Tiempo de reflexión y debate

Pasadas las elecciones, la Ola Amarilla sigue en la Virgen Blanca, así como en el resto de las plazas de media España. Incluso se ha trasladado a otros países. Un ejemplo es Grecia, donde está prevista para hoy mismo una acampada en varios puntos del país heleno.

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Aquí en Gasteiz, y una vez demostrado el poder de convocatoria del pasado sábado, esta semana es tiempo para confrontar ideas y opiniones entre todos. Los talleres y las diversas comisiones funcionan a pleno rendimiento en la Virgen Blanca. En realidad, parece como si la calle se hubiese convertido en una universidad, en la que poder escuchar lecciones magistrales de forma gratuita.

Cuando pasas por la Virgen Blanca te das cuenta de que cada uno tiene mucho que aportar. Allí se le escucha y siempre hay alguien que, con igual respeto, rebate sus opiniones. Se trata, en resumen, de una lluvia de ideas en las que cada uno ofrece sus visiones.

El de ayer era un taller en torno al denominado decrecimiento. Un término que puede provocar cierto miedo sólo escucharlo, pero que simplemente se trata de buscar el avance de la sociedad sin la obsesión del crecimiento y la mejora continua. En la actualidad el avance sólo se entiende como mejora: mantenerse en donde uno está acaba siendo visto como un fracaso. Y el decrecimiento aboga por cambiar esa mentalidad. El cómo hacerlo es lo que no parece tan claro. Decenas de personas aportaban ayer su punto de vista, algunos de ellosexpertos en energía, pero otros muchos ciudadanos que, simplemente, proponían algunas medidas para encaminarse hacia ese cambio de mentalidad, ya sea desde lo más profundo de los valores o a través de acciones muy sencillas.

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Esta mañana han sido los más mayores quienes han tenido su propio debate. En un gesto de los jóvenes hacia todos los jubilados y personas adultas que se han acercado estos días hasta el monumento a la Batalla de Vitoria, hoy se ha analizado el tema de las pensiones y su viabilidad futura.

Eso sí, la reflexión y el intercambio de opiniones se combina con tiempos y momentos de ocio y de relajación. Y los acampados se turnan, para poder compaginar la acampada con su vida habitual, ya sea laboral o estudiantil. Aún queda bastante por trabajar y resulta complicado alcanzar puntos de acuerdo, que impliquen su aceptación por todos.

La semana concluirá el viernes con un taller en el que se explique en qué consiste la llamada Democracia Participativa.