Urtaran reconoce los fallos en el riego inteligente e insiste en que hay que regar menos

2 septiembre, 2017

El sistema Irrigestlife instalado en 2014 se ha estropeado

Foto del Parque del Este el 23 de agosto (spock190)

El alcalde de Vitoria-Gasteiz, volvió a explicar este viernes los problemas que han sufrido los jardines este año. El programa Irrigestlife no ha funcionado y los sensores que miden la necesidad de agua de un parque se han estropeado. Este programa de riego automático forma parte de un proyecto piloto de la UE dentro del programa Green Capital. Un sistema de riego inteligente que permitió ahorrar un 32% de agua en 2015, según reconoció entonces el Ayuntamiento.

El alcalde ha reconocido que este verano "varias parcelas de Vitoria-Gasteiz se han 'agostado', es una expresión que se utiliza en el campo alavés". El alcalde ha insistido en que no era su voluntad dejar los jardines secos : "No se ha podido regar". Lo que se ha hecho en agosto, una vez detectado el problema, ha sido realizar un riego manual.

Aún así Urtaran ha insistido en que "el futuro pasa por hacer que en verano se riegue menos y no pasa nada porque amarilleen. Con las primeras lluvias del otoño todo vuelve a ponerse verde", ha concluido.

Gasteiz Hoy adelantó el pasado 7 de agosto que el problema en la falta de riego se debía a fallos en el sistema.

Los problemas con Irrigestlife empezaron el verano pasado y, desde entonces, han ido dejando de funcionar “prácticamente la totalidad” del centenar de programadores de este sistema de riego inteligente, que terminó de instalarse en 2014 y en un principio se aplicaría en el 50% de toda la superficie verde regada de Vitoria.

El proyecto Irrigestlife, que parte del Proyecto Life, contó con un presupuesto de 2.817.737 euros. El 42% (1.184.213 euros) provenía de fondos europeos. El Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz aportó 58.659 euros, de los cuales estaban subvencionados 9.378. También participaron en este proyecto el Centro de Estudios Ambientales (CEA), Viveros Perica, Estudios GIS y Prysma.

“El principal problema es que ha fallado la comunicación con los programadores, que son como pequeños ordenadores y sólo se pueden telegestionar”. Por tanto, “no es posible maniobrar directamente sobre el aparato, con lo que se ha perdido el acceso al mismo”, explican fuentes municipales.