Vitoria es territorio 'tattoo'

16 septiembre, 2023

Hablamos con varios estudios de tatuajes sobre los estilos, gustos y la pasión creciente por la tinta

Con la llegada del verano, las pieles lucen por doquier. Sí, incluso en la capital alavesa. Brazos, pantorrillas y espaldas están más al aire que nunca. Lienzos desde los que asoman pequeñas caras de mascotas, guerreros temibles, alguna que otra frase motivadora, estrellas, corazones o dragones amenazadores. Los tatuajes están más a flor de piel que nunca, porque Vitoria es territorio 'tattoo'.

Una práctica con 5.000 años de antigüedad que, según las épocas y culturas, ha sido más o menos expuesta o denostada. El primer testimonio es el de la momia de Ötzi, fallecido en el 3.255 a.C. en los Alpes. Sus 68 tatuajes tenían, se cree, una función mágico-curativa.

En el Antiguo Egipto las mujeres los utilizaban por motivos religiosos, y servían para identificar a esclavos y criminales en la Antigua Grecia. Y para los polinesios representaban el estatus social, la valentía o fines místicos. Fue precisamente allí donde se originó su denominación, porque 'tatau' significa 'marcar'. Los marineros llevaron el nombre, y las marcas, por todo el mundo, como una seña de identidad particular frente al resto de la sociedad.

'Blackwork', 'new school'...

Vitoria tatuajes

Pero los tiempos cambian. Y ya no son solo unos gremios o clases sociales los aficionados a la tinta. La pasión se ha extendido. Futbolistas, cantantes, artistas, dependientes, abogadas, bomberos, mecánicos, banqueras, administrativos… Los tatuajes triunfan por doquier.

Hay quien opta por algo mínimo y oculto, y quien prefiere diseños grandes que decoren gran parte de su cuerpo. Para gustos, los colores, o el blanco y negro. Porque los estilos y técnicas también se han disparado. Al igual que los tatuadores y, por supuesto, los estudios que se dedican a ello.

En la capital alavesa hay casi 30. En 1999, se contaban con los dedos de una mano. Tabú era uno de ellos. Santiago fue su artífice. Antes había tenido otro local, pero la demanda creciente lo dejó pequeño y montó este estudio, ya mítico en la ciudad, en la plaza Pepe Ubis. Y que para septiembre podría convertirse también en la primera escuela de tatuajes de la ciudad.

Tatuajes Vitoria Tabu

Aritz Olcoz trabaja en uno de los estudios míticos de Vitoria, Tabú Tatuajes

8 profesionales, además de artistas invitados, forman un equipo en el que Aritz Olcoz encaja como un guante. Este pamplonica llegó hace 2 años a Vitoria y asegura que en Tabú ha encontrado su casa. Diseñador gráfico, con interés en el vídeo y el 3D, el tatuaje siempre le había atraído. Hasta que con 30 años sus amigos y su chica le regalaron una máquina de ‘tattoos’ y se metió de lleno en el mundillo.

Habitual de las convenciones de tatuadores, ha ganado multitud de premios y se ha hecho con un nombre. Es conocido como AO.tattoo y su estilo neo japonés, sus flores y sus máscaras partidas son marca de la casa.

Tatuajes Vitoria Tabu Aritz Olcoz

Tatuaje de AO.tattoo

Porque, aunque un tatuador "debería saber hacer de todo", reconoce que, al final, "cada uno termina especializándose, sobre todo si quieres que la gente te reconozca y venga a buscarte por lo que haces". Y, para conseguirlo, no faltan reglas y códigos de estilo, como la conceptualización o la armonía de un diseño; que encaje no solo con el resto (si los hay), también con la fisionomía de la persona.

"Ha vuelto el tatuaje a mano, 'handpoke' y el 'fine line', que gusta mucho a las mujeres"

Mucho ha llovido desde los tribales y estrellas de hace dos décadas. Cuando lo más habitual era el realismo y el estilo tradicional americano, u ‘old school’, con líneas negras puras y sólidas.

Ahora el neo tradicional (‘neotrad’ o ‘new school’) incluye colores, blancos o degradados. El 'blackwork' aúna realismo y neo tradicional, pero solo con tinta negra, el anime bebe del manga, el 'black and grey' triunfa y el 'dotwork' o puntillista tiene muchos adeptos.

"También ha vuelto el tatuaje a mano sin máquina, ‘handpoke’, muy utilizado por culturas antiguas, y el 'fine line' o línea fina, que gusta mucho a las mujeres", revela Aritz.

De todas las edades

Tatuajes Vitoria No Limits

El equipo de No Limits.

Un estilo con el que se han especializado (muchas horas de ensayo incluidas para lograr un pulso firme) en No Limits. Allí Edu, Irati, Kasti, Patri, Teddy y Miren mantienen viva la llama de otro nombre pionero en la ciudad, que ya ha tenido varias gerencias. Edu trabajó allí con el anterior responsable y, tras dos años en Barcelona, a su regreso, se hizo cargo.

Han pasado 6 años desde aquello y, pese a sus diferentes recorridos vitales, o quizá gracias a ellos, la buena sintonía que desprenden es más que palpable. Su amor por el dibujo les une. Y, en el caso de Edu e Irati, también por la Hostelería. Fue en esas clases donde se conocieron, y las que dieron pie a que ella entrara de aprendiz en el estudio de la calle Fueros.

El mismo que la ha visto convertirse en una profesional, con las serpientes, tonos negros, rojos y azules como distintivo. Además de su combinación de línea ancha y fina, y las sombras uniformes.

Tatuajes Vitoria No Limits

Tatuaje de Patri, de No Limits.

El tradicional americano y el micro realismo son territorio de Edu; el diseño gráfico, calaveras y gotas de colores de Kasti, mientras que la ilustración tatuada es distintiva de Patri. "Son lenguajes muy diferentes, parece que cualquiera que dibuje ya puede tatuar, y no. Hay que hacer un trabajo serio para que perdure y tenga coherencia en ese formato", apunta esta última.

Los tatuajes también ayudan a reconvertir cicatrices, cubrir manchas o disimular la alopecia

Porque no hay que olvidar que es arte, en su mayoría, para toda la vida. "Empecé hace 14 años y, si veo mis tatuajes de hace diez, me da un poco de vergüenza. Si te siguen gustando igual, algo falla. A ver, puedes verlo bien, sólido, pero siempre piensas en qué habrías hecho distinto. Pero es bueno, porque significa que evolucionas", confiesa Edu.

Avances que percibe en una tendencia que "se ha normalizado mucho, no se ve como un gueto macarra o ex presidiario. Ahora una ingeniera o abogada los lleva, no hay problema, es una expresión artística que cada uno lleva en su piel, o no", sostiene. Tampoco entiende de edades, desde adolescentes hasta gente con 80 años.

Vitoria tatuajes Luisk

Luisk abrió hace poco su estudio en la calle Logroño

"Lo más usual es la franja entre los 20 y 50. Pero hace poco tatué a una mujer de 76 años, una guerrera auténtica que aún quería comerse el mundo. Una lección de vida". Lo afirma Luis Carlos De la Cruz, más conocido como Luisk, que lleva desde 2088 entre agujas y tintas.

Pacense de nacimiento, durante años llevó su arte por diversas ciudades de la geografía española. "Éramos 4, esa época tuvo mucha autenticidad, era muy original. Luego vino Beckham, los deportistas empezaron a tatuarse hasta los ojos y ahí comenzó el cambio de mentalidad, los tatuajes se introdujeron en la sociedad. Y hasta hoy", rememora.

Fines estéticos: cicatrices, manchas o alopecia

Vitoria tatuajes Luisk

Tatuaje de Luisk.

La "cercanía y tranquilidad" de Vitoria le enamoraron y, tras muchos años en el Bodhi Tattoo Studio, optó por volar por su cuenta. Hace poco ha abierto el suyo propio en la calle Logroño. Hasta allí se acercan gasteiztarrak atraídos por su 'book' donde despuntan el 'black and grey' y el realismo, pero también de otras partes de España.

"La gente, si sale contenta, por regla general, te buscan", constata. Los primerizos llegan con los deberes estudiados en cuanto a estilos y formas. Pero son muchos quienes repiten y se ponen en sus manos con la confianza de que acertará en una elección acorde a sus gustos.

Vitoria tatuajes Luisk

Tatuaje de Luisk.

Hay quien busca ir más con la corriente con retratos de su mascota, leones o "el mítico infinito que nunca pasará de moda". Y quien tiene una idea muy concreta y busca contar una historia, recordar que han superado una enfermedad o una mala racha o persiguen un fin estético. Reconvertir cicatrices, tapar manchas, disimular la alopecia… Es posible con tatuajes.

Antes los propios tatuadores fabricaban las agujas, soldándolas y esterilizándolas

"Está a la vanguardia. Como el 'microblading' para cejas y labios… Incluso chicas con cáncer de pecho a las que han tenido que extirparles, con el 'tattoo' se puede hacer una reconstrucción de pezón y queda súper conseguido", desvela Luisk.

De agujas, tintas e Inteligencia Artificial

Vitoria tatuajes Luisk

Innovación que afecta también a los materiales. Desde las máquinas insonoras e inalámbricas a cambiar el lápiz y papel de calco de antaño por el diseño digital. Pasando por las agujas, de tamaño reducido. "Antes, las fabricábamos los tatuadores. Cerrábamos un día a la semana para prepararlas, las soldábamos, esterilizábamos… Ahora son agujas desechables, esterilizadas y empaquetadas individualmente", explican desde Tabú.

Empeine, costilla, esternón o manos son algunas de las zonas más dolorosas

Las tintas, sin embargo, son más problemáticas: "Tenemos unas homologadas, que son con las que se trabaja. Pero en este país es muy caro tener los derechos para venderlas, cobran miles de euros por cada color y poca gente da el paso de distribuirlas. Si fuera más barato homologarla se podría mejorar la calidad de los tatuajes. Es un problema, existe un vacío y no se avanza más en este tema".

Tatuajes Vitoria Tabu Aritz Olcoz

Tatuaje de AO.tattoo

Lo que sí ha corrido, y mucho, es la exposición: las redes sociales son un escaparate que amplifica el gusto por la tinta. "En Pinterest, por ejemplo, el tatuaje que elijas está 200 veces con mil versiones. Están hasta los ‘transfer’, que es la línea base que utilizamos cuando la pegamos en la piel para la estructura del 'tattoo'", desvela LuisK.

Él, por su parte, ya hace sus pinitos con la Inteligencia Artificial: "Hay una página donde escribes qué quieres y te ofrece muchas versiones. Pero no hay que abusar porque si no, no ponemos nada de nuestro arte".

Dolor y cuidados posteriores

Tatuajes Vitoria No Limits

Patri, de No Limits, en plena sesión tatuadora.

Lo que sí que no ha cambiado, al menos aún, es el dolor. Porque sí, haberlo, haylo. Aunque cada persona es un mundo y entran en juego diferentes factores. Desde el tipo de piel al umbral del dolor personal, el tiempo invertido y la zona elegida. Parte de las costillas, empeines, caras, manos, corva de las rodillas, esternón o axila están en el 'top ten'.

Es necesario hidratar el tatuaje y cubrirlo del sol para que no desgaste los colores

"Donde das un pellizco y te duele más. Todas las zonas donde se hacen pliegues. Y las pieles interiores, más finas y menos curtidas por el sol", añade Aritz. La pericia tatuadora es clave. "En esas partes juegas con el golpe de la máquina, con el 'stroke', o bajas la potencia", matiza.

El dolor aparece en los primeros compases. Una vez que la zona se calienta, se atenúa. "Pero si pasa el período de las 3-4 horas, vuelve. Y aguanta 8 horas así. Pero se sufre una vez y es para toda la vida", asegura.

Tatuajes Vitoria No Limits

Tatuaje de Edu, de No Limits.

Con él coincide Luisk: "Cuando llevas varias horas, duele porque tienes una quemazón e inflamación, como cuando te quemas en la playa. Hay quien lo describe como un calambre". Las sesiones, en función del tamaño y complejidad, pueden durar desde media hora a varias horas durante varias semanas, o meses.

"Las zonas más cómodas para tatuar son el muslo o antebrazo"

Labor que también repercute en las espaldas y lumbares de los propios profesionales, que requieren de una agudeza visual y pulso perfecto para un resultado exitoso.

Con el 'tattoo' listo, toca lucir el lienzo. Lo primero es hidratarlo. Sobre todo en las zonas donde la piel tiende a desgastarse más: rodillas, codos y manos. La primera semana es la más crítica "porque al 4º día se pela y conviene usar un plástico o gasa. Al mes y medio, la piel ha cogido consistencia, está cicatrizado y puedes permitirte que le dé el aire", recomienda Luisk.

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Tatuaje de AO.tattoo

Y protegerlos del sol, "toda la vida, porque lo primero que ataca son los colores claros y grises, como en la ropa". "Su cuidado debe prolongarse en el tiempo", insiste Aritz.

¿Y qué zonas son las favoritas? Brazos, piernas y espaldas ganan enteros por su visibilidad. "Las chicas tiran mucho por las costillas. Las muñecas o interior del brazo gustan para tatuajes pequeños … Pero no hay nada que destaque", indica el experto de Tabú. Las manos o cuellos son para quienes buscan "algo más cañero", añade Luisk.

"Si piden 'tattoos' en zonas comprometidas, lo hablamos con la clientela"

Aunque ellos lo tienen claro: "Si a un tatuador le das a elegir, siempre lo hará en muslo o antebrazo, porque son las zonas más cómodas para tatuar. Un cuello o pecho es incomodísimo para las lumbares. Y cuanto más blanca es la tez, más vivos quedarán los colores", señala Aritz.

Láser para eliminarlos

La cara, sin embargo, es un asunto delicado. Todos coinciden. "Es más habitual en quienes ya llevan más 'tattoos'. Si alguien que no tiene tatuajes me pide eso, lo primero que pregunto es si lo ha pensado bien porque, aunque esté normalizado, un ‘tattoo’ sigue siendo algo para toda la vida. Y más si, por ejemplo, es un chaval de 16 años, que tienen que venir siempre con permiso de los padres", reconoce.

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Tatuaje de Irati, de No Limits.

Edu lo confirma. E, incluso, en No Limits han rechazado propuestas de clientes de 18 y 19 años que les pedían un motivo en la mano o el cuello. "¿Te quieres hacer el brazo? Vale, empezamos por el hombro, vamos bajando y, cuando lleguemos a la muñeca, hablamos. Yo también he tenido esa edad y, si me llego a hacer todo lo que quería estaría muy arrepentido".

"Tatuar es abrir una herida, meter un pigmento en la piel y el riesgo está ahí"

"En zonas comprometidas, lo hablamos con la clientela. A veces hay que disuadir o, incluso, rechazar. Y la mayoría de la gente lo agradece, porque igual estaba algo perdida, lo habían visto en fotos y no es lo mismo que en la piel…", aporta Patri.

Tatuajes Vitoria No Limits

Tatuaje de Kasti de No Limits.

Porque una de sus características es la de aconsejar a la gente, ayudarla a tener claro qué quieren, señalarles si su idea es una copia que ya tienen miles de personas y guiarles, si así lo quieren, para reconvertirla en algo más personalizado. "Pagas por ello y lo ideal sería llevarse una pieza única. Siempre se puede hacer algo, para eso estamos", apostilla Aritz.

"Hay quienes tatúan de forma ilegal en sus casas, tiran los precios y hacen un mal trabajo"

También si desean realizarse un 'cover' (cubrir un tatuaje anterior) o eliminarlo. Tendencia también al alza, según indican en Tatú, donde, al igual que en No Limits, cuentan con una máquina de láser. "Mucha gente quiere arreglárselo pero no puede porque es demasiado grande o tiene mucha masa de negro oscuro y el láser lo aclara. O porque quieren que desaparezca", sugieren. Un tratamiento largo y caro y más doloroso que pasar por la aguja.

Intrusismo profesional

Tatuajes Vitoria Tabu Aritz Olcoz

Tatuaje de AO.Tattoo

En el veterano local, apuntan al intrusismo profesional como causa en gran medida de estas decisiones. "Hoy es muy fácil acceder al material y tutoriales online. Trabajan de forma ilegal en sus casas, tiran los precios y hacen un mal trabajo, dando una mala experiencia al cliente que igual no vuelve a tatuarse más", denuncian.

"Para la gran mayoría, los tatuajes son algo trascendental, simbolizan algo"

Aseguran que desde Inspección de Trabajo y Sanidad "no hacen nada por cortar eso" y alertan de que, al fin y al cabo, tatuar implica "abrir una herida, meter pigmentos en la piel y el riesgo existe". Las consecuencias: infecciones, reacciones o queloides, heridas mal curadas engrosadas y con elevaciones: "Hay gente a la que igual no le hace bien el tatuaje, y si no conoces el tema bien y no sabes cómo evitarlo, puede haber un problema gordo".

Tatuajes Vitoria No Limits

Tatuaje de Teddy de No Limits.

Por eso en Tabú insisten en que "juegan con el desconocimiento de la gente y con precios muy baratos. Nosotros pagamos local, impuestos, seguros… como cualquier otra empresa". Gastos que repercuten en los precios.

Para Luisk, el punto de partida son 50-60 euros. "Hay quien se lleva las manos a la cabeza porque igual solo quieren un punto, o un corazón. Pero en esa cantidad está incluido el material, el IVA, la luz, el local…", razona. A partir de ahí, la dificultad, el material y el tiempo van sumando.

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Tatuaje de Luisk.

La cruz de una profesión cuya cara es el nexo con la clientela. "Tras tantas horas hablando, conoces su vida. Tatúas a una pareja recién casada, ves crecer a los niños, sufres con un desamor, la muerte de un familiar… Une mucho", desvela Luisk.

Aritz asiente: "Para la gran mayoría, los tatuajes simbolizan algo, son algo trascendental". "Es algo terapéutico, lo ven y les ayuda. Y nosotros sentimos que les hemos ayudado", coincide Edu. A su lado, Irati hace hincapié en los vínculos creados: "Hay gente que llega nerviosa, les cuesta comunicar y tratamos de que sea su espacio seguro, que estén a gusto y se vayan contentos".