La Vida Color Frambuesa, un refugio para los animales en Álava

9 marzo, 2018

Gallinas, caballos, perros, patos, gatos o conejos conviven desde hace dos años en este refugio para animales

'La Vida Color Frambuesa' es un refugio para animales maltratados, desahuciados o en riesgo de sacrificio. Debe su nombre a "Frambuesa", una Pit Bull que fue adoptada en 2015.

Maria y Alber son los fundadores de este refugio localizado en un pueblo alavés. Prefieren no dar datos exactos sobre su localización para no encontrarse con perros atados a la puerta o camadas de gatos, algo común en perreras y protectoras: "La gente se piensa que te los dejan aquí y le salvan la vida a ellos y que a tí te hace un favor, pero no es así."

La Vida Color Frambuesa se creó como Asociación en septiembre de 2017, con ilusión y mucho trabajo. Resultaba de vital importancia tener todos los papeles en regla. De esta manera, se evita poner a los animales en peligro: "A mi mañana me vienen y no tengo los papeles para tener un caballo aquí y me lo quitan, y un caballo no va a una perrera, un caballo va a un matadero".

  • Galería de fotos con los animales del refugio

La Vida Color Frambuesa

Antes de acercarse a tierras alavesas la pareja vivía en la provincia de Toledo, en una furgoneta instalada en un terreno familiar, junto con cuatro perros, dos gallinas y dos patos. Pero ya entonces tenían en mente la idea de crear un refugio para animales.

Frambuesa. Foto: La Vida Color Frambuesa

Al ver que el número de animales rescatados iba en aumento y que ellos no podían mirar hacía otro lado, se decidieron por buscar algo más grande y adaptado a las necesidades de los animales con los que conviven: "Los perros se adaptan más, pero las aves o los gatos necesitan unas instalaciones y unos cuidados especiales".

María, que reclama más unidad dentro del movimiento: "Somos humanos y el ego es un problema. Siempre existen problemas personales que se extrapolan a la asociación". Estudió Veterinaria y desde hace doce años es vegana y activista por los derechos de los animales. Ya antes colaboró con un santuario animal en el que vivió: "Han pasado muchos animales por mi vida". Su idea inicial era viajar en la furgoneta con sus perros y ser felices pero, no pudieron evitar ayudar a quienes en esos momentos creían que les necesitaban. Así es como llegaron las gallinas y los patos para hacer más grande la familia.

Hay mucha gente que se ha interesado por el proyecto y que se ha ofrecido para ayudar en lo que pueda, pero por el momento es difícil delegar. "Al principio es inestable, una vez que funciona ya puedes delegar más. ¿Qué te voy a decir qué hagas si no sé cómo lo quiero hacer?". Una nueva colaboradora va a llevar la tienda. Ella se va a encargar de los pedidos, envíos y de fabricar el material. Y el dinero de las ventas, así que como el de las colaboraciones, irá destinado a hacer frente a los diferentes gastos, como los arreglos o medicamentos.

El voluntario presencial es más duro y rígido de lo que parece, ya que consiste en limpiar: "Gran parte del día me lo paso limpiando, no acariciando animales aunque sea lo que se enseña. Ellos necesitan higiene."

Cuando el proyecto se estabilice desde el refugio necesitarán ayudar con las redes sociales, sus correos, la difusión... "Si no es a nosotros, siempre van a tener algún refugio o protectora cerca con el que colaborar".

También existe la posibilidad de colaborar económicamente y hay varias opciones : hacerse socio, apadrinar o hacerse teamer, la opción más económica. "El teaming es un eurillo al mes y a nosotros nos salva el mes".

El objetivo principal de La Vida Color Frambuesa no es rescatar, es concienciar y educar. "Desde la ignorancia se hacen salvajadas y, si nos piden ayuda, se la damos". Su próximo objetivo es salir a la calle con mesas informativas. Trabajo de concienciación a pie de calle.