Un vitoriano cuelga el silbato tras 21 años en la élite del fútbol sala

Suena el silbato y se acaba el partido. Aitor Felipe Madorrán se despide como árbitro de Primera División de Fútbol Sala tras 21 años en la élite. El colegiado vitoriano, con una grandísima trayectoria, se despedirá del mundo del arbitraje con un homenaje en el polideportivo de Zabalgana el 1 de septiembre a las 12:00. Eso sí, no sin antes arbitrar su último encuentro: un duelo amistoso entre el Aurrera de Vitoria y el Lauburu de Ibarra.

"Va a ser un día emocionante, vendrán compañeros de Bilbao, Guipúzcoa y Barcelona"

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El domingo, 1 de septiembre, Vitoria-Gasteiz despedirá al mejor árbitro de su historia en la Primera División de Fútbol Sala. Y es que durante 21 años, Aitor ha estado en lo más alto de esta disciplina. Y no es para menos, ya que ha arbitrado numerosos encuentros del campeonato y finales. De hecho, su último partido como colegiado fue el 4º partido de la final de los Play Off entre el Jimbee de Cartagena y El Pozo Murcia.

Por lo tanto, el homenaje del domingo servirá para honrar el gran trabajo que ha desempeñado el gasteiztarra durante más de 20 años. El encuentro amistoso no lo arbitrará solo, lo hará con su fiel escudero con el que compartió 13 años en la élite: Igor Gereta. "Pitaré con él para rememorar nuestros años (hace 9 que lo dejó). Va a ser un día emocionante, vendrán compañeros de Bilbao, Guipúzcoa y Barcelona", admite Aitor.

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La vida de un árbitro

Aitor Felipe Madorrán nació en 1977 en Vitoria-Gasteiz. En 1995 arbitró su primer partido en el Casco Viejo. Tras arbitrar durante varios años a nivel territorial y nacional dio el salto a la máxima categoría del fútbol sala en el año 2002. Y desde entonces, su carrera ha ido hacia arriba hasta colgar definitivamente el silbato.

"Primera es mucha responsabilidad. Todo el mundo te mira y hay que estar al día a nivel físico y reglamentario. Te exigen mucho"

"He tenido la suerte de pitar un montón de finales: 21 finales de Play Off, Copa de España y Supercopas, tanto a nivel femenino como masculino. La más importante para mi fue la final del Campeonato de España en el Wizink Center, en 2018, que acogió a 12.600 espectadores", declara.

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El vitoriano ha tomado siempre el arbitraje como un hobby, ya que, lamentablemente, no puede vivir de ello. Sin embargo ha compaginado su pasión con su trabajo en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. "Cuando haces lo que te gusta aguantas más", comparte.

Para mantenerse en la élite, Madorrán ha tenido que entrenar a fondo: "Primera es mucha responsabilidad. Todo el mundo te mira y hay que estar al día a nivel físico y reglamentario. Te exigen mucho, te hacen un par de pruebas físicas al año, entrenas todas las semanas y tienes que ver vídeos".

"Siempre he intentado ser tranquilo, humilde y respetar a todo el mundo. Con mis errores, porque los árbitros también nos equivocamos"

Pese al gran esfuerzo que conlleva, Aitor ha disfrutado de una carrera de casi 30 años como colegiado: "Me quedo con los momentos vividos y con los compañeros con los que he tenido la suerte de pitar. Somos como una gran familia. También tengo la satisfacción de haber hecho las cosas bien y de dejar el pabellón bien alto. Siempre he intentado ser tranquilo, humilde y respetar a todo el mundo. Con mis errores, porque los árbitros también nos equivocamos".

Reconocimientos, los partidos y un consejo

Tras tantos años en lo más alto, el esfuerzo trae su recompensa. Aitor Felipe Marrodán ha recibido numerosas distinciones individuales gracias a su gran trabajo. Desde ser designado como mejor árbitro de Primera en las temporadas 2016-17, 2017-18 y 2021-22, hasta recibir el pin de oro del Comité Alavés en 2022.

Y es que ser árbitro en la máxima categoría no es una tarea fácil. Sobre todo por las tensiones y dificultades que surgen en los partidos. "No es lo mismo un partido de liga que de Play Off. Los últimos minutos de las dos partes son los más complicados. Es donde más tensión hay. Sobre todo en jugadas o zonas del área. Tienes que controlar a los jugadores a nivel psicológico y manejar la situación", explica.

"Sin árbitro no hay fútbol sala"

Para finalizar anima y da un consejo a aquellos jóvenes árbitros que buscan hacer carrera en este deporte: "Que se lo tomen con ganas y que no desistan si hay algún partido que no les sale bien. Que no pierdan la ilusión por el mundo del arbitraje. Si se ponen a pitar van a ver como esto les engancha. Sin árbitro no hay fútbol sala".