Un vitoriano ciego lucha en México por los derechos de los perros guía
Juan Carlos vendió cupones junto a su perra en la esquina de Paz con Postas

Juan Carlos junto a Siona
Durante muchos años Juan Carlos era el vendedor de la ONCE en la esquina de la Calle Paz con Postas. Lo hacía siempre acompañado de su perra-guía. Su, un labrador, fue su primera compañía, y el primer perro guía que la ONCE entrenó en Álava. Una perrita que Juan Carlos aún recuerda cómo intentaba proteger del frío con cartones en los días de invierno. Tras Su llegó Yusi y, desde hace un año, Siona se ha convertido en los ojos de Juan Carlos. Es su tercera perrita, educada por la Fundación ONCE y que Juan Carlos se ha llevado al otro lado del 'charco'.
Hoy Juan Carlos vive en México DF, de donde es su mujer. Una mega urbe de 22 millones de habitantes en la que los perros-guía no tienen ningún derecho. Y ese es ahora precisamente su objetivo: luchar por los derechos de los perros-guía. El próximo mes de noviembre ha organizado en la Cámara de México (el Congreso de los Diputados) unas jornadas en las que quieren pedir a los representantes políticos una ley que otorgue derechos a los perros de asistencia. Será el primer encuentro nacional por los derechos de los Perros de Asistencia. "La diferencia la marca una ley", asegura Juan Carlos, que recuerda cómo en alguna ocasión en Vitoria-Gasteiz tuvo que amenazar con llamar a la policía para que le dejasen entrar en un restaurante. Y es que en Álava y el conjunto de España sí existe desde hace mucho una ley que otorga seguridad jurídica a los perros guía y a sus dueños.
Juan Carlos, su mujer y la madre de un joven mexicano sordo-ciego son los impulsores de esta iniciativa. Juan Carlos calcula que en México hay entre 300 y 400 perros-guía, la mayoría en la capital. Una capital que presenta numerosas trabas para las personas con perros guía. La megaurbe no está preparada en términos de accesibilidad y esto complica los desplazamientos de muchas personas ciegas.
- De Agurain a México
Hasta 2007 Juan Carlos trabajó en Vitoria-Gasteiz. Posteriormente vivió temporalmente en México y desde 2011 y hasta 2014 Juan Carlos trabajó en uno de los quioscos de la ONCE en Agurain y donde tanto él como Yusi se resguardaban del frío: "Tras ver el frío que pasaba Su me juré a mí mismo que si tenía otro perro no sufriría lo que ella". Tras un tiempo de idas y venidas con México, ahora ha optado por instalarse finalmente al otro lado del charco, donde se encuentra su familia política.
Juan Carlos sigue, pese a todo, en contacto directo con lo que ocurre en Vitoria-Gasteiz. Gracias a los avances en la tiflotecnología es capaz de comunicarse a través de internet, y se mantiene informado a través de Gasteiz Hoy. En su iPhone, además de Siri, cuenta con varias aplicaciones especiales, como un detector de colores, un dictado o un lector de pantalla que le permite disfrutar de la lectura de novelas históricas.
Además él es el encargado de gestionar la comunicación del encuentro sobre los perros guía. Ha creado la página web y los diversos perfiles, que sigue alimentando cada día.
Juan Carlos sufre ceguera luminosa, y desde muy pequeño, cuando aún veía, se preparó para poder ser autónomo una vez que perdiese la vista. Aún recuerda aquella época, en la que fue aprendiendo a vivir de forma autónoma antes de perder casi en su totalidad la visión.
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