Cultura Agenda Visto y no visto: las sillas del Teatro Principal vuelan en 15 minutos

Visto y no visto: las sillas del Teatro Principal vuelan en 15 minutos

Beatriz Corral 30 noviembre, 2024

El Reutilizagune cierra antes de tiempo tras vender todas las existencias del Teatro Principal en poco más de 2 horas

Éxito total. Un visto y no visto. Así ha sido la venta de material del Teatro Principal que el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz organizaba este sábado en el Reutilizagune con un fin solidario. Tanto es así que las sillas han volado en los primeros 15 minutos.

Y el local, ubicado en la calle Benito Guinea (Judimendi), ha tenido que cerrar antes de tiempo por falta de género. Sobre las 13 horas, según han señalado fuentes municipales a Gasteiz Hoy, y ha confirmado un vecino de enfrente del local, el establecimiento ha bajado la persiana.

Recaudación para la DANA

Su horario es, de lunes a sábado, de 10 a 14 y de 17 a 20 horas. Pero este sábado por la tarde, desde luego, no abrirá. No queda nada para vender. Con la buena noticia que supone, ya que se han recaudado 3.860 euros que se destinarán a los afectados por la DANA en Valencia.

Para hacernos una idea de lo que se ha vivido, basta saber que, a las 8 de la mañana, es decir, dos horas antes de la apertura, la fila de gente llegaba hasta la esquina de Benito Guinea con José Mardones. Cuando las puertas se han abierto, la mayoría se ha lanzado a por las sillas. El máximo habilitado era de 4 por persona. Y en 15 minutos ya no había disponibles.

En total, se han puesto a la venta:

19 sofás rojos.
50 butacas altas.
46 sillas pequeñas.
10 mesas pequeñas de madera.
4 Puffs.
Alguna mesa grande.

Sin existencias en dos horas

El precio de los objetos era simbólico, y rondaba entre los 20 y 50 euros. Y ha sido al filo de las 12:30 del mediodía cuando el Reutilizagune se ha quedado sin existencias. No había nada más para vender, ya que, aunque a diario acoge objetos de todo tipo, este sábado tenía exclusivamente los del Teatro Principal.

Pasada la 1 de la tarde, aún eran bastantes las personas que se acercaban hasta el lugar, con idea de llevarse un trocito del teatro. Pero, con asombro, se daban de bruces con la realidad. La verja echada suscitaba la duda de si el local había abierto. Lo ha hecho. Pero es que, ya se sabe, el que no corre, vuela.