La Plaza de la Virgen Blanca, desde su reforma, ha sido criticada en numerosas ocasiones por la sensación de oscuridad. Una sensación que se ha trasladado ahora hasta el reloj de San Miguel. Desde hace varias semanas resulta imposible conocer la hora si es de noche y miramos a la torre que preside la Virgen Blanca.
El sistema interior de iluminación del reloj se encuentra fundido y por ello no se distinguen las agujas. Ver la esfera de la torre en penumbra aumenta aún más la sensación de tristeza y oscuridad que preside la plaza.
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