El Museo de Armas ha incorporado una segunda armadura Samurái para celebrar el Día Internacional de los Museos. La armadura es denominada Tosei Gusoku del periodo Edo (1603-1868), cuando "los guerreros japoneses destacaban en el campo de batalla con estas llamativas, bellas y prácticas armaduras".
La armadura consta de 17 piezas fabricadas con diferentes técnicas y materiales antagónicos como hierro y seda, madera lacada y latón: "Cada parte era realizada por un maestro artesano, y los secretos de las técnicas artísticas se transmitían de generación en generación", ha explicado Ana del Val, Diputada del Departamento de Cultura y Deportes.
Las sedas y la laca Urushi eran lo que presentaba un peor estado de conservación dado que son materiales naturales y muy frágiles que, además del desgaste provocado por el uso, se descomponen fácilmente con la luz y las variaciones ambientales. Conseguida la estabilización de la armadura y finalizado el tratamiento de restauración, la obra ha sido incorporada a esta sección de armas exóticas, donde se ha completado la renovación de esta vitrina.
La diputada Ana del Val también ha presentado la obra la Perezosa, de Federico Coullaut-Valera. Es una obra de juventud; “Se trata de un desnudo de mujer joven, de estilo clásico y realizado en piedra arenisca de tonalidad muy clara”. La obra está firmada y fechada -F. Coullaut Valera 1936- en la parte posterior de la base, un bloque redondeado sin desbastar, del que emerge la figura. En Euskadi, aunque su nombre no sea muy conocido, realizó la imponente figura del Sagrado Corazón de Jesús que corona el monte Urgull de Donostia-San Sebastián.
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