, cuatro individuos, que eran detenidos el pasado 18 de marzo en la misma localidad.
El 17 de enero, los tres integrantes de una banda ingresaban en prisión después de que, entre octubre y enero, sus miembros hubieran perpetrado tres asaltos en dos lonjas de este tipo en el barrio Gazalbide de Gasteiz. En estos casos, los asaltantes agredieron y amenazaron de muerte a los escasos ocupantes de las lonjas para llevarse un ordenador portátil y varios teléfonos móviles.
Recomendaciones de seguridad
Por todo esto, sería conveniente que los ususarios de este tipo de locales observaran una serie de recomendaciones básicas de seguridad.
En primer lugar, de cara a evitar accidentes, es necesario que antes de utilizar las lonjas como lugares de reunión sean adecuadamente acondicionadas, sobre todo en lo relativo al abastecimiento de electricidad, además de la preceptiva dotación sanitaria. Igualmente, son necesarias medidas de seguridad pasiva, como pueden ser la presencia de extintores o tener siempre a mano los números directos de teléfono de la Ertzaintza o la Policía Local para dar, en su caso, un rápido aviso de emergencia.
Por otro lado, es necesario dotar a estas lonjas de unos accesos y unas puertas que contemplen unas mínimas garantías de seguridad. Sólo esto, junto a una rápida llamada de emergencia en caso de necesidad, puede evitar un asalto.
En tercer lugar, es preceptivo que los usuarios de estos locales sean conscientes de las posibles situaciones de peligro a que se exponen y actúen en consecuencia. Así, deben ser adecuadamente discretos con todo lo relativo a la ubicación o el contenido de la lonja, teniendo en cuenta que publicando esta información en las redes sociales se están poniendo en riesgo.
Asimismo, han de observarse unas normas básicas de autoprotección de puro sentido común. Por ejemplo, ocupar la lonja de madrugada siempre supondrá un riesgo mayor que utilizarla por la mañana o a primera hora de la tarde. Estar sólo en la lonja siempre ofrecerá más facilidades al robo que estar en grupo, cuanto más numeroso mejor. Abrir la puerta exclusivamente a quienes se conoce y ofrece garantías es una medida básica de seguridad.
Finalmente, es importante que los usuarios de estas lonjas cuenten con la Ertzaintza y la Policía Local en previsión de cualquier problema, de manera que puedan ofrecer sus servicios, cuando sea necesario, con mayor rapidez y eficacia.
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