Víctimas de ETA, el GAL y la dispersión analizan la situación actual tras 5 años sin ETA

30 noviembre, 2016

Sara Buesa reclama un mensaje crítico en el entorno de ETA y Carmen Galdeano considera una "venganza la política penitenciaria"

Familiares de las víctimas de ETA, del GAL y de la dispersión de los presos han compartido este martes en el Europa sus sentimientos y experiencias. Lo han hecho dentro de las jornadas organizadas por SARE, y que hoy concluyen con Juan José Ibarretxe, Anaiz Funas y Julen Mendoza.

sareSara Buesa recordó el asesinato de su padre, Fernando, y cómo ha tenido que seguir un proceso para gestionar sus emociones y saber que el "respeto a los derechos humanos tiene que ser una línea clara y firme". Para Buesa sólo hay dos tipos de personas frente a la violencia: "Esas personas que se posicionan claramente del lado de los derechos humanos y el lado de quienes no lo hacen".

Unai González Azua, condenado y encarcelado en Teruel, perdió a su pareja cuando ésta iba a visitarle a la cárcel. Gonzalez reconocía que "a Nati no la mató ninguna persona, pero murió en un viaje que no debería haber existido sin mediar decisión política". Con la dispersión a los presos "se les aplica una pena añadida a la de prisión que conlleva el delito del que le han acusado. También denuncia que desde Madrid se impidió que acudiese al funeral por su pareja, pese a que desde la cárcel sí le dieron permiso.

 

Rosa Rodero perdió a su marido porque ETA lo quiso. Era un alto mando de la Ertzaintza y fue asesinado. Sin embargo Rosa ha estado en manifestaciones contra la dispersión y ha llegado a escuchar de otras víctimas que sufría el síndrome de Estocolmo. Su marido también estuvo en la cárcel.

"Me rompió la vida su asesinato, a mis hijos les costó mucho salir adelante pero hemos estado unidos y hemos estado recordándole a él y haciendo lo que él haría. No me importa lo que diga la gente, sino lo que pueda decir él. Porque él estaría contento viendo lo que estaría haciendo", asegura, en referencia al apoyo dado a familiares de presos.

Carmen perdió a su marido por culpa del GAL: "Teníamos los coches del Gal debajo de casa cuando vivíamos en Iparralde". Hoy se alegra de no tener que pelear, como sí hacen otras víctima, por "decir que a mi aita le mató el Gal". Al mismo tiempo Carmen denuncia que la vulneración de los derechos en las cárceles sí es venganza.

Ahora ella cree que no es tiempo de discutir quién ha sufrido más. "En Euskal Herria no queremos el relato único. Queremos oírnos y hacer un reflejo de lo que ha ocurrido".

  • Tristeza y alivio por el fin de ETA

Cuando llegó el final de ETA Sara Buesa sintió "alivio" por sus hijos, pero "al mismo tiempo tristeza ¿para qué tantos años de sufrimiento?". Sara alerta de que "la paz es más que la ausencia de violencia y tenemos una tarea por construir nuestra convivencia".

Sara recuerda que los presos de ETA "no deben tener un trato diferente, ni en positivo ni en negativo", pero al mismo tiempo se pregunta si sus familias "tendrán en algún momento sentimiento de empatía" hacia ella: "Echo en falta un mensaje crítico en la reclamación de los derechos humanos:  como víctima lo que más me duele es escuchar mensajes que justifiquen la violencia que he sufrido".

Rosa respondía a Sara que ese perdón no se va a dar: "ETA lo ha pedido pero todavía hay gente que tiene que pedir perdón o hacer una reflexión que no ha hecho. Otra gente no la pedirá nunca, porque para ellos eso no es, lo mismo que Franco o Fraga no pidieron nunca perdón".

Buesa también considera "ofensivo" el término preso político: "Mi aita está muerto por haber matado y matar es matar: eso sí es un asesinato político". También pide no meter a todos los presos en el mismo saco, igual que no se puede meter a todas las víctimas en el mismo saco. Por eso pide un análisis específico para cada violencia.

  • Y ahora ¿qué?

Rosa advierte del error de querer ir demasiado rápido: "Hace 40 años cometimos el error de querer hacer las cosas muy rápidas y lo hemos pagado. No quiero volver a que pase lo mismo. Es más importante escribir y dejar nuestros mensajes para el futuro". Un futuro en el que aprender a convivir, a tratar y ver a las personas como son.

  • Miedo y torturas

Unai aportaba también su visión desde la cárcel y con la dispersión: "Nos despertamos con los riesgos de que un familiar está poniendo su vida en peligro", y recordaba también los informes que hablaban de 4.500 personas torturadas por las diferentes policías.

Ahora ve con "preocupación" el actual escenario en Euskadi: "Hace cinco años con la decisión de ETA yo lo viví con ilusión porque vi que se abría una oportunidad para superar todas las vulneraciones de derechos y una oportunidad para acabar con el sufrimiento".

Unai recordaba también las personas y los jóvenes que viven "con miedo" a que esa noche fuesen detenidos por la Policía.