Reiniciando al Baskonia 17/18
Baskonia recupera sus constantes vitales con la llegada de Pedro Martínez y recibe una dosis de confianza tras las victorias ante Panathinaikos y Unicaja
"Reiniciando": así de escueto resultaba el primer tweet de Pedro Martínez nada más confirmarse su contratación por Saski Baskonia el pasado viernes 27 de octubre.
Martínez condujo el pasado año a Valencia Basket a su primer título de Liga ACB en 30 años, pero se encontraba sin equipo tras tomar la decisión de no seguir en la entidad levantina pese al éxito conseguido.
La dimisión de Pablo Prigioni y la negativa serie de resultados encajados durante el primer mes de competición requería que la elección del nuevo entrenador azulgrana fuera la más acertada posible.
Pedro Martínez se presentaba como opción más segura y fiable por delante de buenos técnicos como el serbio Dejan Radonjic (ex-Estrella Roja) o el letón Ainars Bagatski, pero ambos sin experiencia en la Liga ACB.
No sería justo echar la culpa de todos los males que ha sufrido el equipo exclusivamente en el trabajo de Pablo Prigioni ni de sus asistentes, pero seguro que esta primera experiencia le hará mejor entrenador de cara a su futuro profesional como le ocurrieron a otros ilustres ex-baskonistas como Velimir Perasovic y Pablo Laso cuando afrontaron su llegada a banquillos tan exigentes como los de Valencia y Sevilla, sin llegar a concluir su primer año como entrenadores de primer nivel.
Ha tenido que pasar el primer mes de competición de la temporada 17/18, once partidos oficiales, encajar ocho derrotas y ver pasar a tres entrenadores diferentes para comenzar a ver a un Baskonia reconocible, competitivo y contar con toda su plantilla al completo.
Fueron muchos los condicionantes, las lesiones y los cambios sufridos en el seno de la plantilla que marcaron la breve etapa de Pablo Prigioni al mando del banquillo baskonista entre el 18 de agosto y 25 octubre, cuando dimitió tras la derrota ante Valencia Basket.
En caliente, sin hablar previamente con nadie del club, ni con sus propios jugadores, el que fuera base azulgrana hasta la temporada pasada cerraba su primera y dura experiencia como entrenador profesional en el club que había apostado incondicionalmente en su valía como entrenador jefe.
El coach argentino, que durante el pasado verano consiguió la titulación en el Curso de Entrenador Superior de Baloncesto en Zaragoza, contaba además con el aprendizaje técnico que había adquirido durante su estancia en la NBA.
Primero como jugador en Knicks, Rockets y Clippers, y después ya una vez retirado en enero de 2017 en diferentes viajes a Estados Unidos, llegó a participar en el NBA Draft Combine junto al exjugador Tim Hardaway, un campus de perfeccionamiento en el que los jugadores inscritos en el Draft se ponían a prueba ante las ojeadores y técnicos de las franquicias de la NBA. Incluso llegó a contar con opciones para haber sido entrenador asistente en la mejor competición del mundo.
Pero la inexperiencia de Prigioni no parecía ser ningún inconveniente para el club. De hecho, el club alavés apostaba por Pablo Prigioni con la intención de tener un entrenador de la "casa", un técnico con el que iniciar un ciclo duradero, sin tener que verse cada verano con la necesidad de volver a depositar los mandos del equipo en un nuevo preparador del agrado de la directiva de Zurbano.
Desde la segunda época de Dusko Ivanovic ningún entrenador baskonista ha completado más de una temporada en Vitoria-Gasteiz, y sólo Velimir Perasovic con contrato en vigor parecía destinado a romper esa dinámica pero acabó rescindiendo su segundo año de compromiso para fichar por Anadolu Efes.
Las primeras semanas de trabajo de Prigioni durante la pretemporada dejaba pinceladas de su metodología de trabajo, inspirada en la NBA, desde los horarios y los fundamentos del juego que iba a caracterizar a su equipo que además se reforzaba acertadamente con los jugadores del conjunto filial para compensar las ausencias de los jugadores internacionales. Pero como suele ser costumbre en cada pretemporada baskonista, llegaron los primeros problemas de lesiones.
- Buenas sensaciones ante el Barça
El Baskonia debutó ante el FC Barcelona de Sito Alonso y Adam Hanga. Pese a la derrota el Baskonia dominó el partido, liderado por Huertas y Granger, y dejaba buenas sensaciones sobre el potencial deportivo y el talento que podía atesorar la escuadra gasteiztarra.
Apenas seis días después el Baskonia debutaba en casa en la Liga ACB ante Estudiantes, y tiraba de fondo de armario para superar a la escuadra estudiantil (94-76). Sin apenas tiempo para saborear el primer triunfo de la campaña, el conjunto baskonista recibía su primer gran varapalo de la temporada en Gran Canaria. El equipo de Luis Casimiro desnudó las carencias defensivas del bloque alavés.
- Baskonia inofensivo e ineficaz
El 12 de octubre comenzaba la Euroliga para el Baskonia ante Olimpiakos. Los griegos, fieles a su ideario de juego de deshicieron (75-64) de un Baskonia inofensivo e ineficaz, que comenzaba a dar síntomas de un estado de ánimo preocupante y que tenía como único remedio acciones aisladas e individualistas de sus jugadores pero sin ningún planteamiento colectivo capaz de dar tres o cuatro pases seguidos.
En Fuenlabrada el plantel baskonista daba una pobre imagen de juego durante tres cuartos y Pablo Prigioni forzaba una vergonzosa expulsión por doble técnica para buscar la reacción de sus jugadores. En Tel-Aviv solo la reacción del joven base Luca Vildoza y la reaparición de Rodrigue Beaubois fueron las notas positivas del Baskonia.
Con cuatro derrotas consecutivas entre las dos competiciones llegaba el primer derby vasco de la temporada en el Buesa Arena, el Gipuzkoa Basket podría parecer una víctima propicia para reencontrarse con la victoria. Pero los guipuzcoanos llegaron a dominar el partido con rentas de hasta catorce puntos a su favor (47-61). Tuvo que ser Rodrigue Beaubois el jugador que decidió el partido con una carrera de pista a pista para dejar la bandeja ganadora sobre la bocina. El Baskonia y Pablo Prigioni respiraban, pero la situación deportiva apenas daba muestra alguna de mejoría.
Ante Valencia Basket el Baskonia era incapaz de responder, y los de Txus Vidorreta sentenciaron a Pablo Prigioni y a su equipo (63-80).
Minutos después Pablo Prigioni anunciaba su renuncia en la sala de prensa del Buesa Arena. El argentino justificaba su decisión por verse incapaz de poder mejorar la situación deportiva de su equipo y dejar margen de tiempo para que el nuevo técnico del Baskonia tuviera tiempo de margen para emprender el rumbo del equipo azulgrana que había hecho aguas en el primer mes de la temporada firmando uno de los peores inicios del Baskonia de su historia reciente.
Sergio Valdeolmillos se hacía cargo del equipo para el partido ante Brose Bamberg (con derrota 78-72). 24 horas después, ya de vuelta a Vitoria, Pedro Martínez dirigió su primer entrenamiento con su nuevo equipo para preparar el duelo ante Tecnyconta Zaragoza.
- Nueva puesta en escena
Ante el cuadro aragonés se pudo ver de inicio una puesta de escena baskonista diferente respecto a los anteriores partidos, y el equipo vitoriano brilló en los primeros 20 minutos de juego. Pero en la segunda mitad el equipo local se desvanecía física y mentalmente para volver a las andadas y ceder el control del partido al rival .Zaragoza aprovechaba la recaída baskonista y se llevaba la victoria por 73-78.
Tras este encuentro Pedro Martínez daba en rueda de prensa su diagnóstico sobre los problemas que acechaba a su equipo, carencias defensivas, mala lectura del juego y de los espacios, poco juego en equipo entre otros aspectos técnicos mostrados por el entrenador barcelonés. Claves que servían para marcar las líneas de trabajo y de recuperación en su primera semana en Vitoria antes de afrontar el duelo ante Panathinaikos en la quinta jornada de Euroliga.
Durante los días previos al partido ante el equipo de Xavi Pascual, Martínez incidió en asentar los detalles técnicos que el Baskonia debía mejorar para afrontar un partido ante un rival tan exigente. El Buesa Arena, que registró la mejor entrada de la presente temporada con 13.108 espectadores en sus gradas, fue testigo de la mejoría que requería la llegada del nuevo entrenador.
El equipo comenzaba a recuperar las constantes vitales y a creer en sí mismo. El Baskonia registraba su primera victoria en la Euroliga por 85-84 pero también algo más, una dosis extra de confianza para limpiar la mente que había atenazado a sus jugadores durante las semanas previas.
Será en los próximos compromisos cuando se podrá valorar si la incorporación de Pedro Martínez resulta decisiva para afianzar la trayectoria de este equipo. Es el entrenador español con más partidos, cerca de 800, dirigidos en la Liga ACB en activo.
Ha pasado por todas las categorías del baloncesto nacional desde que comenzó su trayectoria en 1978 dirigiendo al Colegio Alpe de Barcelona, pasó por la cantera del Sant Josep de Badalona, también por la del Joventut y por conjuntos de Liga LEB. Entre sus muchos logros destacan en su palmarés los títulos de la Copa Korac con el Joventut de Badalona en 1990 y la Supercopa ACB con el Baskonia en 2005. Recientemente dos clubes como Gran Canaria y Valencia Basket experimentaron un salto de calidad competitivo tras su paso por los banquillos en ambas ciudades.
Ojalá su trayectoria en Vitoria-Gasteiz se prolongue durante varios años más, eso significará que su trabajo habrá calado en los despachos del Buesa Arena, plantilla y aficionados.