Redensificación: en busca de una ciudad sostenible

14 agosto, 2016

Qué es la redensificación y cómo debería aprovecharla Vitoria para ser más sostenible

La palabra redensificación que tanto estamos escuchando últimamente y que tanta controversia está creando es un vocablo moderno, ni siquiera está aceptado por la RAE. Sin embargo, el concepto que representa no es una invención reciente, sino un fenómeno que se viene dando ya desde siglos atrás.

Entendamos redensificación como el fenómeno por el cual un espacio urbano consolidado se transforma o adapta con el fin de poder albergar nuevas infraestructuras, generalmente viviendas. Pues bien, este tipo de intervenciones ya se venían produciendo desde mucho tiempo atrás, eso sí, de un modo más pausado y en cierta manera más natural.

Pongamos como ejemplo la ciudad de Barcelona. En 1859 el ingeniero catalán Ildefonso Cerdá propone un modelo de ensanche para la ciudad basado en una cuadrícula con manzanas de 113 metros de lado con un gran patio interior. En una imagen actual podemos observar cómo lo que en un principio eran patios diáfanos, a día de hoy han sido modificados de diversas maneras respondiendo a las nuevas necesidades que con el paso de los años han ido apareciendo.

ciudad sostenible es aquella que menos recursos consume, sin embargo, hasta hace poco se consideraba ciudad ecológica a aquella que más árboles y zonas verdes tuviera

La redensificación que se está dando hoy día en muchas ciudades europeas no es un fenómeno moderno. Sin embargo lo que más llama la atención es que esta clase de actuaciones que se dan cuando un espacio no responde satisfactoriamente a las necesidades del momento, se están planeando sobre los barrios de más reciente construcción.

Hoy sabemos que ciudad sostenible es aquella que menos recursos consume, sin embargo, hasta hace poco se consideraba ciudad ecológica a aquella que más árboles y zonas verdes tuviera.

Vitoria-Gasteiz, con la idea de ser un referente de ciudad verde, al igual que otras muchas ciudades europeas, apostó por un modelo de nuevos barrios en los que la baja densidad de habitantes da pie a gran cantidad de espacios públicos en los que árboles y zonas ajardinadas dan a la ciudad una mayor apariencia de sostenibilidad.

Lo cierto es que la baja densidad característica de estas áreas propicia la dispersión y la dispersión obliga a que las infraestructuras sean mayores y los desplazamientos sean más largos, lo que se traduce en un mayor gasto energético y de recursos.

Pongamos un ejemplo sencillo. Supongamos que somos dueños de una empresa y que debemos alojar a nuestros 500 trabajadores y sus familias. Tenemos 2 opciones, podemos alojarlos en bloques de pisos junto a nuestra empresa (alta densidad) o podemos apostar por un modelo de ciudad jardín donde cada familia disponga de su propia parcela con chalet y jardín ocupando así mucha más superficie (baja densidad).

En el primer caso podemos observar cómo todos nuestros trabajadores podrían desplazarse andando hasta el trabajo en apenas 5 minutos, mientras que en el segundo sólo los habitantes de las parcelas más cercanas podrían desplazarse del mismo modo, viéndose la mayoría obligados a recurrir al coche propio o al transporte público (mayor gasto energético). Lo mismo que ocurre a la hora de desplazarse hasta el trabajo ocurre a la hora de satisfacer las necesidades de carácter diario como hacer la compra o llevar a los niños al colegio.

Del mismo modo el ocupar una mayor superficie de suelo para alojar a un mismo número de personas implica que las infraestructuras y servicios básicos deban ser mayores, es decir, habrá que construir más carreteras, el cableado eléctrico debe ser mayor, tendrá que haber más puntos de recogida de residuos, más trayectos de transporte público, etc. En definitiva, cuanto mayor sea la dispersión mayor será el gasto.

Otro inconveniente de la baja densidad es la dispersión del comercio. Es muy habitual observar en estos nuevos barrios la cantidad de lonjas vacías que existen. Mientras que en los barrios céntricos de la ciudad la clientela potencial que un negocio necesita para subsistir se concentra en una o dos manzanas, en estos nuevos barrios son necesarios varios bloques para llegar al mismo número de clientes.

Sobre esta base parece razonable que en la previsión de crecimiento de la ciudad no se apueste por extender los límites de la misma y se haga un esfuerzo por aprovechar de un modo más racional e inteligente el suelo del que ya disponemos.

Hay que ser también conscientes de que muchas de las personas que ahora residen en estos nuevos barrios lo hacen sobre la base de un modelo que se les presentó y que ahora va a ser variado, pero lo cierto es que aumentar la densidad de habitantes en estas áreas debería ser sinónimo de mejora en lo que a servicios e infraestructuras se refiere, tanto para el barrio como para la ciudad.

La redensificación de los nuevos barrios va a ser una de las actuaciones más importantes que se va a llevar a cabo en Vitoria durante los próximos años. De modo que habrá que estar muy pendientes de cómo se hacen las cosas y confiar en que los encargados de llevar a cabo esta delicada misión estén a la altura, ya que del mismo modo que una buena redensificación puede mejorar la calidad de vida de nuestros nuevos barrios, una mala intervención puede deteriorarla de forma notable.