Sala de espera al aire libre para las resonancias en Santiago
Durante cuatro meses, el hospital tendrá una unidad móvil para hacer resonancias mientras renueva su maquinaria
Eduardo y su mujer aguardan de pie junto al pequeño jardín ubicado en la parte trasera del hospital Santiago. Una improvisada sala de espera al aire libre. Les han citado allí para hacerse una resonancia, y miran con cierta sorpresa el camión frente a ellos. Es la unidad móvil que, desde el jueves 28 de julio por la tarde, atiende a pacientes que tienen que hacerse esta prueba.
"Hemos visto a pacientes con el camisón del hospital desde la calle y no tendría que podérseles ver"
Una solución temporal de Osakidetza mientras realiza las obras necesarias para renovar su servicio de resonancia magnética e instalar nuevas máquinas. Los trabajos se prolongarán unos cuatro meses. Durante ese tiempo, las personas que se hagan una resonancia en el hospital Santiago deberán acudir a esta unidad móvil del grupo VIVO Diagnóstico, instalada en una parte del parking al que acceden también las ambulancias.
El servicio cuenta solo con unas vallas metálicas a su alrededor para delimitar el paso, pero carece de un recinto adecuado que funcione como sala de espera. No hay cómo escapar del calor o del frío y la lluvia, según el tiempo que haga. Tampoco dispone de biombos opacos u otros sistemas que impidan a cualquier transeúnte ver a los pacientes. "Hemos visto a algunos con solo el camisón de hospital sentados en una silla de ruedas mientras esperaban su turno, y no es de recibo que estén a la intemperie. No se tendría por qué ver a los enfermos desde la calle", critican desde ELA.
Acondicionar el área
Desde el sindicato creen que sería necesario acondicionar el área para garantizar una mayor comodidad de los usuarios. "Sabiendo que tenían que recurrir a una unidad móvil, no cuesta tanto adecuar la zona y poner mejores condiciones. Aquí están atendiendo también a gente ingresada, les traen en sus camas y no es lógico que desde la calle les puedan ver", insisten.
El personal sanitario atiende a las citas en unas casetas de obra
"Nos han propuesto esperar en una silla que han puesto junto a la pared del hospital. Pero allí corría el aire y hacía más frío. Así que les hemos preguntado si podíamos quedarnos en este lateral y nos han dicho que bien. Hoy porque hace bueno, pero si dices que va a durar varios meses y el tiempo empeora...", apunta Eduardo. Mientras, una ambulancia medicalizada sale del parking y accede otra que traslada a una persona a rehabilitación. Eduardo y su mujer se apartan para dejar sitio. No saben muy bien dónde ponerse.
Además, el personal sanitario que trabaja en las resonancias realiza su labor en dos casetas de obras, situadas a escasos metros de la unidad móvil, que recorren una y otra vez para cualquier gestión. Una de las casetas tiene el cuarto de baño y la otra dispone de una mesa y un ordenador "Desde allí dan las citas, atienden a la gente que viene a hacerse la prueba... Estaremos pendientes para, por ejemplo en días de mucho calor, ver en qué condiciones tienen que trabajar", advierten en ELA.
Listas de espera alteradas
También lamentan que, durante casi siete días, las listas de espera de resonancia magnética se hayan visto alteradas y algunas personas hayan podido sufrir retrasos en sus citas. Porque fue el jueves 21 de julio cuando Osakidetza "desalojó" la zona del hospital Santiago donde hasta entonces se realizaban estas pruebas. Y no fue hasta el jueves 28 por la tarde cuando retomaron la atención en la unidad móvil. "Seguramente se hayan retrasado citas y otras se habrán derivado a Txagorritxu", explican en el sindicato.
Fue el mismo día 21 de julio cuando el Servicio Vasco de Salud anunció en un comunicado la renovación de las máquinas de resonancia magnética de Santiago. Explicaban que las obras comenzarían "el 26 de julio" y se ofrecerían "medidas de contingencia para continuar ofreciendo el mismo servicio". Pero, para ese momento, la unidad ya estaba desmantelada.
Estos cambios han afectado también a los pacientes. "Yo tenía cita para Txagorritxu, y el viernes me llamaron para decirme que mantenían el día y la hora, pero que viniera a Santiago en su lugar. No entiendo el por qué de este cambio, porque por distancia, me viene mucho peor", indica Eduardo. Claro que, con una consulta médica a la vista y más de tres meses de espera para obtener la resonancia, no iba a rechazarlo.
Sin servicio de cocina
Además, las obras para las nuevas máquinas de resonancia han afectado también a la cocina del hospital Santiago. Al contar con dos aparatos, (hasta ahora solo había uno) necesitan más espacio y, para lograrlo, han tirado un tabique del servicio de cocina. De esta forma, este ha quedado reducido a un pequeño recinto donde preparar platos fríos. El resto, proviene de Txagorritxu.
"Allí ahora tienen el doble de trabajo en cocina, al tener que elaborar todo. Envían a Santiago los platos preparados y aquí los terminan de colocar y distribuir, es que no pueden hacer otra cosa", indican desde ELA. "La idea es rehabilitar la cocina de Santiago en otro espacio y nos dicen que para octubre estará. Veremos", añaden.
Las nuevas máquinas de resonancia magnética que se instalarán en Santiago permitirán realizar en torno a 15.000 exploraciones anuales y ofrecerán un servicio integral tanto a la población general como a los pacientes hospitalizados, con una especial atención en las áreas de neurología, neurocirugía y patología vascular.
Estos equipos permitirán atender a un mayor número de personas gracias a la rápida adquisición de imágenes, lo que supondrá un menor tiempo de permanencia en las máquinas. Además, ambas resonancias magnéticas cuentan con un sistema de reducción de ruido. Una medida que disminuye la presión sonora en la sala de exploración hasta el 96 % en determinadas pruebas,
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