Segundo ataque del lobo en 3 días: otras dos ovejas muertas

Suma y sigue. El lobo ataca de nuevo. El segundo ataque en apenas 3 días en la zona de Urkabustaiz. En esta ocasión, el balance ha sido de dos ovejas muertas y una herida. Nuevas bajas en el mismo rebaño del ganadero que la noche del miércoles perdió otras 5 ovejas preñadas.

Y es que este asalto se ha producido en el puerto de Barrerilla, junto a la carretera que une Gujuli con Orduña. A unos "500 metros" en línea recta del anterior ataque, que ocurrió muy cerca del pueblo de Unza. Lo cuenta Mikel Basterra, pastor y elaborador de queso Idiazabal.

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Una manada de caza por la zona

Ha sido él quien, este sábado por la mañana, ha descubierto el macabro hallazgo. Y quien ha espantado a los buitres que, cuando ha llegado al lugar del ataque, ya devoraban los cadáveres. "Impacta ver a una oveja viva con toda la pata comida", reflexiona.

Es consciente de que esta vez han sido las ovejas latxas de un compañero, pero que la próxima pueden ser las suyas. "Las mías estaban a solo 100  metros", razona. Ni los mastines evitan que los lobos se alimenten. "Había 6 perros, y nada. Al final, vamos a tener más perros que ovejas", añade.

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La predicción que hace unos días 'Dolo' realizaba a Gasteiz Hoy, tras el ataque sufrido, se ha cumplido. Entonces, advertía de que, en cuanto los lobos tuvieran hambre de nuevo, podrían aparecer de nuevo. Y así ha sido. Lo que confirma que existe una manada de caza por la zona.

Algo que tampoco sorprende a Mikel: "Uno solo no es, porque no podría con toda la carne que se han comido. Cada vez hay más lobos, y luego irán hacia Gorbeia, Badaia...".

Aunque, por ahora, parece que los lobos están a gusto por la zona y no descarta nuevos e inminentes ataques, ya que todas las ovejas están, lo que queda de otoño e invierno, en las campas. Lo asume con hartazgo, sí, pero con cierta resignación.

Cada vez menos pastores

Él ha estado hasta hace pocas semanas con las ovejas en la sierra, cuando las bajaron a las campas. "Es un sinvivir, todos los días mañana, tarde y noche pendiente. Esto nos cambia la vida totalmente", recalca.

También opina que los pastores de guarda forales "no sirven de nada, están un rato con las ovejas y ya". "Al final, con ellas estás mucho tiempo, yo he pasado más horas con las ovejas que con la familia", confirma.

Sabe de lo que habla. 42 años de experiencia le avalan. Y asume que su trabajo "se está poniendo imposible". Si hace años eran 50-60 los pastores en las Sierras Gibijo y Salvada, ahora son solo 10, "y contados, ni uno más".

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