Ta-Than: La cocina mágica a la plancha busca el retiro

35 años después de su apertura Chely y Luis quieren cerrar el negocio por motivos de salud

En la zona universitaria de Vitoria-Gasteiz hay un establecimiento que ha visto la evolución de la ciudad por más de 35 años. Llama la atención por la imagen del mago Merlín que hay en la puerta y por su nombre: 'Ta-Than'. Un bar-restaurante escogido por miles de gasteiztarras por su cocina y ambiente familiar. Tras estar, prácticamente, toda la vida en el barrio de San Cristóbal, este local busca bajar su persiana definitivamente por motivos de salud.

Luis y Chely son los propietarios del Ta-Than. Ambos, marido y mujer, emprendieron este viaje gastronómico entre 1988 y 1989. Casi 36 años después, este establecimiento situado en la calle Domingo Martínez de Aragón presume de un gran éxito. Gracias a sus hamburguesas, marisco, y, sobre todo, por la simpatía de sus dueños.

"Cuando era pequeño le preguntaban cómo se llamaba y el respondía: 'Ta Than'"

"Trabajábamos para los demás y en 1988-89 decidimos montar nuestro propio negocio. Vinimos los dos del mundo de la hamburguesa. Una cocacola la pone cualquiera, pero poner unas hamburguesas, platos combinados o sándwiches que estuvieran buenos era lo importante. Tenemos la misma carta desde 1989, aunque hemos incluido alguna cosa para picar como el marisco", explica Luis.

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Luis y Chely fundaron el Ta-Than en 1989.

Durante todo este tiempo, el Ta-Than ha mantenido su carta y ha visto crecer a su clientela. "Hacía bocadillos de tortilla con alioli y esto era una locura, porque antes no estaba el Zeppelin. Venían muchísimos chavales de Diocesanas y estos mismos se han casado y siguen viniendo al bar. Este mismo bocata solo lo hago en fiestas y lo comen con sus hijos", comenta Chely.

La magia viene del hijo

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Jonathan, el hijo de Chely y Luis, y el mago Merlín fueron la inspiración para el nombre del local.

Cualquiera que haya ido al Ta-Than se habrá preguntado de dónde viene el nombre. La imagen del mago Merlín invita a pensar que se debe a la magia. Sin embargo, la idea vino por su hijo.

"Viene de nuestro hijo Jonathan. Cuando era pequeño le preguntaban cómo se llamaba y el respondía: 'Ta Than'. Y el muñeco viene de un juguete del que no se separaba, el mago Merlín. De hecho lo tuvimos muchos años aquí, pero al final lo quitamos", reconoce Luis.

"Empezamos haciendo solo 40 hamburguesas a la semana y ahora tengo el coche lleno de ellas"

Por otro lado, en la entrada hay otra de las señas de identidad del negocio. "Abrimos cuando venimos. Cerramos cuando nos vamos. Y... si viene y no estamos, es que no coincidimos", reza así al cartel de la puerta. A pesar de emplear esta frase para "definir" el horario, el bar lo abren de jueves a domingo.

"Pusimos ese cartel porque era una realidad. Hemos tenido un horario fijo durante muchos años, pero 15 años después decidimos meter este dicho", apunta el dueño.

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La clave del éxito

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Luis y Chely proporcionan a sus clientes todo tipo de comidas. Sin embargo hay dos productos que resaltan sobre el resto. "Lo más demandado son las hamburguesas y el marisco. Damos la opción de tomarte unas gambas con unos zuritos, porque en Vitoria o entras a un restaurante o no las comes. Vienes con tus hijos y no te apetece hamburguesa, pues te comes unas gambas y tu hijo un perrito. Empezamos haciendo solo 40 hamburguesas a la semana y ahora tengo el coche lleno de ellas", detallan.

"Cuando compre el bar alguien y quiera seguir como nosotros le daré la receta. No la saben ni mis hijos, yo les echo de la cocina"

Otro de los platos estrella del Ta-Than son las patatas bravas y la salsa alioli. Y es que estas salsas, caseras, las hace Chely. Una receta que hasta sus propios hijos desconocen, pero que no descarta enseñarla en un futuro: "Cuando compre el bar alguien y quiera seguir como nosotros le daré la receta. No la saben ni mis hijos, yo les echo de la cocina. Procuramos hacerla (a veces Luis le ayuda) cuando no hay nadie".

Pero no solo el producto es lo que les ha llevado a mantenerse durante casi 40 años, también su simpatía y amabilidad. "El éxito está en la base de hacer las cosas con cariño, venir a trabajar a gusto, de tratar a la gente bien y que se sientan familiares. Que la comida sea de calidad ese es el éxito. Nosotros siempre hemos estado aquí, nunca hemos delegado en los camareros", reconoce Chely.

"El buen producto, la simpatía y el buen estar con la gente. Es un sitio familiar, pequeño y acogedor en el que nadie se siente diferente. Viene gente de todas las edades. Desde papá con el niño de tres años hasta que el niño crece y tiene sus hijos. Aquí vamos creciendo todos", añade Luis.

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¿Prórroga hasta 2025?

Pese a su felicidad dentro de este hogar hostelero, toca el momento de bajar la persiana, ya que la salud es lo más importante. El local lleva desde 2023, aproximadamente, a la venta.

Todavía no han tenido una oferta firme sobre la mesa, puesto que ambos quieren venderlo, no alquilarlo. De hecho, a ellos les gustaría que quien lo compre siga la línea del Ta-Than.

"Si este año no se vende continuaremos un poco más. No nos quedaremos en Vitoria por motivos de salud, nos marcharemos"

"Que la persona que lo compre lo mime como lo hemos mimado nosotros.. Yo enseñaría a esa persona por uno o dos meses y estaría dispuesto a ayudarla. Buscamos el retiro ya. Si no se vende habrá que bajar persiana y pasar capítulo, aunque continuaremos un poco más. Ofertas hay muchas pero solo de alquiler. Es un caramelo pero hay que tener ganas de trabajar. No nos quedaremos en Vitoria por motivos de salud, nos marcharemos", confirman.

Para finalizar muestran su opinión sobre qué es para ellos el Ta-Than: "Yo estudiaba y trabajaba los fines de semana y al final mi vocación era esto, porque me gusta y me encanta. Hay que ir colgando espátulas. Lo que más me gusta al cocinar es hablar con la gente, darles confianza. Soy muy familiar".

Finalmente 2024 será el último año que los vitorianos disfrutarán del local que los vio crecer. Para muchos será el cierre de una parte de su vida, mientras que para otros será otro bar más de la ciudad que baja su persiana. Y aunque alguien se anime a seguir con las riendas del negocio, no será lo mismo, ya que la esencia de Chely y Luis hace que este lugar sea mágico.

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