Vitoria: una ciudad que pierde trenes mientras sueña con el soterramiento
La pérdida de trenes regionales y de larga distancia es constante en Vitoria-Gasteiz, mientras se insiste en la utopía del soterramiento
Vitoria-Gasteiz está cada vez más aislada por tren. Una ciudad en la que a menudo se habla del soterramiento o de la alta velocidad, pero donde se mira demasiado al futuro y muy poco al presente. El soterramiento y la alta velocidad copan desde hace 20 años los focos, mientras en el día a día los usuarios del tren ven cada vez más difícil estos servicios. Recortes que afectan tanto a las distancias cortas como a las más largas. En los últimos años han desaparecido regionales, pero también trenes nocturnos y de larga distancia.
El último caso es el retraso del tren matinal a Madrid. Una situación que Renfe justifica por las obras en Chamartín y que afecta a Vitoria de una forma rocambolesca. Adif retrasa este tren porque el AVE procedente de Murcia llega a Chamartín y de ahí acaba en Burgos para no tener que hacer noche en la estación madrileña. A la mañana siguiente parte desde Burgos de nuevo hacia abajo, y al ser un horario casi coincidente con el Alvia que pasa por Vitoria, Renfe decide sacrificar el País Vasco para seguir dando servicio a Burgos, Segovia y Valladolid a la misma hora. Por cierto que este tren fue en su día un Alvia, pero la falta de trenes de este tipo llevó a reorganizarlo como Intercity (un tren que entre otras cosas no tiene cafetería).
No gana tiempo
Los recortes de líneas y retrasos horarios no son lo único llamativo. Lo es aún más el tiempo del viaje. En 2010 el Alvia Vitoria-Madrid por Valladolid tardaba 3 horas y media. Hoy, con el tramo de alta velocidad ampliado hasta Burgos, los distintos trenes duran prácticamente lo mismo. Solo uno de los tres trenes en cada sentido dura 3 horas y 11 minutos.
Y todo ello tras años en los que este recorrido se aproximaba más a las 4 horas que a las tres horas y media. Cuestiones que no han hecho saltar a las instituciones y políticos, más pendientes por un soterramiento utópico que por un uso diario del ferrocarril.
Un punto estratégico
Vitoria-Gasteiz está ubicada en medio de la vía ferroviaria Madrid-Irun. Una vía que ahora mismo no opera como tal, porque entre Madrid y Burgos no existe servicio de tren. Hace ya 15 años que un desprendimiento en los túneles de Somosierra anuló esta vía.
Un desprendimiento que coincidió con la apertura del AVE Madrid-Valladolid. Y es que el Gobierno Central primó esta nueva conexión a la vía Madrid-Irún. Por eso ahora todos los trenes de pasajeros que conectan Vitoria con Madrid pasan por Valladolid y por Segovia: la línea de AVE da un rodeo que es aún mayor para los servicios de mercancías, ya que tienen que ir hasta Ávila.
Solo un tren a Barcelona
Mientras tanto, Barcelona resiste aún con una conexión al día. Solo un tren pasa por Vitoria-Gasteiz y termina en Barcelona, lo mismo que en sentido contrario. Este tren procede desde Galicia y concluye en Barcelona. Pero con solo un viaje al día (bien hacia Galicia o hacia Barcelona) la posibilidad de viaje se reduce. Además, los usuarios denuncian los retrasos reiterados de este servicio.
Tampoco hay ya opción de viajar por la noche, un modelo de tren que Renfe eliminó coincidiendo con la pandemia, y que en su día conectaba Vitoria-Gasteiz incluso con Portugal. Aquellos servicios son hoy historia, como el que llevaba hasta el Principado de Asturias.
Mientras tanto, las instituciones resucitan en plena precampaña electoral el soterramiento con la presentación del estudio de impacto ambiental. No hay fecha para el inicio de las obras del soterramiento, un proyecto que costará más de 1.000 millones de euros.
Cercanías Miranda-Alsasua
Álava también demanda desde hace años un tren de Cercanías que conecte Miranda con Alsasua. A día de hoy solo cinco trenes realizan este recorrido.
No es una petición única de Álava: el Ayuntamiento de Miranda también lo ha reclamado en varias ocasiones, y su final en Alsasua también acercaría La Sakana a Vitoria-Gasteiz. El acuerdo de transferencia entre Gobierno Central y Gobierno Vasco, sin embargo, creaba una frontera artificial entre Álava y sus provincias limítrofes, limitando el Cercanías a Álava. Una limitación que dejaría sin viabilidad económica alguna el servicio, al pasar de un servicio potencial de 57.000 habitantes (sin contar Vitoria) a tan solo 15.000 (sin contar Vitoria, Miranda ni Alsasua).
Miranda de Ebro tiene 35.000 habitantes y Alsasua 7.000. Ambas localidades son fronterizas con Álava, y por eso cada día muchas personas de ambas localidades viajan a Vitoria-Gasteiz para estudiar o trabajar. Alcanzar a ambos municipios aumentaría la viabilidad económica de este servicio, puesto que ambas ciudades suman 42.000 habitantes frente a los menos de 15.000 que suman los otros municipios (con la excepción de Álava).
Por eso desde el Gobierno Vasco se apresuraron a hablar de un intento por ampliar lo recogido en el traspaso de competencias, mediante acuerdos con las regiones vecinas.
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