El Trafalgar cambia los 'calientes' por el 'Destorni'

El Trafalgar levanta de nuevo la persiana. Este histórico local de la 'Herre' ha cobrado nueva vida gracias a Manu. Lo hace, eso sí, con una apuesta por el tardeo y el copeteo, dejando de lado las históricas banderillas calientes que durante décadas sirvieron José Luis y Carmiña, y que mantuvieron muchos de sus sucesores.

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Manu acumula años de experiencia en el Bakan de Kutxi, un pequeño local que abrió en 2012 y donde su copa estrella es el Destornillador: un combinado con vodka, refresco de naranja y zumo de naranja. Bakan sigue abierto en Kutxi, pero ahora Manu también lleva el Destornillador y las copas a la otra ladera del Casco Viejo, en un punto pensado más para el copeteo tranquilo, bien por la tarde o al llegar la noche.

El local ofrece una mayor amplitud, la desaparecer la pared que delimitaba el comedor

La apertura del Trafalgar llega tras una reforma interior en la que ha desaparecido el muro que separaba la barra de uno de sus comedores. Ahora el local parece más grande. Mantiene, eso sí, la estrechez de su clásica barra, mientras que todo el local está decorado al estilo más personal de Manu.

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Fuera, ya en la calle, la Herre ha estrenado nueva terraza junto al jardín del Palacio Álava Esquível. Una terraza que da continuidad a la siempre atestada terraza del Bode.

El Trafalgar ha ganado espacio al unir el comedor con la zona de barra

El histórico Trafalgar

El Trafalgar debe su nombre precisamente al Palacio Álava Esquível. O, más en concreto, al 'reloj' que decora su fachada. Un reloj que pertenecía a una nave inglesa que Ignacio María de Álava apresó. Ocurrió según explica la tradición en la Batalla de Trafalgar en junio de 1805. Ese 'reloj' aún preside el Palacio de los Álava Velasco.

José Luis, Ángel y Luis Mari, en una foto en el Trafalgar a finales de los 50. Foto cedida por la familia

En 1958 Luis Mari y José Luis cogieron las riendas del Trafalgar tras tocarles la lotería, y ahí nacieron las famosas banderillas calientes. Tres años después ambos separaron sus caminos hosteleros: Luis Mari (junto con su mujer Adita) se hizo con el bar de la Estación, mientras José Luis y Carmiña siguieron en el Trafalgar. Eso sí, ambos siguieron con las banderillas calientes en sus respectivos puestos.

Carmiña elaboró durante un cuarto de siglo las banderillas calientes en el Trafalgar

En La Herre Carmiña elaboró durante más de 25 años los famosos calientes del Trafalgar. Los hacía en la cocina del bar, visible para la clientela, que esperaba en muchos casos ansiosa a que llegasen esas banderillas recién fritas. Mientras tanto, José Luis atendía en la barra.

Cada día servían decenas de banderillas, aunque el momento de mayor caos llegaba entre la 1 y las 3 del domingo. Era la hora del vermú, cuando salían de misa los parroquianos de San Pedro o San Miguel y buscaban esos bocados de domingo. Carmen y Conchi, las hijas de José Luis y Carmiña, ayudaban a sus padres en estos momentos de mayor jolgorio en el bar.

Carmiña, en la cocina, y José Luis en la barra del Trafalgar (Fotos cedidas por la familia)

En los años 80 José Luis y Carmiña se jubilaron y, desde entonces, el local pasó por varias manos. Eso sí, muchos de los sucesores siguieron, cada uno a su estilo, con la tradición de los calientes.

Ahora Manu reabre de nuevo este local histórico, aunque será con un enfoque distinto. No habrá de momento freidoras activas y sí, sin embargo, licuadoras y máquinas de hielo a pleno rendimiento. Una esquina pensada para el tardeo y las copas en una zona de Vitoria-Gasteiz que espera también la reapertura del recién cerrado Pantxika. Local que reabrirá de la mano de Maider e Ismail.