Vitoria-Gasteiz: la ciudad más gris que 'green'
El gris se ha convertido en el color principal de las obras realizadas en Vitoria-Gasteiz desde hace ya varios años
El gris se ha convertido durante la última década en el color del suelo de Vitoria-Gasteiz. Todas y cada una de las obras realizadas incorporan el gris en las baldosas, generalmente de forma exclusiva y con baldosas de granito. Una apuesta clara y decidida de los técnicos municipales por uniformizar las calles de la ciudad.
El Ayuntamiento considera que, con mezcla de colores, parecería que el suelo está cosido a petachos
El Ayuntamiento explicaba en 2018 a Gasteiz Hoy por qué se usa tanto el gris y no se utilizan otros colores: "Se trata, en el fondo, de tener una percepción del espacio público que genere armonía. De otra manera parecería que todo está cosido a petachos”. El uso de la misma baldosa también permite al Ayuntamiento actuar antes para sustituir baldosas rotas. Así no se necesita un stock tan variado de baldosas.
El color gris ha sido frecuente a lo largo del tiempo con numerosos tipos de baldosas, o incluso con asfalto fundido. Pero durante décadas se optó por otros diseños en la urbanización de nuevas zonas, como se puede ver en decenas de calles. Los juegos de colores son habituales en muchas aceras de la ciudad, aunque no es del gusto de los responsables técnicos actuales del Ayuntamiento.
El Ayuntamiento destacaba en Médico Tornay el uso del rojo en la obra de la zona
Actualmente el uso de otros colores en una obra resulta hasta llamativo. Así lo destacaba el Ayuntamiento en la reforma de Médico Tornay: "El Departamento de Movilidad y Espacio Público diseñó para Médico Tornay dos sub plazas interiores de forma triangular con pavimento de adoquín cerámico, que contrastan con el pavimento empleado en el resto del ámbito". Esta es la única de las obras que, en los últimos años, ha combinado un color distinto al gris, con un resultado que ha gustado a la mayoría del vecindario.
Últimas obras
Basta echar un vistazo a las obras de hace unos años: Santa Bárbara, San Ignacio, Médico Tornay (salvo dos parterres en rojo), Plaza del Hospital, entorno de La Cuesta, o el tranvía a San Cristóbal y Adurtza optan por el gris como color de referencia. No se tiene en cuenta tampoco el aspecto de los edificios que existen en estas vías.
Por no hablar de las más recientes de Aldabe, la Plaza de la Memoria o Portal del Rey y Nueva Fuera. Por ejemplo.
En el caso de La Cuesta había dos opciones: utilizar las baldosas más clásicas y rojizas del Casco Viejo o seguir el gris de la Virgen Blanca. Finalmente se ha optado por el gris, con lo que existe un contraste entre el suelo del Casco Viejo y el de esta nueva calle. Algo similar ha ocurrido con la Plaza Santa María, donde se eligió de nuevo el gris, pese a que obras anteriores en el Casco Viejo habían optado por un color más rojizo.
La tendencia sigue con otras obras de años anteriores: Beato, San Antón, Estación de Autobuses, Aragón, los centros cívicos de Zabalgana y Salburua...
Si retrocedemos aún más en el tiempo vemos que el uso de granito gris se extiende en más obras, realizadas durante la legislatura de Javier Maroto: plaza de la Estación de Autobuses, la acera Oeste de la Avenida Gasteiz (la Acera Este tiene baldosas rojas), Mateo de Moraza, El Resbaladero, la Plaza del nuevo Ayuntamiento, Plaza de Abastos, Plaza de Santa María o Cantón del Seminario. Y, aunque en este caso no fue granito, el gris también está presente en la Calle San Prudencio, una obra que suscitó gran debate.
En la década pasada fueron pocas las calles en las que el gris no ha conquistado el suelo: se salvaron Sancho el Sabio, parte de la Avenida Gasteiz, Bastiturri, Heraclio Fournier o una pequeña parte de Médico Tornay. En Heraclio Fournier, de hecho, se optó por un asfalto fundido con forma de adoquín, combinado con baldosas.
En 2021, el pleno municipal puso sobre la mesa esta cuestión. Se debatió sobre si acabar con el modelo de urbanismo gris que instaurado desde hace 20 años en las obras públicas. Fue Elkarrekin quien propuso ganar "más verde en plazas, mantener zonas urbanas de refresco y crear plazas y paseos con sombra".
Un modelo que en los últimos tiempos está en cuestión ya que "fomenta el efecto isla de calor urbana. Efecto ligado a los materiales que se utilizan para construir en las ciudades (asfalto, cemento, etc.). Por la noche, se desprenden muy lentamente del calor que captan durante el día, lo que aumenta las temperaturas nocturnas".
Además, se pierde "biodiversidad urbana y servicios ecosistémicos" y además de permeabilidad: "Hay un desabastecimiento de acuíferos y generación de escorrentías superficiales. Los suelos permeables permiten la oxigenación y transpiración del agua en épocas de calor amortiguando así las altas temperaturas. Mantener el suelo es mantener la biodiversidad. El suelo juega un papel clave en la filtración de agua hacia el acuífero".
Artículo publicado originalmente en septiembre de 2020.
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