En la calle y sin ayudas ni sanidad por no estar empadronada

6 febrero, 2019

I. perdió hace 4 años la casa en que vivía junto a su padre; desde entonces ha buscado cobijo en casas de amigos, pero nunca con padrón

La legislación, en ocasiones, puede provocar preguntas sin respuesta. I. perdió hace 4 años su vivienda en el valle de Ayala.

En realidad la vivienda era de su padre, pero él fue desahuciado y ambos quedaron en la calle. El padre fue acogido en una pequeña vivienda de su otra hija (con quien aún vive), pero ella optó por buscar diversas alternativas: durante 4 años ha pasado temporadas en viviendas de diversos amigos y familiares. Estancias temporales en las que no llegaba a empadronarse.

Sin embargo, su último hogar temporal ha desaparecido: la amiga que le acogía ha abandonado el piso y ahora ella se ha visto en la calle. Ha pedido ayuda en diversas instituciones, pero tiene un gran problema: no existe en el padrón, pese a que hasta los 30 años vivió siempre empadronada entre Vitoria y Amurrio.

Desde hace 4 años no tiene residencia y, por tanto, ni en Ayuntamiento, ni en Diputación, ni en Gobierno Vasco consta como residente. Esa falta de empadronamiento ahora le pasa factura a la hora de acudir a pedir ayuda o, incluso, de asignarle un médico más allá de urgencias. Para la administración es, simplemente, una sintecho. Por ahora ha encontrado un nuevo techo en el hogar de otro conocido, pero donde tampoco podrá quedarse por mucho tiempo.

Su familia ha acudido a los servicios sociales, al Ararteko, a Lanbide... pero la respuesta es la misma. De hecho aseguran que I. sufre una posible discapacidad que no se le puede diagnosticar ni valorar por esa misma razón: ahora mismo no existe para Osakidetza ni para el IFBS. Esta misma discapacidad le impediría acceder a un empleo, según la propia familia.

La saturación actual de los albergues municipales tampoco ha permitido que pueda alojarse unos días en el Cmas, según cuentan familiares a Gasteiz Hoy. Se ha dirigido a otras instituciones y, por ahora, tampoco obtienen respuesta. La ayuda de un familiar es la única alternativa con la que cuenta por ahora, a la espera de que pueda volver a empadronarse.