Tres jóvenes se encadenan a la fachada del Palacio de Justicia

7 mayo, 2015

Los jóvenes se han encadenado en protesta por las detenciones de los acusados de pertenecer a SEGI

Tres jóvenes se han encadenado hoy a una de las fachadas del Palacio de Justicia. Lo han hecho para denunciar la sentencia que condena a cinco jóvenes vitorianos por pertenencia a Segi. La Audiencia Nacional les acusa de pertenencia a banda armada. En la tarde de ayer tres de estos jóvenes fueron detenidos y tanto ayer como hoy se han desarrollado diversos actos de protesta.

Este mediodía se ha celebrado una manifestación en la Virgen Blanca, y posteriormente tres jóvenes han accedido al Palacio de Justicia. Se han encadenado a la fachada, desplegando una pancarta contra la sentencia y las detenciones. En la Avenida Gasteiz un grupo de personas con camisetas naranjas ha mostrado su apoyo a los encadenados. Con la llegada de la Ertzaintza los jóvenes han sido liberados de sus cadenas, pero posteriormente han sido detenidos. Al mismo tiempo en la Avenida Gasteiz ha habido incidentes entre los jóvenes que se encontraban manifestándose y la Ertzaintza, con varias cargas por parte de la policía autonómica.

Ya por la tarde se ha realizado otra convocatoria en la Virgen Blanca. Un grupo de personas, que se ha ido haciendo más numeroso poco a poco, ha recordado a los detenidos, en medio de una fuerte presencia de antidisturbios de la Ertzaintza, que les han rodeado con las furgonetas. Sin embargo, en este caso no ha habido incidentes, al concluir la concentración de forma voluntaria.

Los detenidos ayer fueron Ainhoa Villaverde, Bergoi Madernaz y Marina Sagastizabal, juzgados a finales de 2014 en la Audiencia Nacional. La Audiencia les acusaba de haber sido herederos de otro grupo juzgado previamente por pertenecer a Segi, la considerada organización juvenil de ETA, y que en este caso quedó absuelto. Ahora han sido condenados y deberán someterse a una pena de 6 años de cárcel. Los detenidos denunciaron durante el juicio que sus testimonios fueron realizados bajo tortura, algo que no creyó la juez.