La UPV/EHU se apunta a la fiebre de los eSports
Los Ravens EHU son los representantes de la universidad, cuyo equipo de Clash Royale pertenece al campus de Álava
Los centros universitarios siempre han formado equipos deportivos para competir con otras universidades. Ahora algunos han cambiado los balones por los teclados y los móviles. Los eSports han llegado a las facultades españolas, y por supuesto también a la UPV/EHU.
La University eSports es una competición de deportes electrónicos en la que participan 51 universidades españolas, entre ellas la del País Vasco. Las 51 franquicias están separadas en cuatro conferencias que disputan las partidas de manera online. Primero se celebran la fase de grupos y luego las eliminatorias, hasta llegar a la final de conferencia y posteriormente a la final four. Es decir, una mezcla entre la NBA y el antiguo formato de la Euroliga.
Las dos últimas fases de la competición se hacen de manera presencial en diferentes ciudades. En su tercera temporada de vida, la competición universitaria empieza a mover cantidades importantes de dinero y seguimiento: un total de 40.000 euros en premios y becas universitarias. No es de extrañar; actualmente todo lo que tocan los videojuegos se convierte en oro.
Por el momento solo existen tres juegos en los que se puede competir como parte de una universidad. Hearthstone, Clash Royale y League of Legends. Los tres son gratuitos y generan millones de dólares al mes. Para jugar a los dos primeros ni siquiera es necesario un ordenador: son juegos de smartphone. El último es el rey de los deportes electrónicos por excelencia.
- Los Ravens, representantes de la UPV/EHU
Los Ravens EHU, franquicia de la UPV, tienen un equipo en cada uno de los tres juegos de la University eSports. El único requisito para ingresar es estar matriculado en la propia universidad para entrar en este o en el centro correspondiente de cualquiera de los equipos de la competición. Para decidir los meimbros de cada conjunto se celebran unas eliminatorias, de donde saldrán los futuros integrantes.
Casualmente los cuatro componentes del equipo de Clash Royale son del campus de Álava. Todos ellos, además, estudian ingeniería informática. Arkaitz Seco, campeón del torneo interno y además jugador del segundo equipo de Clash Royale del Baskonia, es el capitán del grupo. Se encargó de buscar a los otros tres integrantes y este año ha representado a la UPV/EHU en la competición por primera vez.
"Hemos tenido un buen equipo, pero no pudimos pasar de la fase de grupos. Hay muchísimo nivel en las universidades", asegura Seco. Y eso que los chicos de los Ravens suelen entrenar con regularidad.
Los premios y becas de la competición están valorados en 40.000 euros
"A veces quedamos a la noche para practicar y ver qué tácticas podemos usar en los partidos. Media hora antes de jugar hablamos por Discord (un chat de voz para móviles y ordenador) y preparamos la estrategia. En algunos partidos hay incluso streaming online con comentaristas", añade Josu Oca, otro de los miembros del equipo y tercer clasificado en el torneo que organizó Baskonia el mes pasado.
Formar parte de uno de los equipos universitarios es una actividad que deben compaginar con la propia carrera y con otros deportes o actividades, en caso de que hagan. En la competición universitaria, a diferencia de los eSports profesionales, no reciben dinero o periféricos a no ser que lleguen a la fase final mencionada anteriormente.
- Una competición al alza
Como parte del numeroso grupo de University eSports, Maider Arguinchona se encarga de difundir y organizar los eSports en la UPV/EHU.
"La competición tiene buena salud, pero tenemos que insistir en la labor de difusión. Hay muchos estudiantes que tienen interés en el tema, pero se enteran de la competición cuando ya están los equipos cerrados. Aun así, este año hemos tenido mucha más gente inscrita, y el siguiente esperamos aún más", asegura la delegada de los Ravens.
La difusión y potencial de esta competición universitaria parece seguro. El problema, como siempre con este polémico género, es la percepción existente desde fuera. "No entiendo el desprecio que generan estas iniciativas a veces. A nivel competitivo, los eSports deberían considerarse como un deporte más en las universidades. Que tenga una actividad física mejor no quita que todos los días haya mucha gente trabajando detrás. La competitividad está ahí. Los ingresos, los seguidores y lo más importante, las becas, también", sentencia Maider.