Vitoria entra con mal pie en el 2012

La lluvia y las numerosas repeticiones acabaron con la paciencia de muchos de los que el sábado se pasaron por la Plaza de España para disfrutar de la grabación del especial de Nochevieja de ETB2. Las quejas en el perfil público de Facebook y, anoche mismo, en la calle, fueron constantes para la organización del evento, que se vio desbordada por la incesante lluvia, así como por la desinformación entre la productora y el ayuntamiento. De hecho, la organización ha eliminado el perfil creado en la red social para evitar que se acumulen las críticas.

La posibilidad de que lloviese no pasó desapercibido a nadie antes del evento. Ya desde el viernes por la tarde las preguntas sobre el traslado de la ubicación fueron reiterados en las redes sociales. Sin embargo, y pese a la climatología adversa, ETB y la productora decidieron arriesgarse, y no utilizar el polideportivo de San Andrés, como se había sugerido en un principio. La jugada les salió bien de inicio, ya que los vitorianos no se amedrentaron y acudieron al centro de Vitoria a disfrutar del ¿concierto?.

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Quizás este fue otro de los problemas ayer. Muchos de los que acudieron iban a ver a Alaska, a Mario Vaquerizo o, incluso, a OBK. Pero la gala no era eso. De hecho, las actuaciones de estos grupos eran tan sólo una más de las decenas que se produjeron durante toda la noche.

En realidad, se trataba de un programa enlatado, no de un falso directo. Porque las tomas se repitieron  una y otra vez, esperando desde la organización que el público actuase como si de un plató se tratara, algo muy difícil de lograr en un recinto abierto.

Aunque, eso sí, todo esto pasó mucho más tarde de lo que, en un principio, estaba previsto. Porque los organizadores habían convocado a partir de las 18:30 al público 'vip'. Aunque la categoría vip no esté aquí bien empleada. Los considerados vip eran quienes, en un estudio, habrían acudido como público a la grabación.  Con derecho a bolsa de cotillón, cava, y uvas. Pero también con 'derecho' a mojarse.

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En cualquier caso, muchos de estos vitorianos que lograron su sitio por internet no llegaron ni siquiera a ver la actuación de las Nancys Rubias ni de Fangoria. Porque para entonces llevaban ya casi tres horas mojándose. El espectáculo arrancó muy tarde.

Lluvia, bodas y nuevas tomas

Y no pudo empezar mucho antes porque el Ayuntamiento celebró una boda a las 19:30 horas, lo que impedía hacer ruido o arrancar con la música en el exterior de la plaza. La falta de comunicación entre la productora y el consistorio provocó este primer problema.  Posteriormente, según confirma la organización en su perfil de Facebook, hubo un segundo problema con los equipos, que se mojaron. Y así las cosas, hasta pasadas los ocho de la tarde no se pudo arrancar.

En ese momento, lo primero fue ETB1. De la mano de Ibon Uzkudun se grabaron las doce campanadas, al filo de las 20:30. Tras ello, una espera que se hizo bastante larga, y a arrancar con el especial para ETB2. El programa empezó como un autobombo de la cadena, con la participación de presentadores que estaban en la Plaza de España, pero también con caras conocidas que saludaban desde la distancia.

Muchos de estos sketches tuvieron que repetirse varias ocasiones, con el consecuente cabreo del público, que empezó a silbar y a protestar de forma cada vez más airada. El propio Ibon Uzkudun, que ejerció no sólo de presentador, sino también de portavoz de la productora, tuvo que aguantar los silbidos y pidió perdón en numerosas ocasiones.

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Los cortes en la grabación fueron intensos, y el reloj del Ayuntamiento pocas veces habrá retrocedido tanto como anoche. En varios momentos tuvo que ser retrasado para retomar la grabación. Así las cosas, hasta poco antes de las 22:00 horas no llegó la actuación de las Nancys Rubias, y a las 22:30, cuando todo empezaba a enderezarse, saltó al escenario Fangoria. Por desgracia, muchos de los que habían llegado cuatro horas antes ya no estaban allí. La paciencia y el riesgo a pillar un buen resfriado, habían podido con las ganas de disfrutar de Olvido y Nacho Canut.