Viñaspre celebra su jubilación tras 65 años de arte vidriero
Cierra el Taller de Arte Viñaspre, un referente vidriero en Vitoria-Gasteiz
"Hoy me jubilo". José Luis González de Viñaspre recibió este martes la despedida más emotiva de las que podía imaginar, en un acto de familiares, amigos y comerciantes del Casco Viejo. Taller de Arte Viñaspre cierra para siempre, coincidiendo con la jubilación de su propietario. El local de la Calle Zapatería cuelga ya el cartel de Se Vende, al no haber encontrado relevo.
Este local es el heredero del que el padre de José Luis abrió antes en la Calle La Paz, hace justo 65 años. Y es que Vidrieras Viñaspre abrió el mismo año en el que nació quien este martes se jubiló. La fiesta de despedida fue importante en la Calle Zapatería, una fiesta sorpresa en la que participaron los compañeros comerciantes del Casco Viejo, junto con sus allegados. Un cartel cuelga ya del escaparate del local: "Feliz y Merecida Jubilación".
Recordamos aquí la entrevista que mantuvimos con José Luis González de Viñaspre en marzo, cuando anunció su cierre:
"Nací con un pincel en la boca", recuerda José Luis. "He seguido toda la vida los pasos de mi padre. Nací prácticamente a la vez que el negocio, y empecé a trabajar en él a los 18. He sido prácticamente autodidacta".
Pese a jubilarse, José Luis reconoce que no dejará a un lado su trabajo, que a la vez es su pasión. "He tenido la suerte de trabajar toda la vida en algo que me encanta. Además, soy muy creativo así que seguiré haciendo algunas cosas, pero ya no de cara al público".
Especializado en vidrio
El taller de arte, pese a haber sido multidisciplinar, ha estado siempre especializado en vidrio, lo que considera su oficio. De hecho, José Luis González de Viñaspre es uno de los pocos vidrieros que quedan en Álava. Se trata de una profesión muy específica a la que, como a otras muchas, les falta relevo generacional.
Hoy en día es un oficio que se puede aprender tan solo en escuelas muy puntuales, como en este caso es la escuela Massana de Barcelona. "La gente se va jubilando y no hay relevo", lamenta José Luis. "Las instituciones deberían apostar por formar en este tipo de oficios, que no te tengas que marchar a otros lugares".
José Luis González de Viñaspre ha restaurado vidrieras en la Catedral de Santa María y en San Miguel
En este sentido, han realizado todo tipo de trabajos durante su trayectoria. En Vitoria-Gasteiz, José Luis restauró las vidrieras de la Catedral de Santa María que daban hacia la plaza. "Fueron más de 1.500 pizas geométricas. Estuve casi tres meses solo con ese trabajo subido en un andamio", recuerda.
También reparó, por ejemplo, un óculo de más de dos metros en San Miguel. "Estaba muy deteriorado por el viento", asegura José Luis González de Viñaspre. "Era una vidriera especial, por lo que no solo fue restaurar, sino sacar toda la documentación y toda su historia para saber cómo había que hacerlo exactamente".
Pero este taller ha trabajado para todo tipo de clientes en España, Europa y Estados Unidos. Como curiosidad, muchos pelotaris que iban a vivir a Miami encargaban obras de la costa vizcaína y guipuzcoana para llevarse un trozo de Euskadi a sus nuevas casas.
También han realizado rotulaciones para muchos locales hosteleros, aunque hoy en día la mayoría no se mantienen. "Ahora la gente prefiere que sus locales sean más minimalistas", explica José Luis. Aún así, uno de sus últimos trabajos para un restaurante.
Otros trabajos del taller de arte Viñaspre
Pero los trabajos de este taller de arte han ido mucho más allá: desde heráldica hasta decoraciones. Uno de los ejemplos más destacados es parte de la decoración del Teatro Principal, que aún puede observar cualquier persona que se acerque al céntrico edificio.
Pero algunos de los trabajos más curiosos fueron para los cines de Vitoria-Gasteiz. "Mi padre hacía carteles de las películas que se estrenaban en los cines", cuenta José Luis González de Viñaspre. "En otros lugares como en Madrid los hacían de papel. Pero aquí eran de madera, y aún tengo fragmentos de los mismos". Es el caso de el que se ve en la imagen, de Marilyn Monroe, en el año 1958.
En los últimos años las clases de pintura han sido una de las grandes actividades del local
Sin embargo, en los últimos años el taller, de grandes dimensiones, les ha permitido a él y a su familia utilizarlo para dar clases de pintura. De hecho, basta con asomarse a una de las puertas interiores para descubrir una decena de caballetes con algunas obras pintadas por el alumnado. "Llevamos varios años dando clases y la gente ha respondido muy bien", se felicita.
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