Rotos
La Euroliga se está convirtiendo en un infierno para el Caja Laboral que ya acumula seis derrotas en siete partidos, tras caer en Kaunas por un contundente 82-45 en el debut de Tabak como entrenador baskonista. Las posibilidades matemáticas siguen siendo algo a lo que agarrarse pero da la sensación de que lo mejor que […]
La Euroliga se está convirtiendo en un infierno para el Caja Laboral que ya acumula seis derrotas en siete partidos, tras caer en Kaunas por un contundente 82-45 en el debut de Tabak como entrenador baskonista.
Las posibilidades matemáticas siguen siendo algo a lo que agarrarse pero da la sensación de que lo mejor que le puede ocurrir al baskonismo es que esto se acabe cuanto antes puesto que derrotas como la del Olympiakos, del viernes pasado, o la de esta tarde, en Kaunas, son dificiles de digerir.
La puesta en marcha fue con un quinteto lógico ante la ausencia de Nemanja. Heurtel-Oleson-Nocioni-Milko-Lampe compusieron el primer cinco inicial de Tabak para arrancar el partido. Sin embargo, este no empezó bien. Dos faltas rápidas de Oleson y otras dos de Lampe, unido a falta de fluidez en ataque conllevaron los primeros cambios mientras el acierto de Nocioni mantenía el partido igualado. Las pérdidas de balón del Caja Laboral y el bonus facilitaron las cosas a los lituanos de inicio que rápidamente abrieron brecha en el marcador (22-15 min10) mientras Baskonia sumaba sólo desde el tiro libre o la línea de 6,75.
En el segundo cuarto el rebote, convertido en un lastre durante todo el primer tiempo, ofrecía segundas opciones que los lituanos no desaprovechaban para mantener rentas cercanas a los 10 puntos. El atasco ofensivo baskonista, muy preocupante, unido a las constantes pérdidas de balón terminaron por provocar la rotura del encuentro, con el Zalguiris en plena ebullición endosando un claro parcial de 19-4. Resultado de 43-24 al descanso y los datos (ese frío elemento que muchas veces explican muchas cosas de este deporte) eran claros: 24-10 en rebotes, 57-16 en valoración, 10 pérdidas de balón...
El vestuario no cambió la cara a nadie y la diferencia se fue ampliando hasta los 25 de ventaja (55-30). Sobró prácticamente toda la segunda mitad que sólo sirvió para que Tabak fuera comprobando el largo trabajo que tiene por delante, si es que no lo sabía ya. Al final, sonrojante 82-45.
La derrota deja al Caja Laboral muy tocado, sobre todo por la imagen ofrecida. Hay jugadores que son sombras andantes (Oleson, Heurtel o Milko por ejemplo), otros cuya escasez de minutos no se entiende salvo que haya motivos extradeportivos (Cabezas se pasó toda la primera parte sentado cuando el equipo se mostraba absolutamente atascado) y en general existe una falta de confianza alarmante. La Euroliga no ha terminado pero casi y hay que intentar cerrarla de manera honrosa. La licencia para seguir entre los elegidos del baloncesto continental está en juego y partidos como este no ayudan.
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