Salburua y Zabalgana: ejemplos de expansión urbana poco sostenible
En 2003 se aprobó el Plan General de Ordenación Urbana de Vitoria-Gasteiz para construir Salburua y Zabalgana: con él se firmó la sentencia de muerte de la pequeña capital tal y como se conocía
En 2003 se aprobó el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Vitoria-Gasteiz. Un plan que firmó la 'sentencia de muerte' de la pequeña capital tal y como se conocía: se daba vía libre a una gran expansión, tanto al este, con el nuevo barrio de Salburua, como al oeste, con el barrio de Zabalgana. El documento se define como gran apuesta de futuro debido a la enorme oferta residencial asociada, pero lo que realmente significó para Vitoria fue su fragmentación y dispersión urbana, dadas las dimensiones y densidades de población propuestas.
Basta con echar un vistazo a las fotos aéreas. Si tenemos en cuenta la zona de Lakuabizkarra, que supuso la primera gran ampliación hacia el norte, se podría decir que la ciudad ha duplicado su tamaño en muy pocos años.

Vitoria en 2001 y en 2016. En rojo, los polígonos industriales. En azul, las zonas residenciales.
- Expansión urbana descontrolada
En Vitoria existía un problema, debido a la carestía de la vivienda y la poca oferta de inmuebles de nueva construcción. Pero el Plan supuso una herramienta legal para que recalificadores y especuladores se enriquecieran.
No se estudiaron las carencias ya existentes en algunos barrios de Vitoria, ni se redactó un plan de actuación en el que se acotaran distintas zonas de crecimiento en función de las necesidades reales que fueran surgiendo. No se planificaron los equipamientos necesarios, ni las infraestructuras que dieran servicio a las nuevas zonas residenciales. Se dio vía libre para construir en cualquiera de las nuevas parcelas, lo que generó un boom inmobiliario carente de sentido y de planificación, puesto que se levantaron bloques de viviendas aislados del resto de la ciudad.

Ejemplo de zona con baja densidad, que contribuye a fragmentar la ciudad
- Consecuencias de la fragmentación urbana
Esta fragmentación urbana trajo consigo unas consecuencias directas sobre Vitoria, modificando su constitución y la forma de vivir en ella.
Desaparece el concepto de ciudad a pequeña escala, cómoda para ir a pie. Cuenta con mayor extensión, por lo que habría sido necesario un estudio previo y en profundidad para modificar las redes de transporte públicas, que tienen que dar servicio a estas nuevas zonas. A día de hoy, Salburua y Zabalgana siguen muy desconectadas, a pesar de que cada poco tiempo se intentan mejorar las líneas. Al mismo tiempo la dispersión urbana dificulta un transporte colectivo racional, lo que, inevitablemente, deriva en un funcionamiento ineficiente del mismo.
Toda una generación se ha desplazado a estos barrios nuevos, y los barrios industriales tienen una población muy envejecida
Los palos de ciego y las ineficaces soluciones de transporte público propuestas han generado una mayor dependencia del automóvil y un aumento del tráfico, lo que se traduce en mayor contaminación y colapso en ciertas vías de la ciudad (América Latina o Iturritxu), que no estaban preparadas para absorber tanto tránsito de vehículos. Antes de aprobar un Plan de este calado, habría sido necesario analizar los desplazamientos de la población hacia sus puestos de trabajo y zonas comerciales, y proyectar unas infraestructuras viarias que dieran servicio a dichos movimientos. Esto habría supuesto una mayor inversión económica, muy por encima de las posibilidades de una ciudad como Vitoria.
Otro efecto directo es la descentralización de la ciudad. El casco histórico de Vitoria ya no es el centro de ocio, el lugar de reunión de todos los vitorianos. La dispersión, la distancia y la falta de transporte público han posibilitado la aparición de nuevos núcleos en los que la gente encuentra la misma oferta. Además, prácticamente toda una generación se ha desplazado a estas zonas, lo que supone que los antiguos barrios industriales que rodean el Casco Viejo cuenten con una población muy envejecida, queden despoblados o, incluso, que se formen guetos. Por ello, habría sido necesario, antes que un plan de expansión, un plan de rehabilitación, de inversión, de puesta en valor de estas zonas.
Los equipamientos se fueron construyendo cuando ya había miles de vecinos en ambos barrios
No hay que olvidar que una oferta residencial tan elevada trae consigo unas necesidades asociadas, por lo que hay que prever de antemano ciertos equipamientos: centros de salud, educativos, de ocio, cívicos, etc. Esta planificación no se ha producido en nuestra ciudad, y los residentes de Salburua y Zabalgana han visto cómo se iban proyectando estas infraestructuras a lo largo de los años: El centro de salud de Zabalgana se inauguraba en 2014, El centro cívico de Zabalgana abría en el año 2017, el de Salburua en 2015 repleto de patologías... Muchos de ellos, incluso, siguen pendientes de ejecutar en la actualidad.
Después de estas reflexiones, que algunos pueden tachar de obvias, cabe preguntarse cuál puede ser la solución a esta problemática generada. No hay remedios mágicos, ni soluciones únicas, pero si un creciente interés y diversos grupos de trabajo interdisciplinares que ya han puesto el foco en esta cuestión. No obstante, hay unanimidad: la fragmentación y dispersión de las ciudades va a ser el problema central en la organización del territorio y la ciudad durante las próximas décadas.
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