Vitoria sin pan: la huelga de las panaderías de 1978
Una huelga de panaderos dejó a Vitoria un mes sin pan en 1978
“Vitoria sin pan”. Con este titular abría la portada de Norte Exprés el 2 de junio de 1978. La huelga de los panaderos no se iniciaba el día siguiente, y aquel viernes muchas personas se agolpaban en colas a la entrada de los despachos de pan de la ciudad para hacer acopio.
La huelga indefinida se declaró tras romper las negociaciones del primer convenio colectivo provincial en el sector. Solo Gipuzkoa tenía por aquellas fechas un convenio provincial de panaderías ya que otras provincias limítrofes como Bizkaia, Burgos o Navarra y La Rioja se encontraban también en negociaciones. Por ello, el desenlace que tuviera la huelga en Álava era contemplado con interés desde otros territorios.
Los trabajadores reclamaban una subida de los sueldos y ampliar la jornada los sábados para poder descansar los domingos. Hasta la fecha, el sueldo venía fijado por un laudo aprobado un año antes a nivel nacional con unos salarios muy bajos. Un amasador cobraba 582 pesetas día, un oficial entre 570 y 605 pesetas y un ayudante 554 pesetas (poco más de tres euros al día). Si bien es cierto que algunas empresas locales pagaban más, las retribuciones seguían resultandos insuficientes.
La primera jornada de huelga transcurrió con un éxito total de convocatoria. Solo hubo algunos incidentes leves relacionados con la venta de pan procedente de otras provincias en algunos establecimientos señalados. El pan tostado y el pan de molde desaparecieron de la mayoría de los estantes de la ciudad y la leche, que también se vendía en los despachos de pan, fue puesta a la venta en otros puntos.
Los primeros encuentros entre las partes negociadoras constataron la lejanía de posiciones entre las ambas. La negativa al cierre los domingos y el 25% de subida de sueldo propuesta por la patronal resultaban insuficientes para los trabajadores. Hay que tener en cuenta que para aquella altura de 1978 la inflación acumulada era de un 19,45%.
Tras veinte días de huelga y en ausencia de avances en la negociación, se convocó una manifestación por parte de las principales centrales sindicales de apoyo a los trabajadores. La inmovilidad de las partes provocó la ruptura de negociaciones el día 23 de junio. A esa altura del mes, los panaderos de Navarra también habían iniciado una huelga que finalizarían antes de acabar el mes y los de Bizkaia y La Rioja continuaban negociando sus respectivos convenios.
A finales de junio aún no se atisbaba el final de la huelga. La negociación había entrado en cierto estancamiento causado principalmente por el descanso en los domingos. Frente a la ausencia de avances los trabajadores, reunidos en asamblea en el polideportivo de Zaramaga, plantearon la celebración de un festival para recaudar dinero para la caja de resistencia y organizar nuevas jornadas de movilizaciones junto con otros sectores industriales de la ciudad.
Finalmente, el 11 de julio reanudaron las negociaciones al aceptarse la reivindicación del descanso dominical. Tras 42 días de huelga, se llegó a un acuerdo donde se logó un aumento salarial del 28% y festividad los domingos. A partir del 15 de julio se reanudó la actividad en las panificadoras vitorianas volviendo a la normalidad.